Dámaso López, ex funcionario y socio de Guzmán durante años, aseguró que Emma Coronel estuvo involucrada de manera directa en la fuga del capo mexicano. Coronel, quien se encontraba entre el público de la sala, escuchó el testimonio de López seria, sin inmutarse. La información la implica directamente a ella en la sonada fuga de su esposo en 2015, quien fue arrestado unos meses después en la ciudad de Los Mochis.
Nueva York, 23 de enero (EFE).- Dámaso López Núñez, uno de los principales lugartenientes de Joaquín Guzmán Loera en el Cártel de Sinaloa, incriminó este miércoles a Emma Coronel, la esposa del narcotraficante mexicano, en la fuga de «El Chapo» de la prisión del Altiplano en 2015, actuando como mensajera con los hijos de Guzmán.
De acuerdo con el testimonio de López en el juicio contra el Chapo que se celebra en la corte de Brooklyn (Nueva York), Coronel se reunió en varias ocasiones con él y los hijos del Chapo para discutir la fuga el 11 de julio de 2015 de la prisión del Altiplano, cerca de Toluca en el Estado de México.
Entre algunos de los asuntos que discutieron López con Coronel y los hijos del Chapo (Iván, Alfredo y Ovidio) estaba la compra de un terreno cerca del penal, donde comenzarían a excavar un túnel para rescatarlo.
Para saber concretamente dónde cavar, le entregarían al Chapo un reloj con un sistema GPS que daría las coordenadas exactas de la prisión del narcotraficante.
Coronel, presente en la sala del juicio, se quedó con el semblante muy serio ante las declaraciones de la antigua mano derecha de su esposo.
La implicación familiar de Coronel no se limitó a llevar los mensajes, sino que su propio hermano facilitó la huida del capo de la prisión, de acuerdo al testimonio de Dámaso López, conocido como «El Licenciado» o «El Lic».
Cuando se fugó de la prisión a través del túnel, lo hizo en una moto que atravesó el conducto excavado.
Una vez en la superficie, el hermano de Emma Coronel lo condujo en una «cuatrimoto» a un almacén rentado por Dámaso López en Toluca, donde esperaría hasta un nuevo traslado a San Juan del Río en Querétaro, donde un avión lo llevaría finalmente a la sierra del Sinaloa.
Cuando el Chapo fue nuevamente arrestado tras su huida de prisión, Coronel se reunió nuevamente con López por orden de Guzmán, para preguntarle si estaría dispuesto nuevamente a orquestar otra huida del Altiplano. Este segundo plan se frustró cuando el Chapo fue trasladado a una prisión en Ciudad Juárez.
Sin embargo, Emma Coronel le comentó que habían sobornado con dos millones de dólares al máximo responsable de las prisiones mexicanas para que hiciera gestiones para devolver a Guzmán al penal del Altiplano.
Allí, con la adquisición de otro terreno, habrían construido un nuevo túnel como preparativo para la fuga. Sin embargo, el traslado no se llegó a producir.
López Núñez, extraditado en 2017 a EU. y condenado a cadena perpetua el pasado noviembre tras declarase culpable de narcotráfico, inició su testimonio ayer martes, cuando describió la violencia y asesinatos ordenadas por su «compadre», entre ellos el su propio primo, Juan «Juancho» Guzmán Rocha.
Habló además de la guerra entre el cartel del Chapo y el de los Beltrán Leyva, encabezado por primos del acusado, que dijo comenzó el 30 de abril del 2008 y que dejó varios muertos.
El día de ayer, Dámaso López empezó a contar su historia el martes desde el banquillo de los testigos en el juicio a Guzmán que se celebra en Brooklyn.
El mexicano de 52 años testificó que conoció a Guzmán en 1999, cuando López era subdirector de seguridad y custodia de la cárcel de Puente Grande, en el estado de Jalisco. Dijo que permitió que Griselda, supuestamente una de las esposas de Guzmán, pudiera entrar a visitarle a pesar de que las normas sólo permitían entrar a una cónyuge, que en este caso era Alejandrina. También le permitió a Guzmán que tuviera teléfono celular. A cambio de éstos y otros favores, “El Chapo” le pagaba, le compró una casa y cubrió los gastos del cuidado médico de un hijo de López que se accidentó.
En el 2000 López renunció a su puesto en la cárcel porque el Gobierno federal estaba investigando corrupción en el penal, dijo. Unos meses después Guzmán se fugó de la cárcel dentro del carrito de lavandería. López explicó que en el 2001 se reunió con Guzmán en el estado de Nayarit y que éste le explicó que la fuga “fue algo espontáneo” y que un tal “Chito”, encargado de la lavandería en el penal, fue quien lo sacó en el carrito, se lo llevó al aparcamiento, lo metió en el maletero de su auto y lo sacó así de la cárcel.