La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, como una enfermedad potencialmente mortal.
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California, 22 de julio (SinEmbargo/Agencia Informativa Conacyt).- Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) desarrollan un estudio sobre chinches de la familia Triatominae que habitan en la península bajacaliforniana, uno de los hospederos del parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, como una enfermedad potencialmente mortal, provocada por el parásito Trypanosoma cruzi, el cual se transmite a los seres humanos a través de las heces de las chinches y se encuentra en 21 países de América Latina.
La investigación en curso, con financiamiento del fondo de Atención a Problemas Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), tiene por objetivos desarrollar marcadores moleculares para caracterizar genéticamente tanto al parásito como a las chinches, determinar la estructura poblacional de las chinches y elaborar modelajes de nicho climático para determinar zonas susceptibles de ser habitadas por los insectos.
CHAGAS, UNA ENFERMEDAD POCO ATENDIDA
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Carlos Alberto Flores López, investigador de la Facultad de Ciencias de la UABC, explicó que la enfermedad de Chagas es un padecimiento poco estudiado y que no ha despertado gran interés en la industria farmacéutica, a pesar de que afecta a una población significativa.
Refirió que en América Latina se estima que mueren aproximadamente 10 mil personas al año por enfermedad de Chagas, en su mayoría personas que viven en zonas de bajo nivel socioeconómico, donde las chinches están adaptadas a alimentarse de humanos.
Aunque una vez infectada una persona puede vivir décadas sin manifestar síntomas por portar el parásito Trypanosoma cruzi, al activarse provoca —en su fase aguda— trastornos cardiacos y alteraciones digestivas o neurológicas que con el paso del tiempo pueden provocar muerte súbita o insuficiencia cardiaca.
EL CICLO INSECTO-MAMÍFERO
A diferencia de otras enfermedades como la malaria, cuyo parásito se transmite directamente por la picadura de un mosquito, la transmisión del parásito causante de la enfermedad de Chagas implica un ciclo que se intercala entre insecto y mamífero.
El doctor Carlos Alberto Flores consideró que el parásito Trypanosoma cruzi es un microorganismo muy bien adaptado desde el punto de vista evolutivo, que no solamente afecta a humanos sino también a otros mamíferos.
“Para completar su ciclo, porque tiene diferentes fases de desarrollo, el parásito necesita estar en el mamífero, después llega una chinche que se alimenta de ese mamífero, adquiere el parásito, termina de desarrollar esas fases el parásito y si la chinche se alimenta de otro mamífero, se lo pasa; el ciclo natural es insecto, mamífero, insecto, mamífero”, describió.
Indicó que el parásito está adaptado para transmitirse a través de las heces de las chinches, tras hacer contacto con una herida expuesta o alguna mucosa, por ejemplo, la mucosa ocular.
DIPETALOGASTER MAXIMUS Y SU MORFOLOGÍA
La chinche Dipetalogaster maximus pertenece a la subfamilia de los triatominos (Triatominae) y es una de las seis especies registradas en la península de Baja California, mientras que a nivel mundial hay 180 especies distintas de chinches de esta familia y 31 en México.
El doctor Rafael Bello Bedoy, investigador de la Facultad de Ciencias de la UABC, refirió que la especie Dipetalogaster maximus se encuentra en la región del Cabo, en Baja California Sur, debido a sus condiciones ambientales.
Mencionó que como parte de la investigación, se realiza un análisis morfométrico de esta especie de chinche, en busca de señales que evidencien la presencia del parásito Trypanosoma cruzi.
“Esto quiere decir que nosotros estamos buscando diferencias entre chinches infectadas y no infectadas, diferencia ya sea en tamaño o en las relaciones que guarda el crecimiento de la chinche que hacen que su cuerpo sea distinto”, abundó el investigador.
Para ello, se colectarán chinches en campo que inmediatamente después de ser capturadas se colocan en alcohol y se trasladan al laboratorio, donde se les toman fotografías con equipo digital especializado.
Rafael Bello comentó que en la fotografía debe apreciarse la parte dorsal de la chinche, su cabeza, tórax y abdomen, mientras que por la parte ventral se toma una imagen de la probóscide.
“Colectamos chinches en sus seis diferentes estadios de desarrollo, que van de la primera ninfa hasta los adultos, y tomamos medidas de diferentes partes del cuerpo, largo, ancho, de la cabeza, de la cara, las distancias entre los ojos, de tal forma que nosotros podemos tener un análisis morfológico de la chinche”, apuntó.
Con este tipo de datos, los investigadores desarrollarán marcadores morfológicos para los diferentes estadios de la chinche, que indiquen si el individuo está infectado o no con el parásito, sin necesidad de realizar un análisis genético.
“Si vamos a campo o cualquier persona de la Secretaría de Salud colecta chinches o hace observaciones al microscopio, en ese grupo de caracteres, sin ser un microscopio especializado ni tener equipo de ADN especializado, podría detectar la presencia de esta infección”, destacó el investigador.
MARCADORES MOLECULARES PARA MÉXICO
Una vez capturadas las fotografías para el análisis morfológico de las chinches, se extraen sus intestinos, ya que es en el tracto digestivo donde se aloja generalmente el parásito Trypanosoma cruzi.
Se coloca en alcohol para mantener sus condiciones y que no se degrade el ADN que servirá a los especialistas para elaborar un análisis genético que comprueba la ausencia o presencia del parásito.
El doctor Carlos Alberto Flores apuntó que existe una gran cantidad de linajes genéticos del parásito endémico de América y cuentan con indicios de un nuevo linaje presente en Baja California y otras zonas de Estados Unidos como Arizona, Texas, California y Florida.
Destacó que con el análisis genético que desarrollarán, se podrán abordar en un futuro preguntas que determinen la relación entre el linaje genético del parásito y la patología asociada con dicho linaje.
“A veces el parásito causa problemas en el corazón, a veces causa problemas en el colon, en el tracto digestivo, en el esófago o se puede ir al cerebro. ¿Qué determina que uno tenga una patología u otra? Estudios que se han hecho con ratones indican que puede jugar un factor el linaje genético, entonces es importante saber qué linajes genéticos están en una cierta zona”, expuso.
Dado que los marcadores moleculares que existen para elaborar análisis genético del parásito están basados en linajes presentes en Sudamérica, uno de los objetivos del estudio es desarrollar marcadores moleculares específicos para los linajes de Trypanosoma cruzi circulando en México.
A partir del mes de junio, los investigadores de la Facultad de Ciencias emprendieron un recorrido por la península de Baja California para la toma de muestras de las chinches que serán analizadas en laboratorio y caracterizadas genéticamente.