La»moda» de tener animales exóticos como mascota no es correcto éticamente porque la convivencia con ellos resulta peligrosa, aseguró un académico de la UNAM.
Ciudad de México, 22 de julio (SinEmbargo).– Cuando el usuario explora en redes sociales, las fotografías de mascotas no faltan en su muro. Gatos, perros, hámsters, son sólo algunos de los animales estrellas de Instagram, Facebook y Twitter, y los que obtienen más “me gusta”.
Sin embrago, hay quienes también prefieren destacar presumiendo a sus extravagantes mascotas, que van desde aves (canarios, periquitos, ninfas, agapornis), alacranes y víboras hasta grandes felinos, especies que no han sido criados en cautiverio para cumplir la función de compañía y que resultan un peligro.
“Éticamente no es correcto tenerlos, porque la convivencia con ellos es peligrosa. Algunos que en un principio tenían como fin la producción de carne, leche o huevo, ahora están integrados a la familia, y otros tantos, cuya posesión está legalizada (leones y tigres), ponen en riesgo la vida de las personas. Por ello, las consideraciones para tener un animal no convencional pueden ser muy diversas”, Itzcóatl Maldonado Reséndiz, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explica que tortugas japonesas, hurones, conejos y cuyos, entre otros, son inofensivos porque ya están domesticados a los largo de años, a diferencia de los antes mencionados.
Tener a una especie de compañía no convencional o tradicional representa un problema, pues mucha veces los dueños no tienen idea de qué deben comer y les dan cosas que no son apropiadas.
“[A los loros, por ejemplo] les dan papillas a base de lácteos o masas de maíz, ingredientes que en la naturaleza no se encuentran y que les generan desnutrición que se acumula a lo largo del tiempo y pone en riesgo su vida”, alertó.
Otros de los inconvenientes que se presenta es que las personas que adquieras estos animales no piensan a futuro, es decir, no imaginan en el tamaño que tendrán cuando lleguen a su etapa adulta lo que representa más espacio y el aumento en el costo de su mantenimiento. Además del peligro.