La organización I(dh)eas reporta que entre 2015 y 2016 hubo un aumento de 168 por ciento de los casos de desapariciones de mujeres y niñas en el Estado de México, al pasar de 120 casos denunciados a 279. Hasta abril de este 2017, se denunciaron 139 desapariciones en la entidad gobernada por Eruviel Ávila, por lo que si esta tendencia continúa, las cifras superarían los casos de 2016, alerta el grupo civil en su reporte.
En Ecatepec de Morelos, Cuautitlán Izcalli, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Toluca de Lerdo existe una tendencia creciente, pese a que en esos municipios opera una Alerta de Género. En los últimos diez años, el 45 por ciento [mil 068 niñas y mujeres desaparecidas] del total de los casos de la entidad se concentra en esos municipios.
La investigación destaca que se desconoce el número carpetas abiertas en el Edomex por las desapariciones, así como la cifra de sentencias, ya que la figura de desaparición de personas no se encuentra tipificado en el código penal de esa entidad. Esto «evidentemente invisibiliza dramáticamente el fenómeno e impide realizar un seguimiento de los casos, lo cual genera una profunda incertidumbre frente al fenómeno», sostiene I(dh)eas.
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Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).– De 2011, año en que el actual Presidente Enrique Peña Nieto aún fungía como Gobernador del Estado de México, a 2017 –con el priista Eruviel Ávila al frente de esa entidad– se han registrado más casos de mujeres desaparecidas que feminicidios en cinco municipios rojos del Edomex, revela una investigación de la organización I(dh)eas basada en cifras oficiales.
La organización atribuye este aumento en desapariciones a la ausencia de políticas públicas para prevenir, investigar, sancionar y reparar las desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres; la falta de tipificación del delito de desaparición de personas o desaparición forzada en el Código Penal del Estado de México, y el aumento en las denuncias sobre casos de extravío o desaparición, que destapa la cifra negra a pesar de la disparidad en el manejo estadístico y la ausencia de criterios oficiales para reportar estos hechos.
La médico Jessica Sevilla Pedraza, de 29 años, desapareció el viernes cuatro de agosto por la tarde. Fue vista por última vez en una gasolinera del municipio mexiquense Xonacatlán. Después, su cadáver degollado y desollado fue hallado entre arbustos en Huixquilucan. Tenía un hijo de un año. Iba a presentar su examen para la especialidad en Ginecología.
«Yo quiero que las autoridades me digan cómo le voy a decir al niño cuando me pregunte que a su mamá la mataron y que ninguna autoridad hizo algo por ella. ¿Cómo? Invito al señor [Gobernador] Eruviel Ávila y al [Presidente Enrique] Peña Nieto que me digan cómo le voy a explicar, cómo le voy a decir. Que me digan cómo le diré que su mamá murió de esta manera. Que se tienten el corazón”, aseguró a este sitio hace unos días su madre Juana Pedraza. «Tengo cuatro hijas, ¿cuándo se va a poder salir a la calle sin el temor de que a la hora de la salida les pueda pasar algo y quién sabe si regresen… como pasó con Jessica? ¿Cuándo voy a tener esa seguridad de si ellas van a estar bien?», dijo su padre Abel Sevilla.
En los municipios de Ecatepec de Morelos, Cuautitlán Izcalli, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y Toluca de Lerdo –cinco de los 11 municipios con Alerta de Género– ha habido una tendencia creciente de casos de niñas, adolescentes y mujeres extraviadas o desaparecidas. En los últimos diez años el 45 por ciento (mil 068 niñas y mujeres desaparecidas) del total de los casos del Estado se concentra en esos municipios mencionados.
A su vez, estos municipios están dentro de los 10 más poblados del Estado de México y es Ecatepec de Morelos el que concentra tanto el mayor número de habitantes [1 millón 677 mil, que equivalen al 10 por de la población estatal], como el mayor número de casos de niñas y mujeres desaparecidas: 357, que equivalen al 15 por ciento de los casos totales.
De 2015 a 2016 hubo un incremento de los casos de un 168 por ciento al pasar de 120 denunciados a 279 durante el año pasado, de acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.
Juan Carlos Gutiérrez Contreras, coordinador de I(dh)eas, dijo en entrevista con SinEmbargo que este aumento de desapariciones «demuestra que el problema estructural de la violencia de género continúa de forma fuerte y las desapariciones son un indicador muy importante de que es necesario atender la situación en coordinación entre las autoridades locales y la sociedad civil».
«La idea de trabajar el Estado de México es visibilizar el tema de la desaparición de personas, en concreto, de mujeres, como un fenómeno que se articula y se estructura en la violencia de género en un estado donde más se reportan casos a nivel nacional», aseguró.
La investigación resalta que se desconoce el número de carpetas de investigación abiertas por los casos de mujeres desaparecidas, así como la cifra de sentencias por este tipo de delito, ya que el crimen de desaparición de personas no se encuentra tipificado en el código penal del Estado de México. Esto «evidentemente invisibiliza dramáticamente el fenómeno e impide realizar un seguimiento de los casos, lo cual genera una profunda incertidumbre frente al fenómeno», expone.
Gutiérrez Contreras añadió vía telefónica que existen disparidades al categorizar la desaparición forzada y no existen criterios suficientes, por lo que puede ser tipificada como otro tipo de situaciones como «ausente» o «extraviado». Ante ello, dijo que la cifra de desapariciones de mujeres podría ser mayor, pero el ministerio público no los registra de esa manera.
2017: UN AÑO DE TERROR
Al cierre de abril de este 2017, se denunciaron 139 desapariciones en el Estado de México. Si esta tendencia continúa durante el presente año, la cifra de podrían superar a las presentada en el 2016 sobre niñas, adolescentes y mujeres extraviadas o desaparecidas, alertó I(dh)eas en su reporte.
Elena Arlette Salas, defensora de los derechos de los animales de 32 años, desapareció en Coacalco el 8 de septiembre del año pasado, junto con su esposo Omar David Castañeda Viloria, policía municipal en Tultitlán. En marzo sus cuerpos fueron encontrados en ese mismo municipio.
De 2015 a 2016 se registró un decrecimiento en los casos de homicidio doloso a mujeres equivalente al 35 por ciento (de 120 a 78 casos) y un crecimiento de 9 por ciento en los casos de feminicidio denunciados (de 22 a 24), señala la investigación.
El coordinador de I(dh)eas especificó que un homicidio doloso es un acto donde se puede ver vinculada una mujer, pero no se establece que fue un acto de violencia de odio, misoginia o machismo, por ejemplo, un enfrentamiento armado, un cruce de fuego o un accidente doloso.
Respecto los casos de feminicidio, el delito se tipificó en la legislación penal del Estado de México a partir del año 2016 y desde allí, según los datos reportados por el Poder Judicial del Estado de México al 30 de abril de 2017, se han emitido 101 sentencias condenatorias, con un promedio de 19 sentencias por año y con una disminución notoria en las mismas en los años 2015 y 2016.
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DOS MIL 367 MUJERES DESAPARECIDAS
En una investigación previa, I(dh)eas documentó que desde 2006 y hasta abril de 2017 se han registrado 2 mil 367 mujeres y niñas desaparecidas en el Estado de México, en los llamados “focos rojos”: los municipios de Nezahualcóyotl, Ecatepec de Morelos, Chimalhuacán, Cuautitlán y Toluca de Lerdo, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia estatal.
En junio la niña de 11 años Valeria Teresa Gutiérrez desapareció después de subir a una combi de la Ruta 40 del transporte público de Nezahualcóyotl. Su cuerpo sin vida fue localizado un día siguiente con huellas de haber sido víctima de abuso sexual. Las autoridades insinuaron que la menor de edad «se había ido con el novio».
Los focos amarillos, donde se documentaron de 60 a 90 desapariciones, se encuentran en Chalco, Valle de Chalco Solidaridad, Ixtapaluca, la Paz, Tultitlán y Tecámac, todos municipios cercanos a la Ciudad de México.
De los 125 municipios mexiquenses, 18 de ellos no registran ningún caso de mujeres extraviadas. Entre ellos, al oeste de la entidad, en Zacazonapan, Amanalco y San Simón de Guerrero, así como al sureste, en Ozumba, Ecatzingo y Tepetixcla.
Esto no implica que en esas zonas no ocurra el fenómeno, sino que las personas no lo han denunciado o las autoridades municipales lo han catalogado de otra manera, especificó Juan Carlos Gutiérrez Contreras, coordinador de I(dh)eas.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) expuso en un informe que la fiscalía especializada en casos de desapariciones del Estado de México desconoce el protocolo para la búsqueda e investigación del delito y por lo tanto no lo aplica.
“En las oficinas de la Fiscalía Especializada para la Investigación de Personas Desaparecidas, no Localizadas, Extraviadas y Ausentes, de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, su titular manifestó al personal de la Comisión Nacional que la entrevistó, que desconocía el contenido y entrada en vigor del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Investigación del Delito de Desaparición Forzada, y por ende, no tenía aplicación en esa Fiscalía”, expone el Informe Especial de la CNDH sobre desaparición de personas y fosas clandestinas en el Estado de México publicado en abril.