Alma Delia Murillo
23/06/2012 - 12:01 am
Lo que Josefina quiso decir
Vamos a partir de tres principios: Soy mi cuerpo y sus humedades. Me gustan los hombres. Y me gusta el sexo. Mucho.
Vamos a partir de tres principios:
Soy mi cuerpo y sus humedades.
Me gustan los hombres.
Y me gusta el sexo. Mucho.
Intento mantenerme animal, tan animal como me sea posible. Sólo así me siento una mejor persona. Una persona viva, un afortunado ser humano al que todavía, a veces, poseen sus instintos. Soy este cuerpo y eso es todo. Mi paso por aquí terminará cuando mi cuerpo se rinda. Duraré el tiempo que este entramado de piel y huesos se mantenga vivo. No más. No hay más. No para mí.
Mi declaración de principios viene a cuento porque no he podido dejar de pensar en el llamado que hizo la señora candidata: “Mujeres, a los maridos que no vayan a votar, castíguenlos con un mes sin cuchi-cuchi. Si acuden a votar, prémienlos con doble cuchi-cuchi”.
Sí, estoy hablando de esa candidata, doña Josefina.
Es que no sé ni por dónde empezar a descifrar esto. Voy a intentarlo y que la fuerza me acompañe. En primera instancia me veo obligada a recurrir a una suerte de glosario de términos.
Cuchi-cuchi: Onomatopeya del coito. Frecuentemente utilizada para hacer referencia al sonido que producen los movimientos rítmicos del pene entrando y saliendo de la vagina (o de otras oquedades del cuerpo).
Sin cuchi-cuchi: Ausencia del coito y su inherente sonido.
Doble cuchi-cuchi: Ejecutar dos veces el coito, con su inherente sonido.
Una vez entendidos los vocablos y conceptos, trataré de analizar las ideas derivadas de tal convocatoria.
Primera inferencia: En el entendido de que a mí me gusta el sexo, ¿el castigo de la abstención no es para mí misma?
Segunda inferencia: Si no veo que el castigo es para mí, ¿significa que no encuentro placer alguno en la actividad sexual y no me estoy privando de nada al dejar de hacerlo?
Tercera inferencia: Si asumo que un mes de abstinencia es una reprimenda para mi marido, ¿quiere decir que cuando cedo al coito es porque lo estoy recompensando por algún comportamiento positivo?, ¿quiere decir que estoy reforzando en él una especie de reflejo condicional como hizo Pavlov con sus connotados perros?
Cuarta inferencia: ¿Es que sólo tienen relaciones sexuales, coito, cogedera los maridos y sus esposas?, ¿la candidata sólo convocó a los legalmente casados?, ¿no puede haber actividad sexual entre personas con otros estados civiles como solteros y solteras, novios, novias, arrejuntados, amantes ocasionales, tríos esporádicos, amigos cariñosos o cualquier asociación erótica de su preferencia? (Ya estoy salivando como perra de Pavlov).
Quinta y última inferencia: ¿No podría una mujer discutir con su hombre sobre las razones para salir a votar y mediante una compleja discusión exponer sus puntos de vista y persuadirlo?, ¿es que las mujeres estamos listas para ser presidentas pero no para argumentar con nuestras parejas y por ello debemos recurrir al castigo de negarles el cuerpo para obligarlos a hacer algo?
Tal vez nunca entenderé lo que Josefina quiso decir. Tal vez leyó a Eurípides y a Aristófanes y tenía muchas ganas de gastarnos una broma de culto refiriéndose a Lisístrata pero se le olvidó que ya no estamos en el 400 antes de Cristo y que su chiste suena, por decir lo menos, retro; por decir lo más, mojigato y panista.
A mi mente vienen otras referencias como las vaginas dentadas y castrantes, nunca placenteras. También de lo más retro. O la figura de una diosa del hinduismo: Kali la terrible, la esposa oscura que no usa su vientre como fuente de gozo, sino de destrucción.
Vaya simbolismo.
“Josefina diferente”, reza el eslogan central de su campaña. Sí señora, usted y yo somos muy diferentes. Porque yo preferiría sostener una acalorada discusión con mi marido acerca de nuestras posturas electorales y luego aprovechar que la sangre hincha las venas para darnos un revolcón amoroso como los dioses mandan.
El sexo es bueno, el placer también, el orgasmo más. No seré yo la que se autoimponga la condena de la abstinencia. Suficiente sequía y soledad hay en el mundo como para negarme la alegría de disfrutar mi cuerpo.
Sí: hay que salir a votar, pero también hay que coger. Porque estamos en temporada electoral pero eso no excluye la temporada de apareamiento.
@AlmitaDelia
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