Es uno de los mejores poetas mexicanos de la nueva juventud. Nació en 1991 en ciudad de México y ha viajado muchas veces a Argentina. Ahora trabaja en el periódico La Razón y presenta su nuevo poemario.
Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).- Canto de mi árbol en el incendio (2012) y Animalito Rockero (2013) fueron poemarios que realmente marcaron una etapa importante del poeta mexicano Gerardo Grande (1991).
A veces es interesante ver los primeros inicios de un escritor, saber si tarde o temprano se volcará a la narrativa y dejará a la poesía como algo propio de un autor en la adolescencia. Por el contrario, ver hasta qué punto tiene de poeta esencial, que es lo que le pasa a Grande.
Es probable que alguna vez intente una novela o un libro de ensayos, pero es estremecedora su poesía, como si uno hubiera visto a Diana Bellesi en sus inicios o a Roberto Bolaño decidir si era tan buen poeta como pensaba.
“Gerardo Grande es un poeta que ha recuperado la voz perdida para la poesía latinoamericana, ha recuperado el gesto afectivo y en eso es mi maestro. Grande y otros dejan la erudición para otro momento, apuestan por el error, por las mezclas, por la música y el cuerpo. Poesía de todos los sentidos. La gente de mi generación siempre tuvo miedo para escribir. En pocas palabras, escribir siempre fue un problema. Ahora ya no: escribir es un acto de gran afectividad, como lo demuestran Grande y sus amigos”, ha escrito Washington Cucurto en el prólogo de Furia amanecer, el nuevo poemario, editado por Mantarraya y la UANL.
–¿Furia amanecer qué libro de poesía es?
–Es el tercero. Este libro Furia amanecer cierra un ciclo. Mi voz poética ya mutó, ya cambió. Es un libro que tiene muchísimos poemas inéditos que se no habían publicado y reúne también otros poemas editados en La edad atómica, de España, por o en La Cartonera, de Argentina. Para mí era importante poder editarlos ahora, porque incluye una voz poética que podría considerar como primera etapa y en lo personal era importante porque registra las andanzas de un poeta joven tanto en México como en Buenos Aires. Las fiestas y las temáticas sociales los dos países se parecen mucho y de eso habla el libro.
–“Soñé con la poesía de Latinoamérica”, dices y haces recordar mucho a Roberto Bolaño
–Sí, en esa primera voz poética que me hizo escribir el libro hay una influencia de Bolaño, como de otros escritores de América Latina. Empieza así el libro así porque la poesía se alimentó mucho de Latinoamérica, de poetas vivos o muertos que me influyeron.
–¿A qué poetas argentinos conociste en tu reciente viaje?
–A Washington Cucurto, que es el que hace el prólogo, un poeta y escritor muy admirado y querido allí. A Alejandra Méndez Bujonok, una poeta rosarina y a muchos poetas jóvenes que conocí y aprecio.
–¿Se siguen escuchando las voces de poetas que cantaron a un pueblo, como Raúl González Tuñón, como Néstor Perlongher?
–En el caso de Perlongher, se me viene a la mente Reynaldo Jiménez y Juan Salzano, que lo retoman, pero creo que la reciente poesía está muy influida por las letras del rock, del indie, que siempre va a la vanguardia. Esto no me parece tan bueno. Están escribiendo mucho y leyendo menos, eso tampoco me parece tan bueno.
–La poesía mexicana, en cambio, atraviesa un momento muy bueno
–Es cierto. Escribo casi en prosa, en prosa poética y en cuanto a mi obra siempre está vinculada con el hilo conductor narrativo, la poesía y la narrativa en México están muy fuertes.
–Hay una gran comunidad de poetas de tu edad, poetas jóvenes, ¿Vas a hacer alguna presentación?
–Me encantaría estar más en contacto con los poetas de la ciudad de México y del país, pero cada vez soy menos de redes sociales y sin ello difícil estar en contacto. Respeto y aprecio su obra. Ya no salgo mucho a fiestas y por eso cerró mi voz poética.
QUIERO VER A LOS MUCHACHOS DESNUDOS corriendo en la ciudad en llamas corriendo de la ciudad y sus llamas completamente alucinados con la nariz en las nubes y la cabeza entre las flores del universo No perder los mejores años de vida Mejor amar sin consideración renombrar constelaciones y descubrir planetas expandiéndose en los ojos amanecer con nuevos sueños con el cuerpo empapado de alcohol y las manos fluorescentes de haber removido el alma de chicas de labios sabor a fresa El mejor momento de la vida es este cuando se monta un tren cósmico y se escriben y se riegan cientos de poemas en una noche para despertar al otro día y escribir y regar cientos de soles que alumbren la siguiente noche Ahora se escriben todos los libros que dios no ha sabido escribir Ahora se pueden moldear las nubes y hacer el poema que la ciudad lleve de sombrero Por nuestra mente pasan los mejores poemas de la ciudad el cerebro es un cielo atravesado por jets de celofán y estampidas de animales furiosos furiosamente creativos encendemos la mecha que hará estallar el corazón y no no somos infantiles ni estamos verdes para ser frutos en el árbol de la vida ya nos tiramos al abismo sabemos que lo más hermoso nos espera después de caer nuestros pasos van seguros y delirantes no nos menosprecien por tener 20 balas 20 naves 20 ojos 20 puños 20 años en este ex país solitario bajo la noche solitaria cuando nacimos la ciudad ya estaba jodida nosotros la ponemos de cabeza a ver si la fiebre se le baja Cuántas veces el cielo nos ha volado la cabeza de un disparo Cuántas veces ha renacido esta mente más brillante esta sangre luminosa Que no digan que a los 20 nada sabemos que a los 20 nada escribimos a los 20 hacemos de las nubes un lenguaje para romper las barreras geográficas y comunicarnos con los astros Sabemos el dolor de nacer en un país que hace tiempo está muerto y los muertos son el abecedario con el que escribimos un poema para enterrar bajo la arena y en mil años el mar y el viento lo descubran cuando en mil años el mar y el viento sean dos muchachos desnudos bajo el arcoíris de fuego A los 20 perros de lotes baldíos conocemos el lado oscuro de la ciudad Sus cuerpos mutilados Sus chicas pidiendo fuego y las caricias de unas manos que devoran todo los sexos por el puro placer del canibalismo Cuántas veces señores detrás del escritorio nos han dicho que hace falta explotar en serio ¡Cabrones! No se dan cuenta del big bang que a diario hay en nuestra vida alzamos la voz y tiembla el vuelo de las aves y debería temblar el imperio de los dinosaurios Mañana estos 20 puños habrán caído por esta noche hay que encenderlos que estallen libres en su naturaleza de soles y lluevan astillas que hieran el ojo humano
(Del llibro Furia amanecer, de Gerard Grande, publicado con autorización de Mantarraya y UANL)