¿Es conveniente reducir el periodo de aislamiento por COVID-19 de 14 a 7 días?

24/01/2022 - 11:46 am

Con la vacunación avanzando en varias partes del mundo, algunos países comienzan a tomar medidas menos estrictas, entre las que se encuentra reducir el periodo de aislamiento por COVID, pero ¿qué tan conveniente es esta decisión? Expertos explican al respecto.

Madrid, 24 de enero (Europa Press).- La variante Ómicron es ya la hegemónica en esta pandemia y lo ha logrado muy rápidamente. Sus síntomas son más leves gracias a la vacunación, aunque debemos seguir teniendo cuidado porque para los grupos vulnerables puede ser peligrosa esta infección.

Es por ello por lo que numerosos países han decidido reducir los periodos de aislamiento de los 14 días iniciales a los cinco en Estados Unidos, por ejemplo, o a los siete días en España y Reino Unido. ¿Hasta qué punto esto es seguro para frenar los contagios? ¿Responde esta decisión más a cuestiones económicas? Veamos qué piensan los expertos al respecto.

A juicio del jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, el doctor Rafael Cantón, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) reducir los aislamientos a siete días y en un ambiente de vacunación responde a una evaluación de riesgo-beneficio porque se ha demostrado que en torno a ese día de la infección la carga viral y la posibilidad de contagiar decaen en la persona.

«El problema que teníamos es que uno se pasaba hasta 14 días en aislamiento, y llegaba un momento en el que se incorporaba a su actividad normal tras haber realizado un perjuicio laboral o de organización familiar. El riesgo de que transmita una persona puede ocurrir, pero baja radicalmente. También hay que tener en cuenta que el que puede infectarse también tiene una protección con la vacuna. Por lo que a lo largo de la pandemia hay que hacer una evaluación de riesgo-beneficio», indica en una entrevista con Europa Press.

Reducir los aislamientos a siete días y en un ambiente de vacunación responde a una evaluación de riesgo-beneficio. Foto: Dmitri Lovetsky, AP

Mientras, Gabriel Reina, especialista en Microbiología y Parasitología de Clínica Universidad de Navarra, y también miembro de la SEIMC, sostiene que esta decisión se ha tomado teniendo en cuenta que con la variante Ómicron de la COVID-19 parece que los periodos de contagiosidad son más cortos, si bien advierte de que la capacidad de infectar a otros «a los siete días todavía se ve» en algunas personas.

«Entre el día siete y 10 habría que tener cuidado y ser especialmente cuidadoso en el modo de vida y ser todavía más precavido en el tema de las precauciones básicas en cuanto al empleo de mascarillas y de evitar contactos sociales, aunque a los siete días se levante la cuarentena, y en muchos casos ya sea suficiente, sobre todo si están vacunados», remarca este experto.

Se ha visto que en la población vacunada el cuadro se resuelve antes, aunque tienen un pico de virus similar al de las personas no vacunadas, según apunta el doctor Reina, al mismo tiempo que recuerda que se ha observado que los no vacunados tienen cuadros más largos de enfermedad, mientras que en los vacunados son cuadros más rápidos: «En cuanto el sistema el inmune se da cuenta de que el virus ha entrado en el organismo es capaz de eliminarlo más rápidamente».

COMPATIBILIZAR LA ENFERMEDAD

Mientras, en otra entrevista con Europa Press la doctora Esther Calbo, profesora del Grado en Medicina de UIC Barcelona y responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y directora del ámbito asistencia médico del Hospital Universitario Mútua de Terrassa, subraya que se trata de una medida para poder hacer compatible el control de la enfermedad con la vida de la población.

«Originariamente, se ha visto de forma preliminar que en cultivos virales a partir del octavo día la viabilidad de la infección del virus cae en picado. Aunque hay escasas evidencias es bastante plausible que caiga mucho la capacidad de infectar y esto hace que reduciendo cuarentenas podamos mejorar la dinámica de la población de acudir al trabajo y la escolarización de los niños. Es intentar combinar la vida ordinaria con el riesgo de infección, que es plausible, a partir de las pocas evidencias que existen», explica esta especialista de UIC.

Se ha visto que en la población vacunada el cuadro se resuelve antes, aunque tienen un pico de virus similar al de las personas no vacunadas. Foto: Muhammad Sajjad, AP

Mientras, en otra entrevista con Europa Press el doctor David Callejo, médico especialista en Anestesiología y premio al Mejor Divulgador del 2020 por #SaludSinBulos, que en esta pandemia ha realizado un extenso trabajo en este sentido en sus redes sociales, insiste en que los hallazgos recabados hasta la fecha con Ómicron nos muestran que la tasa máxima de contagios se produce en la primera semana de infección, y después hay menos contagios.

«Hay que seguir concienciando a la población de que si hay síntomas, y si nos incorporamos a la vida laboral debe ser con todas las precauciones. Hay que seguir viviendo, un poco distinto, pero seguir viviendo y adaptándonos al virus y a cambiar esa fase de súper cuarentenas de 15 días. Además, esas se irán reduciendo y a lo mejor se eliminan en un momento dado», subraya Calleja en una entrevista con Europa Press con motivo de la reciente publicación de su libro Lo primero, la vida (Planeta).

El periodo de incubación inicial era de cinco a 12 días, pero con Ómicron dice que este se reduce a los 2-3 días: «Parece que unos días antes de desarrollar síntomas podemos contagiar a unas personas. Los asintomáticos contagian. Después, el momento de máxima transmisión de virus es en los primeros días de síntomas, y los últimos días de infección, a partir de la semana, es más difícil contagiar».

Con esta nueva variante, además, sostiene que estamos viendo síntomas más similares a los de un resfriado y son dos o tres días malos y después el paciente mejora, según remarca Callejo. «Ha habido mucha confusión y la gente piensa que esto es porque el virus ha mutado y la variante provoca enfermedad menos grave, pero los que hemos cambiado somos nosotros gracias a las vacunas, y gracias a ellas estamos más protegidos y el cuadro es más leve», sentencia.

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