Un filme oficialista, que recrea explícitamente el asesinato de los jóvenes de Ayotzinapa y su posterior cremación, ha causado indignación en México. El supuesto documental asegura que algunos estudiantes eran narcotraficantes. Es una falta de respeto a las víctimas y sus familias, aseguran los críticos.
Por Omar Porcayo
Los Ángeles, EU, 23 de octubre (SinEmbargo/TheHuffingtonPost).- La «verdad histórica» que el gobierno mexicano anunció sobre lo que le pasó a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa se cayó a pedazos, no hay un solo ente internacional que acepte la versión y se están haciendo nuevos peritajes. Sin embargo, este fin de semana se estrenó en algunos cines de México un pseudodocumental llamado «La Noche de Iguala», que intenta reforzar la versión oficial.
El trabajo encabezado por el periodista Jorge Fernández Menéndez, columnista de Excélsior y el director Raúl Quintanilla, director académico del Centro de Formación Artística de TV Azteca, insiste en que los jóvenes fueron secuestrados en la ciudad de Iguala, asesinados y cremados en basurero cercano.
Las dramatizaciones recrean con crudeza lo que supuestamente sucedió. Actores desconocidos para el público mexicano interpretan a policías, narcotraficantes y estudiantes, en una puesta que a decir de los críticos es mediocre.
La investigación independiente de expertos internacionales demostró que la versión del gobierno es imposible de comprobar y se basa en testimonios dudosos.
Otro de los elementos polémicos de este filme de bajo presupuesto y pobre realización, es que intenta involucrar a algunos estudiantes como miembros de un cártel de las drogas. Versiones periodísticas señalan que el gobierno mexicano desde un principio trató de ensuciar la imagen de las víctimas para calmar los ánimos de la población.
«El guión intenta convencer a los espectadores que el crimen de Ayotzinapa es algo local, concretamente de Iguala y en general limitado al estado de Guerrero, asolado por dos cárteles de la droga antagonistas: los Guerreros Unidos y los Rojos. Por tanto, el culpable de todo es el Alcalde José Luis Abarca y su Policía municipal a las órdenes de Guerreros Unidos. Y por supuesto el ex Gobernador Ángel Aguirre. Hasta allí llegan las responsabilidades de este crimen, según esta versión oficialista.», escribió sobre el filme, Sanjuana Martínez en SinEmbargo.MX.
Uno de los sobrevivientes del ataque, Omar García, aseguró que se trata de una guerra mediática del gobierno en contra del movimiento social que busca llegar a la verdad de lo que sucedió el 26 de septiembre de 2014.
“En mi investigación, con base en lo que hemos conocido y que se está divulgando muy ampliamente en estos días, creo que es incontrovertible que los estudiantes fueron asesinados y sus cuerpos incinerados, no podemos saber si fueron los 43 o más, o menos, pero sí sabemos que hubo un secuestro, un asesinato, una incineración en el basurero de Cocula”, dijo Fernández Menéndez, guionista de la película, en una entrevista con El Financiero.
Cabe mencionar que Fernández Menéndez no se apersonó en el lugar de los hechos, por lo que su guión es una simple transcripción de la versión que el gobierno ha intentado dar por cierta.
Los realizadores de la película insisten en que no recibieron financiamiento del gobierno de Enrique Peña Nieto, pero la prensa independiente mexicana, no está muy convencida.
En la plataforma Change.org se han juntado miles de firmas para que el documental sea retirado de los cines, por la falta de respeto a las víctimas y sus familiares. La investigación sigue abierta y al menos 42 estudiantes tienen calidad legal de desaparecidos y no muertos.
Este sería el segundo ridículo mediático del gobierno de Peña Nieto al hilo. Hace unos días un spot de televisión en el que pedía a la población dejar de quejarse con el mexicanisimo lema «Ya chole con tus quejas», causó tal indignación que fue eliminado de los sitios oficiales en unas cuantas horas. El escándalo llegó hasta el show de Jhon Oliver, que le dedicó un segmento hilarante.