¿Dónde y cómo se elabora una esfera? Para responder está pregunta visitamos la empresa mexicana El Castillo de la Esfera en el Pueblo Mágico Chignahuapan, cuyo nombre significa lugar de los nueve ojos de agua; este lugar es especialista en la creación de esferas, sus habitantes han pasado este conocimiento de generación en generación.
Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).- Diciembre es un mes lleno de color, luces y adornos que enmarcan las festividades como las posadas, cena de Noche Buena, Navidad y Año Nuevo. Uno de los elementos característicos es el árbol de navidad que lleva como adorno las esferas, un elemento muy importante para los habitantes de Chignahuapan, Puebla, el productor de esferas número uno a nivel nacional.
¿Dónde y cómo se elabora una esfera? Para responder está pregunta visitamos la empresa mexicana El Castillo de la Esfera en el Pueblo Mágico Chignahuapan, cuyo nombre significa lugar de los nueve ojos de agua; este lugar es especialista en la creación de esferas, sus habitantes han pasado este conocimiento de generación en generación.
Esta empresa lleva 26 años generando fuentes de empleo y cuenta con 4 sucursales en Chignahuapan, Puebla, y otras 2 en la Ciudad de México. Un dato a mencionar es que esta empresa mexicana compite con China, que a través de las cadenas comerciales controla el 92 por ciento del mercado de nuestro país.
Arturo Amezcua guió nuestro recorrido en esta fabrica y dijo a Magazine que hace algunos años todos los talleres de Chignahuapan hicieron esferas con un diseño especial para adornar el Vaticano.
¿CÓMO SE ELABORA UNA ESFERA?
El proceso para elaborar una esfera cuenta con varios pasos en los que los artesanos hacen gala de su habilidad y creatividad.
El primer paso se da en el taller de globeo, el lugar donde nacen las esferas. Con ayuda de un soplete se calienta a 200 grados centígrados una varilla de cristal borosilicato, traído de Alemania e Italia; la alta temperatura provoca que se fragmente y quede un bulbo que se calienta nuevamente unos segundos y se comienza a soplar para irle dando forma a cada una de las esferas.
Cada artesano puede realizar hasta 900 esferas por día dependiendo el tamaño y la figura. La esfera más pequeña mide 2 centímetros y la más grande 15 centímetros, entre las figuras se encuentran gotas, campanas, peras, manzanas, piñas, lunetas y bellotas, algunas son más complicadas de realizar como es el caso de la piña, algunas utilizan molde como las que tienen forma de corazón. La mayoría de los artesanos tienen dominada esta actividad por lo que tienen calculado el tamaño de cada uno, a pesar de esto cuentan con una abrazadera para rectificar el tamaño.
El segundo paso es el taller de metalizado, a este taller las esferas llegan transparentes y se acomodan en la herrería específica para este proceso que llaman «arañas», se acomodan y se introducen en una cámara de vacío que trabaja con fragmentos de tungsteno y grapas de aluminio, el aluminio se evapora y le da un acabado tipo espejo a cada una de las esferas. ¿Para que sirve esto? Esto ayuda a que la pintura que se le aplica a las esferas posteriormente no se transparente y le de un efecto brillante, es como un tipo de base. Este proceso dura entre 20 y 25 minutos y caben hasta tres mil esferas en la cámara de vacío.
Arturo contó que antes se utilizaba una técnica más rudimentaria en la que se inyectaba el aluminio liquido a la esfera pero esto era más caro, tardado y el resultado del brillo de la esfera no era el óptimo.
El tercer paso es la pintura y después el cuarto paso es decorado, esta es una de las etapas más importantes ya que los artesanos plasman los diferentes diseños a mano.
«Aquí [taller de decorado] es donde trabajan los mejores artesanos ya que todo su talento y creatividad lo plasman en cada una de las esferas, cada uno es hecha por las manos de nuestros artesanos… hay diferentes acabados, podemos colocar diamantina, toda cubierta de diamantina, la esfera completamente transparente sin pasar por el metalizado le podemos introducir hojas de tamal, plumas o pelo de ángel», contó Arturo.
El último paso es cuando pasan al taller de empacado y encasquillado, el casquillo es la parte metálica que tienen las esferas que permite colgarlas en el árbol navideño o en donde se desee, este casquillo se coloca uno por uno en las esferas, posteriormente pasan al empacado y están listas para salir a las tiendas y los hogares mexicanos.
Algunos puntos de este taller es que buscar reciclar tanto el plástico que queda de las esferas que también fabrican de este material, tanto el aire caliente que se desprende del taller de globeo que a través de unas ventanas sube al taller de pintura y ayuda a que las esferas se sequen entre en un tiempo de entre 5 y 15 minutos.
En el Castillo de la Esfera también se fabrican esferas de plástico polietileno que se tritura y se introduce en una maquina que lo funde e inyecta, después se retira el exceso de manera manual y los residuos se trituran y reutilizan, la esfera más grande es de 20 centímetros.
Además de las esferas en el lugar se hacen centros de mesa frutales compuestos por una manzana, la piña y la pera que sirve de decoración, además durante la primera mitad del año pueden elaborar esferas personalizadas para escuelas, empresas etc. que se puede decorar a mano o con serigrafía. También fabrican los empaques de cada esfera con PET reciclado y cuentan con un taller de herrería para crear bases que también están en venta.
De acuerdo con Arturo Amezcua, hay personas que llevan 26 años trabajando en la empresa, es decir, desde su creación. Además de trabajadores de distintas generaciones ya que es un trabajo que generalmente los habitantes de Chignahuapan aprenden desde casa, en caso de no ser así ellos brindan capacitación a sus empleados.
La producción se realiza durante todo el año al igual que el recorrido por los talleres.