¿Los eventos familiares, las cenas de empresa o la elaboración de cenas navideñas te producen una sensación de agobio y estrés año tras año? No te preocupes, se trata de un fenómeno habitual en la población y te aportamos algunas claves para apaciguar este problema.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo/TICbeat).- Los estudios más recientes estiman que aproximadamente la mitad de la población afirma que las Navidades constituyen una época que le produce más nerviosismo. Los acontecimientos relacionados con el período navideño que más estrés y ansiedad generan son las compras navideñas, los compromisos sociales, el gasto excesivo, el cansancio o la saturación.
Si buceamos en los motivos que nos provocan estrés en Navidad nos toparemos con que nuestra tarjeta de crédito se resiente, tenemos sentimiento de culpabilidad debido al consumismo excesivo, acumulamos salidas nocturnas y encadenamos planes de ocio sin descansar lo suficiente, viajamos, comemos y bebemos en cantidades desproporcionadas, dormimos mal por el cambio de hábitos y habitualmente paralizamos la práctica de ejercicio físico.
Si eres víctima del agobio y la ansiedad durante estas fechas navideñas, deberías probar a seguir las siguientes recomendaciones.
Consejos para ganarle la partida al estrés estas Navidades
Intenta preservar la calidad del sueño y dormir ocho horas diarias: Aunque tal vez en Nochebuena, Reyes o Fin de Año no puedas cumplir con un horario rígido y te entregues a bailar, reír y disfrutar de la comida y la bebida, deberías intentar durante las fiestas navideñas estar descansado para no agudizar la sensación de estrés y sentirte fresco y despejado para disfrutar de los días de vacaciones.
Planifica previamente las actividades diarias: No te atosigues a ti mismo con sobreexigencias o acumulación excesiva de planes, especialmente si estos tienen lugar en zonas demasiado ajetradas como centros comerciales, restaurantes, cabalgatas o mercados. Prioriza la calidad sobre la cantidad en las experiencias navideñas para no ahogarte y escucha a tu cuerpo cuando te pide una pausa, una siesta o un rato a solas contigo mismo.
No cenes demasiado y respeta tus comidas: Por supuesto, haz excepciones en los días grandes de Navidad, pero no te pases del 24 de diciembre al 6 de enero atiborrado de carnes, turrones, polvorones y copas de vino, o tu cuerpo se resentirá. Si haces cenas demasiado pesadas, es probable que tengas pesadillas, descanses mal y tu humor empeore. Destierra de cabeza mitos alimentarios erróneos y no ingieras platos que te sienten mal o a los que tengas intolerancia.
Deja algunos días reservados para el descanso absoluto: Las Navidades son una mala época para ser workaholic -término anglosajón que define a los adictos al trabajo-, o para caer en las garras del temido efecto blurring. Declina llevarte el trabajo a casa y los días que estés de vacaciones prepara el correo electrónico para ausentarte. Puedes, entre otras medidas, programar una respuesta automática de correo electrónico.
En los momentos álgidos de estrés, recurre a técnicas y ejercicios relajantes como el yoga, el mindfulness o las técnicas de respiración. La mayoría de días, intenta encontrar un hueco para hacer deporte, liberar endorfinas y desconectar haciendo running, acudiendo un rato al gimnasio, paseando a buen ritmo o practicando tu deporte de equipo favorito.
¡Apagón de redes sociales!: Una buena idea es probar a apagar Facebook durante una semana, así como no prestar demasiada atención al resto de redes sociales -más saturadas que nunca ante la avalancha de celebraciones, selfies, regalos y reuniones navideñas-, así como no estar respondiendo constantemente a los numerosos mensajes de las aplicaciones de mensajería. Puedes enviar tus felicitaciones en momentos concretos y abandonar el smartphone para disfrutar de los tuyos sin estrés.