Travesía onírica. Fiel al cometido de incluir propuestas visuales de vanguardia, tanto de cineastas consagrados como emergentes, arriesgadas en su forma y aproximación a temas humanos, la edición 37 del Foro Internacional de Cine de la Cineteca Nacional incluye el título Kaili Blues: canción del recuerdo (2015), ópera prima del cineasta chino Gan Bi, un viaje engarzado en una cadena de recuerdos y poemas destilados en planos secuencias -uno de ellos con 41 minutos de duración-, con un efecto hipnótico y surrealista singular.
La leyes del tiempo se fracturan y personajes de distintas épocas convergen para reflexionar sobre soledades y remordimientos, expiar culpas y confrontar a los fantasmas del pasado. El protagonista de la expedición fílmica: Chen Sheng (Yongzhong Chen, actor no profesional y tío del cineasta), un apocado médico de la provincia de Kaili, ubicada al sureste de la República Popular China.
La pacífica vida de Chen Sheng encuentra turbulencias en la confrontación permanente con su medio hermano, un hombre irresponsable que ha abandonado a su hijo de diez años, Wei Wei (Feiyang Luo) en una región apartada. Encontrar al sobrino perdido es el propósito de esta aventura de Chen Sheng por carreteras nubladas, paisajes tropicales, túneles y afluentes. El paso de magia por la vida precaria del campo, las distancias recorridas en motocicleta, la embarcación en donde nos aleccionan con información geográfica del lugar, la vegetación y la bruma que animan a redimirse ante el pasado.
Los personajes que Chen Sheng encuentra en el camino reciben las confesiones que agobian y revelan la identidad e historia del protagonista. El momento culminante es el prodigioso y larguísimo plano secuencia resuelto con pericia por el cinefotógrafo Tianxing Wang y enriquecido con la compleja orquestación de emplazamientos y actores. La magia está ahí, en la manera en que pasado y presente se tocan, los momentos en que las épocas se funden y entrelazan sin necesidad de emplear recursos de edición, disolvencias de imagen o efectos especiales; en ello radica el encanto de la propuesta de este prometedor cineasta de 26 años.
Nacido en Kaili en 1989, Gan Bi se dedicó por un tiempo a ser camarógrafo en bodas, a escribir cuentos y poesía y a alimentarse del cine de Andréi Tarkovsky, Hou Hsiao-Hsien y Wim Wenders. Tentado por la lírica de la imagen realizó en el 2012 el cortometraje Diamond Sutra. Con Kaili Blues ha dado un paso definitivo en el terreno de los cineastas emblemáticos de su generación. El largometraje recibió una Mención Especial en el apartado de óperas primas en el Festival Internacional de Cine de Locarno y Gan Bi fue el galardonado como Mejor Director Emergente.
En esta 37 edición del Foro, la selección de 15 películas de países como Francia, Rusia, Filipinas, Canadá, Estados Unidos, Bolivia y México incluye a cineastas veteranos como el estadounidense Jim Jarmusch con La esperadísima Paterson (2016), que detalla la poesía detonada por lo cotidiano; el filipino Lav Díaz con Canción de cuna para el misterio trágico (2016), de ocho horas y ocho minutos de duración; y el mexicano Everardo González con La libertad del diablo (2017), el estremecedor testimonio de quienes se debaten en la agonía heredada por el narcotráfico en nuestro país.
Hay mucho que ver en esta edición del Foro disponible en Cineteca Nacional del 14 al 31 de julio. A partir del 21 de este mes inicia el recorrido en tres sedes de la UNAM, La Casa del Cine, Cinemanía Loreto y en 8 complejos comerciales. Si necesita un respiro del cine de viejas fórmulas, aquí está la alternativa para ello.