Científicos afirman que entre las afectaciones que pueden presentarse a la salud por ejercicio excesivo se encuentran las arritmias, problemas digestivos y cambios en los músculos del corazón.
Ciudad de México, 22 de ocbtubre (TICBeat/SinEmbargo).- Algunos mantienen que nada en exceso es bueno, sobre todo el reciente estudio publicado en el periódico deportivo australiano Alimentary Pharmacology and Therapeutics que revela que practicar demasiado deporte puede provocar el síndrome del intestino permeable (‘leaky gut’), un síndrome en el que las paredes intestinales se inflaman y debilitan permitiendo el paso al torrente sanguíneo de toxinas, microbios y partículas de comida sin digerir.
El síndrome del ‘leaky gut’ está ligado a enfermedades como fatiga crónica y esclerosis múltiple. No tiene cura inmediata, pero una dieta sin gluten y no machacarte en el gimnasio puede ser de ayuda.
Los expertos lanzan estas advertencias para aquellos que realicen más de dos horas diarias de ejercicio de manera regular, sosteniendo que posiblemente los efectos sean más negativos que positivos.
Sin embargo, un exceso de ejercicio no solo daña el intestino. Hay varios riesgos asociados con la práctica abusiva del deporte.
Un ritmo cardíaco anormal.
Los científicos mantienen que los atletas que practiquen de resistencia habitualmente pueden estar en peligro de causar cambios permanentes en los músculos del corazón.
Sostienen que puede producir arritmias, incrementando el peligro de muerte por paro cardiaco.
Un estudio publicado en el European Heart Journal en 2013 insistió en el peligro que tiene hacer demasiado deporte para aquellos que tengan ritmos cardíacos irregulares. Los investigadores midieron el ritmo cardíaco de 52 mil esquiadores de cross country durante diez años y descubrieron que el riesgo de sufrir arritmias incrementaba tras cada carrera. La intensidad también influye, según el estudio.
Según un estudio, los wearables deportivos son muy eficaces a la hora de medir el ritmo cardiaco, por lo que puedes hacer uso de los mismos para controlarlo.
SISTEMA INMUNOLÓGICO DÉBIL
El cortisol es una hormona esteroidea que libera como respuesta al estrés físico, estimulando la gluconeogénesis en el hígado e incrementa la descomposición de las proteínas en los músculos. Inicialmente tiene implicaciones positivas, sin embargo también tiene efectos nocivos ya que aquellos que tengan niveles elevados de cortisol son más tendentes a enfermar. Esto ocurre porque los niveles de cortisol incrementan cuando al cuerpo se le somete a ejercicio intenso, volviendo a su estado habitual cuando dejas de entenar. Sin embargo, si haces demasiado ejercicio el cuerpo no llega a recuperarse, quedándose en el estado provocado por el elevado nivel de cortisol y dañando al sistema inmunológico.
HUESOS DÉBILES
Los elevados niveles de cortisol también interfieren con la formación de huesos. Cuando hay cortisol en el flujo sanguíneo, se descompone más tejido óseo del que se crea. Esto implica que los deportistas que someten sus cuerpos a mayor estrés físico son más propensos a fracturar o romperse huesos.
Además, una pérdida de densidad ósea puede dar lugar a osteoporosis y artritis.
DEMASIADO EJERCICIO
Scott Laidler revela algunos síntomas que pueden manifestarse si estás haciendo demasiado ejercicio:
Duermes mal
Dolor muscular
Pérdida de líbido
Baja energía
Ritmo cardíaco anormal
Inflamación de las glándulas linfáticas
Poca coordinación
Pérdida del apetito
Estás irascible
Incapacidad para acabar entrenamientos
Lo más importante es que prestes atención a las señales que te mande tu cuerpo y descanses bien hasta que te encuentres recuperado. Tómate el tiempo que necesites para ello, ya sean días, semanas o meses. Así, adopta hábitos y dietas sanas.
Una vez que estés recuperado comienza a ejercitar de nuevo poco a poco.