Hasta ahora, se creía que, con el envejecimiento, las células madre que regeneran nuestro cabello morían al igual que el folículo, pero los resultados de este estudio apuntan a que es posible revertir este proceso.
Ciudad de México, 22 de octubre (RT).- Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern (EU) ha descubierto el mecanismo genético que hace que vayamos perdiendo cabello cuando envejecemos. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para detener y revertir el proceso.
Hasta ahora, los científicos creían que, con el envejecimiento, las células madre que regeneran nuestro cabello iban muriendo, a la vez que se moría el folículo. Con su progresiva desaparición, el pelo se ponía primero blanco y luego moría.
Pero, usando un láser de longitud de onda larga para observar el crecimiento del pelo de los ratones a nivel subcutáneo, los investigadores descubrieron que esa teoría podría ser errónea.
Escape of hair follicle stem cells causes stem cell exhaustion during aging | Nature Aging https://t.co/ppW7iYrCYR
— Shiri Gur-Cohen (@ShiriGurCohen) October 5, 2021
En el artículo donde se explica el hallazgo, los investigadores examinaron los procesos genéticos que determinan esta actividad, e identificaron dos genes denominados «FOXC1» y «NFATC1», responsables de atrapar las células madre en la protuberancia del folículo. Estos eran menos activos en las células más viejas del folículo piloso.
Para demostrar su teoría, el equipo cultivó ratones sin ninguno de esos dos genes. Tras solo cuatro o cinco meses, empezaron a perder el pelo. A los 16 meses, más o menos cuando los ratones alcanzan la edad adulta, habían perdido la mayor parte del pelo y solo les quedaban unos pocos mechones grises.
«Si no lo hubiera visto por mí mismo no lo habría creído», dijo a The New York Times Rui Yi, profesor de patología de la Universidad Northwestern y líder de la investigación. «Es casi una locura en mi mente», agregó.
Ahora, los investigadores intentan encontrar un método para salvar las células madre del pelo de los ratones viejos y que se siga reproduciendo. Este descubrimiento supone un gran avance que puede ayudar a diseñar nuevas terapias genéticas que impidan el proceso de envejecimiento y caída del cabello.
El estudio con la descripción del hallazgo fue publicado en la revista Nature Aging.