Perla Gómez Gallardo, la Ombudsman capitalina, es criticada por convertir a la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal en un organismo débil, que sólo es espectador en los casos más críticos de las violaciones a los derechos civiles y porque, dicen activistas, está al servicio de Miguel Ángel Mancera Espinosa, Jefe de Gobierno capitalino.
Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).– Para activistas y organizaciones civiles, el trabajo de Perla Gómez Gallardo como titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se ha quedado corto. Defensores coinciden que tanto el perfil de la Ombudsman capitalina, así como diversos factores políticos le han restado fuerza a ese organismo, el cuál antes era considerado como un ejemplo de progreso, libertad y autonomía.
Antes de la llegada de Perla, la CDHDF era una institución de contrapeso, relevancia, el modelo, el referente de las otras comisiones locales y el trabajo que de ahí salía tenía repercusión a nivel nacional, así la recuerda los activistas consultados. SinEmbargo, desde hace poco más de dos años, con la llegada de Gómez Gallardo comenzaron problemas internos, movimiento de personal y un retroceso.
«Es una suma de todo, por una parte tiene que ver con el perfil de Perla Gómez que llegó con una amplía experiencia en temas de libertad de expresión, pero no en derechos humanos en sentido amplio, entonces creo que este perfil poco abarcador afectó. Lo segundo tiene que ver con hechos que han marcado la incapacidad de gestión al interior de la institución: ha cambiado de visitadores, de directores generales en innumerables casos. Hay direcciones generales que en dos años han tenido cuatro o cinco cambios. Esto provoca descontinuidad en el trabajo, cambios de rutas. También ha habido inconformidad de los trabajadores, hace unos meses conocimos el caso de una visitadora que fue vícima de violencia, acoso y amenazada de despedido», dijo Édgar Cortés Morales, integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).
–¿Hay avances en esa institución? –se le preguntó a Cortés.
–Los avances que hay en la ciudad son claros, pero vienen de trabajo previo. Hablamos de derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, garantías de libertad, derecho a las mujeres de interrumpir el embarazo, pero son cosas que viene de atrás, no veo un hecho relevante en el último tiempo, incluso en temas que pudo haber tenido una participación importante como lo es la necesidad de cambios en el sistema penitenciario, no los tenemos. Tampoco hay cambios en el proceso penal acusatorio. En el mejor de los casos la Comisión es una mera espectadora de estos hechos.
–Se señala que esto se resume en la relación con el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, ¿qué opina?
–Yo creo que cuando ella llegó al cargo había una serie de vínculos que la mantenían cerca de Mancera, que era a través de personas que tenía en la Asamblea Legislativa, ahora en la Consejería Jurídica, también con el antiguo Secretario de Gobierno… en fin, creo que llegó con este señalamiento y aunque uno hubiera intentado hacer un beneficio de la duda, después de dos años uno puede darse cuenta que no hay acción o muestras evidentes de que esté interesada en construit una autonomía desde la Comisión respecto al poder público, de pronto sólo queda como una observadora pasiva, dejando que asuntos de violaciones a derechos humanos, de exceso de las autoridades de gobierno no sea una voz crítica y una instancia que busque prevenirlas.
–¿Los capitalinos están desprotegidos?
–Yo veo que estamos con sinstitucionaes marcadamente débiles y eso afecta a los ciudadanos.
EL ANTES Y EL DESPUÉS
Emilio Álvarez Icaza Longoria, Luis González Placencia y Mario Patrón, quienes hoy siguen representando a organismos públicos de derechos humanos, son quienes antecedieron a Perla Gómez, quien llegó el 5 de noviembre de 2013 a la CDHDF y terminará su cargo el 31 de octubre de 2017.
En aquella ocasión, una parte del gremio académico celebró los 57 votos a favor que Gómez Gallardo logró en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Perla Gómez Gallardo es egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Licenciada y Maestra en Derecho con Mención Honorífica en la UNAM. Doctorado con Mención Honorífica con la Tesis: “Revisión epistemológica de los alcances y límites de la libertad de expresión y del derecho de acceso a la información frente a los derechos de la personalidad tratándose de figuras públicas”. Medalla “Alfonso Caso” al Mérito Universitario en Maestría y Doctorado. El Sistema Nacional de Investigadores la reconoce con el Nivel I.
Además, en aquel entonces era profesora investigadora Titular “C” adscrita al Departamento de Estudios Institucionales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Cuajimalpa y profesora de la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.
En un texto publicado por SinEmbargo el pasado 5 de diciembre, Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos Infancia en México (REDIM), dijo que existen retrocesos importantes en la Ciudad de Mexico, como la pérdida de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, organismo que dejó de ser un contrapeso al gobierno local.
“[Mancera] Capturó a la Comisión de Derechos Humanos [del Distrito Federal]. Coloca a una persona [Perla Gómez] que no es defensora de los derechos humanos y que ha estado bajo la tutela y la anuencia positiva de Mancera. Perdimos a una institución que había sido como un contrapeso real desde hace 15 años atrás”, aseveró en entrevista con la reportera Shaila Rosagel.
Para Pilar Tavera de Propuesta Cívica, la CDHDF pudo hacer mucho, respecto a los casos relacionados con la protesta social, que tras la llegada de Emrique Peaña Nieto y hechos como Ayotzinapa aumentaron. Sin embargo, el organismo se ha pronunciado de forma tardía cuando existen violaciones a los derechos humanos.
