Fue el hijo de Milne —un niño llamado Christopher Robin— quien, con su osito de peluche, Winnie, sirvió como inspiración para crear el universo en el que habitan Piglet, Ígor, Tigger, Cangu y Rito.
Katherine Brooks
Ciudad de México, 24 enero (SinEmbargo/The Huffington Post).- El 18 de enero se celebra el día de Winnie the Pooh en Estados Unidos para rememorar el nacimiento del escritor inglés A. A. Milne, el hombre que dio vida a nuestro oso adicto a la miel favorito en su obra epónima, Winnie the Pooh, que se publicó en 1926.
Fue el hijo de Milne —un niño llamado Christopher Robin— quien, con su osito de peluche, Winnie, sirvió como inspiración para crear el universo en el que habitan Piglet, Ígor, Tigger, Cangu y Rito. Todos estos personajes, basados en juguetes que tenía Christopher, vivían en un hábitat ficticio al que llamaban Bosque de los Cien Acres.
El Bosque de los Cien Acres, como la mayoría de los componentes de la historia de Milne, también está basado en un elemento real de la vida del autor. El escenario que inspiró el hábitat de Winnie se encuentra en una reserva natural del condado de Sussex, al sur de Inglaterra, conocida como Ashdown Forest. Se trata de un bosque de unas 2 mil hectáreas en el que abundan los abedules y los pinos, ubicado a unos 50 kilómetros al sur de Londres. De hecho, muchas de las ilustraciones que hizo E. H. Shepard para Winnie the Pooh imitan el pintoresco paisaje de Ashdown Forest.
Gracias a un libro que acaba de salir, los fans de Pooh, Conejo, Búho y el resto de la pandilla podrán experimentar la magia de Ashdown. En su libro The Natural World of Winnie the Pooh [El mundo natural de Winnie the Pooh], Kathryn Aalto guía a los lectores en un recorrido visual por esta región inglesa con la ayuda de los bocetos originales de Shepard. Aalto pasa por la casa en la que Milne escribió los comienzos de Pooh y por los senderos que Christopher Robin recorría cuando era niño hasta llegar a Gills Lap, el equivalente real al Galleons Lap de Pooh. Todos esos lugares rezuman la esencia que nos evoca el Bosque de los Cien Acres.
De una manera u otra, muchos rincones mágicos de Ashdown Forest han quedado plasmados en el bosque de los Cien Acres. Puede que haya pasado el tiempo, pero los tesoros aún siguen en pie, ya sea en forma de puente o de arenal.
«El tiempo se detiene en el ficticio Bosque de los Cien Acres», escribe Aalto. «En nuestra imaginación, el bosque por el que merodeaban Winnie the Pooh y sus amigos era un lugar estático que solo visitábamos cuando éramos pequeños. Pero, en Ashdown Forest, obviamente, el paisaje, que vive y respira, ha cambiado».
El libro de Aalto está lleno de datos biográficos de la vida de Milne, de muestras del ingenio de Shepard en forma de ilustración e incluso de información sobre la flora y la fauna reales de Ashdown Forest. Aalto describe todas las áreas que rodean al bosque, Hartfield Village, la casa de Milne, y lo que aún queda de las partes de fantasía.
Los lectores más devotos disfrutarán de estas partes, especialmente de las reglas oficiales del Juego de los palos de Pooh:
1. Cada uno trae sus propios palos.
2. Todos los palos deben tener el mismo peso o tamaño. Si se parecen mucho, que cada uno pinte los suyos de un color vivo.
3. Se elige una frase para comenzar como «preparados, listos, ¡ya!»
4. Los competidores se colocan en una fila, todos mirando hacia el lado contrario al que va la corriente.
5. Se inclinan sobre la barandilla del puente y sacan el brazo de manera que todos los palos queden a la misma distancia del puente que de la superficie del río.
6. Al grito de «¡ya'» los competidores deben soltar el palo. [No se pueden lanzar los palos al agua].
7. Los competidores se apresuran al otro lado del puente.
8. El primer palo en aparecer bajo el puente es el ganador.
9. Repetir una y otra y otra y otra y otra vez…
En honor al 90 aniversario del libro de Milne, que se celebrará este año, échale un vistazo a las fotos de Ashdown Forest que se muestran a continuación: