Estados Unidos “todavía no está fuera de peligro” de la pandemia de coronavirus, en un momento donde los no vacunados están infectando a personas ya vacunadas y creando un repunte de contagios.
Ciudad de México/Nueva York, 22 de julio (SinEmbargo/AP).– Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, usó un tono de urgencia cuando dijo, este jueves, que el país “todavía no está fuera de peligro” y se encuentra una vez más en “otro repunte crucial de esta pandemia” a medida que la variante Delta altamente infecciosa arrasa comunidades de bajas tasas de vacunación.
El tema es que los que se resisten a vacunarse están llenando los hospitales y están provocando otro fenómeno: que los vacunados también se enfermen, algo que es altamente probable porque la vacuna no es “un boleto de oro”.
A medida que la variante Delta surge en todo el país, los informes de infecciones en personas vacunadas se han vuelto cada vez más frecuentes, incluido, más recientemente, entre al menos seis demócratas de Texas, un asistente de la Casa Blanca y un asistente de la Presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.
Rochelle Walensky lanzó la advertencia desde la Casa Blanca, donde el Presidente Joe Biden organizó una gran fiesta del 4 de julio, en el jardín sur, para declarar la “independencia del virus”. Esta señal refleja una creciente preocupación entre los funcionarios de la administración de que los avances que parecían haber logrado se están borrando y de que el aumento actual de casos abrumará los sistemas de salud en partes del país.
Los casos nuevos, las hospitalizaciones y las muertes se mantienen en una fracción de sus picos devastadores anteriores. Las vacunas siguen siendo eficaces contra los peores resultados de COVID-19, incluida la variante Delta. Los expertos dicen que las infecciones en personas vacunadas son hasta ahora relativamente poco comunes, pero recomendaron no bajar la guardia.
Se estima que la variante Delta representa el 83 por ciento de los casos nuevos en los Estados Unidos. Algo menos de la mitad del país estaba completamente vacunada, al igual que poco menos del 60 por ciento de las personas elegibles.
Apenas hace unos días, de acuerdo con The New York Times, una boda en Oklahoma llevó a que 15 invitados vacunados se infectaran de coronavirus. “Las estridentes celebraciones del 4 de julio dispersaron el virus desde Provincetown a docenas de lugares en todo el país, a veces llevado por celebrantes completamente vacunados”, planteó el diario neoyorquino.
CONTAGIOS ENTRE VACUNADOS
¿Qué es la infección posvacuna COVID-19? Es cuando una persona totalmente vacunada se infecta de coronavirus. Se espera que haya un pequeño número de casos y las autoridades de salud dicen que no son un motivo de alarma.
Las vacunas contra la COVID-19 funcionan enseñando al cuerpo a reconocer el virus, así que, en caso de quedar expuesto a él después de la vacunación, el sistema inmunitario debería estar listo para combatirlo.
En los estudios, las vacunas de dos dosis desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna tuvieron una efectividad de alrededor del 95 por ciento a la hora de prevenir la enfermedad, mientras que en el caso de la vacuna de Johnson & Johnson, que es de una dosis, fue del 72 por ciento, aunque las comparaciones directas son difíciles. Así que aunque las vacunas son muy buenas para protegernos contra el virus, sigue siendo posible contagiarse y tener síntomas leves, e incluso ninguno.
Si uno se enferma a pesar de estar vacunado, los expertos dicen que las inyecciones ayudarán a reducir la gravedad de la enfermedad, la razón principal para hacerlo.
La mayoría de la gente vacunada que se enferma de COVID-19 solo tiene un cuadro leve, dijo el doctor William Moss, experto en vacunas de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg.
En Estados Unidos, casi todas las hospitalizaciones y decesos por el coronavirus son de gente sin vacunar.
Es difícil determinar por qué se enferma la gente ya vacunada. La carga viral a la que se está expuesto puede ser un factor, apuntó Moss. El sistema inmune de cada persona también afectará a la respuesta a las vacunas. Algunos, por ejemplo, tienen problemas de salud o toman alguna medicina que podría hacer que su sistema inmunológico responda menos al fármaco.
Es posible que los afectados hayan estado expuestos al virus antes de las inyecciones surtieran efecto. Y, aunque esto es menos probable, también pueden haber recibido una dosis que estaba mal almacenada o administrada, dijo Moss.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos señalan que las variantes del virus podrían tener algo que ver en algunos casos, aunque la evidencia existente hasta la fecha indica que las vacunas administradas en Estados Unidos son efectivas contra todas ellas.
Las autoridades de salud están atentas a un posible repunte en estas infecciones, lo que podría ser un indicativo de que la protección que ofrecen las vacunas está desapareciendo y que se necesita un refuerzo.
CONFUSIÓN POR INFECCIONES POSVACUNA
Los reportes de deportistas, legisladores y otras personas que enfermaron de COVID-19 a pesar de estar vacunados podrían sonar alarmantes, pero los expertos de salud señalan la abrumadora evidencia de que las vacunas hacen lo que deberían hacer: reducir drásticamente las infecciones graves y el riesgo de muerte.
El mejor indicador: La enorme mayoría de pacientes hospitalizados y decesos por COVID-19 en Estados Unidos son personas no vacunadas, y datos de Gran Bretaña e Israel respaldan la evidencia de que la protección que ofrece la vacuna en contra de los peores casos de la enfermedad sigue siendo sólida. Lo que los científicos llaman infecciones posvacunación representan apenas una pequeña fracción de los casos.
“Cuando escuchan de una infección posvacuna, no necesariamente significa que la vacuna haya fallado”, dijo el doctor Anthony Fauci, el experto del Gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, en una declaración ante el Senado esta semana. Las vacunas —aseguró— están haciendo su trabajo, incluso ante el avance de la altamente infecciosa variante delta que se propaga en comunidades de personas no vacunadas.
Las autoridades de salud han advertido que a pesar de que las vacunas contra la COVID-19 son increíblemente efectivas —las de Pfizer y Moderna ofrecen una protección de cerca del 95 por ciento en contra de infecciones sintomáticas, según estudios—, no son perfectas. Ninguna vacuna lo es.
Pero no fue hasta que la variante delta comenzó a propagarse que el riesgo de las infecciones posvacuna comenzó a llamar la atención pública. La serie de encabezados es desconcertante para las personas vacunadas que se preguntan cómo regresar a la normalidad con una mayor exposición a personas no vacunadas, en especial si tienen familiares vulnerables, como podrían ser los hijos muy pequeños que no son elegibles a ser inoculados.
Los aficionados al deporte ven reportes diarios de atletas infectados, desde los Yanquis de Nueva York hasta competidores olímpicos. Con la justa olímpica a la vuelta de la esquina, la gimnasta estadounidense Kara Eaker, quien dijo que estaba vacunada, arrojó positivo en el campo de entrenamiento ubicado a las afueras de Tokio. La jugadora de la WNBA Katie Lou Samuelson se retiró de los Juegos Olímpicos y de la competencia de 3 contra 3 después de arrojar positivo a pesar de estar vacunada.
Y los políticos en la capital del país se ponen nerviosos por los reportes de infecciones posvacunación, entre ellos los del legislador republicano por Florida Vern Buchanan; los de algunos legisladores demócratas de Texas que visitaron Washington como parte de una protesta; los de dos personas en la Casa Blanca y los de varios miembros del personal del Congreso.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el miércoles que con dos mil 200 personas en las instalaciones de la Casa Blanca a diario, las infecciones posvacuna son inevitables, pero que el Gobierno dará a conocer información en caso que los doctores determinen que algún miembro del personal estuvo en contacto cercano con el Presidente, la Vicepresidenta o sus cónyuges.
Una cuestión crítica sobre las infecciones posvacunación es si la persona presentó síntomas, dijo a The Associated Press el doctor Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud. “¿O es alguien a quien se le practicó una prueba diagnóstica como medida preventiva porque tuvo que acudir a un lugar como el Congreso?”, preguntó.
De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) han dicho desde hace varios meses que las personas vacunadas no necesitan someterse a pruebas diagnósticas a menos que presenten síntomas. La agencia hace referencia a la evidencia limitada de que es menos posible que infecten a alguien más comparadas con las personas no vacunadas con infecciones asintomáticas.
Pero cada lugar tiene sus reglas. En Gran Bretaña, el Primer Ministro Boris Johnson —quien sobrevivió a la COVID-19 a principios de la pandemia y que ya está vacunado— comenzó su cuarentena el fin de semana luego de entrar en contacto con una persona que presentó síntomas leves relacionados con una infección posvacuna.
Además, se requieren de rigurosas pruebas diagnósticas en momentos en que miles de deportistas, entrenadores, directivos y miembros de la prensa —no todos ellos vacunados— llegan a Tokio para los Juegos Olímpicos, que fueron postergados un año por la pandemia.
Aunque no existe un conteo específico, queda claro que las infecciones posvacuna son poco comunes. Al 12 de julio, los CDC habían contabilizado a cinco mil 492 personas vacunadas que fueron hospitalizadas o fallecieron y dieron positivo a coronavirus, de un total de más de 159 millones de estadounidenses que están completamente vacunados. La directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, dijo que el 99.5 por ciento de los decesos por COVID-19 son de personas no vacunadas.
No existe un conteo independiente de infecciones posvacuna leves o asintomáticas, aunque los CDC intentan rastrearlas mediante estudios como el que realiza pruebas diagnósticas semanales a más de cinco mil trabajadores esenciales, dijo Walensky al Senado.
Las infecciones posvacunación tienden a ser leves debido a que, con la inoculación, el sistema inmunitario del paciente no tiene que empezar a combatir el virus desde cero. Incluso si el virus se cuela entre los anticuerpos generados por la vacuna y comienza a replicarse en nariz y garganta, las defensas secundarias pueden intervenir y por lo general “el virus es frenado en cuestión de días”, dijo el inmunólogo de la Universidad de Pensilvania Scott Hensley.
Existen salvedades. Las vacunas no funcionan tan bien en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los de aquellos que se sometieron a trasplante de órganos.
Y el Gobierno sigue de cerca cualquier indicio de un aumento en las infecciones posvacuna, en especial las graves, porque eso podría indicar una necesidad de vacunas de refuerzo.
En tanto, autoridades de la Casa Blanca quieren “normalizar” el concepto de las infecciones posvacunación en el público, ya que les preocupa que estos inusuales e inevitables casos contribuyan a la guerra de desinformación que es una de las razones por las que millones de personas han optado por no vacunarse.
–Con información de Candice Choi y Lauran Neergaard, AP