«En el último año hemos visto un trabajo de la Comisión más sustancial, que no sólo hay condena sino existen exigencias más o menos claras, llamado a la mesa de discución a los actores, para generar protocolos en manifestaciones que justamente respeten los derechos de las personas. Y no podemos dejar pasar, que en el marco de estas mesas sucedió una agresión a los compañeros de Brigada Marabunta, en una detención que fue claramente un castigo, porque esta fue una acción muy dirigda a las principales caras de esa organización, justo cuando estábamos en negociación. Esto es alarmante porque es un tema que va a seguir. Y vemos a una Comisión muy débil frente al gobierno local», opinó Tavera.
La activista de Propuesta Civica declaró que con una CDHDF débil sus recomendaciones o posturas no son tomadas en cuenta y que desde unos meses Perla Gómez ha intentado retomar el curso de la autonomía, pero «el contexto es total y completamente adverso».
–¿Hay retroceso en la CDHDF?
–Sí.
–¿Ve logros?
–Hay una idea de recuperarse como contrapeso, lo cual significa cambiar de actitud y de estrategia. Perla Gómez quiere retomar el rumbo, y creo que fue a partir de uno de los hechos más fuertes, que fue el asesinato de Rubén Espinosa.
EL INICIO DEL FIN
El jueves 12 de junio de 2014, el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, con ayuda de su entonces Secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortes, rompió la autonomía de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, luego de la presentación del primer informe de actividades de la presidenta de ese organismo, Perla Gómez.
De acuerdo con fuentes diversas que estuvieron cercanas a ese hecho, ahí se concretó la sumisión de la Ombudsman capitalina.
«Ese fue el momento que marcó la entrega de la CDHDF», dijo una de las personas consultadas. Otra comentó: «Mancera lo consideró una emboscada y se acabó la relación». Una más aseveró que la intención fue «chingarse a la gente de Marcelo Ebrard [ex Jefe de Gobierno] y hacer un organismo de derechos humanos mancerista».
¿Qué fue lo que pasó? Una operación de Héctor Serrano provocó que Perla Gómez doblara las manos y respaldara a Mancera desde la CNDH, organismo que fue entregado a la Ombudsman, según los entrevistados, como un premio.
Aquel día, la activista Gisela Pérez de Acha acudió al evento sin siquiera pensar que minutos después usaría sus conocimientos aprendidos en la organización Femen para saltar una valla, burlar a seis guardias de seguridad e increpar al mandatario capitalino, quien estaba tras una atril hablando de libertades.
«Fue un informe abierto [en las instalaciones de la CDHDF], entré con mi credencial de estudiante del ITAM [Instituto Tecnológico Autónomo de México]. Yo non sabía que iba a protestar el movimiento de 1DMX. No tenía nada planeado, pero me empezó a dar coraje escuchar a Mancera decir que respetaba las protestas de los jóvenes, cuando se habían dado varias represiones en el Distrito Federal, por parte del Gobierno y de la prensa tradicional. Y eso fue antes de Ayotzinapa… Yo me enojé y fui a comprar una cartulina –en un Office Depot que está a unas cuadras– y puse que «Protestar no es delito. Reprimir sí» y cuando regresé los del 1DMx ya habían iniciado su manifestación. Pero yo no sabía nada: es más si nos hubiéramos organizado no nos hubiese salido tan bien, alguien se habría dado cuenta. Burle la seguridad, me puse al lado de Mancera y le dije que protestar no era delito», narró Pérez de Acha a SinEmbargo.
A la par una veintena de manifestantes seguían lanzando consignas y gritando sus exigencias. De pronto, de entre el público alguien lanzó una botella de plástico al podio donde se encontraban tanto el Jefe de Gobierno como la titular de la CDHDF. El objeto no alcanzó a golpear a nadie, pero obligó a Mancera Espinosa a abandonar el recinto.
El Jefe de Gobierno subió, furioso, a su camioneta, relata una fuente cercana al mandatario. Con él estaban el coordinador de Comunicación Social del gobierno capitalino, Fernando Macías, y su brazo derecho, Serrano Cortés.
“Fue esa pinche vieja…”, dijo Serrano a Mancera en referencia a la Ombudsman Perla Gómez Gallardo.
De acuerdo con los entrevistados, ese mismo día Héctor Serrano Cortés llamó a Gómez y le reclamó: «Sabes qué, Perla, el jefe está enojado».
Tras ese suceso, tanto el Gobierno del Distrito Federal (GDF) como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitieron comunicados relacionando a Acha con anarquistas y actos de violencia.
«Una semana después, luego de una clase de yoga en Reforma, Héctor Serrano dijo a MVS que todo aquel que había cometido un acto de violencia verbal contra el mandatario en ese evento de la CDHDF se le iba a abrir una averiguación previa. En ese momento personal de Artículo 19 me ayudó a salir de la ciudad, como medida preventiva y tres días después Serrano retiró lo dicho y especificó que las relaciones previas eran referentes a otra manifestación. Luego, una semana y media después de lo de Mancera, alguien entró con cuerdas, por el techo de la casa donde estaba en ese entonces, fueron detectados por las cámaras de vigilancia, a robarse mi computadora y cargador mientras estaba dormida», agregó Gisela Pérez.
SinEmbargo publicó en agosto de 2014 un texto titulado: «El poder en el DF tiene nombre: el licenciado Serrano», el cual retrata este hecho. Fuentes consultadas entonces y ahora refieren que: Perla Gómez no ideó ese hecho, sino Héctor Serrano, con el fin de afectar la imagen de la titular de la CDHDF, así como la de quien la llevó a ocupar ese puesto, Manuel Granados Covarrubias, el ex presidente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.