¿Tendrán agallas para actuar en contra de la 22?
En El Universal, el periodista Ricardo Alemán, escribe que: «era la crónica de una muerte anunciada. Durante meses el Gobierno federal diseñó el golpe a la cabeza de la mafiosa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Y la estocada fue tan certera que de un tajo Gobiernos estatal y federal decapitaron a la bestia en espera de que el cuerpo termine por morir de inanición […]. Pero no es tiempo de cantar victoria. ¿Por qué? Porque aún sin cabeza, el cuerpo de la mafiosa CNTE tiene fuerza suficiente para dar la batalla final. Y nadie puede descartar que ante la debilidad del Gobierno federal la CNTE sea capaz de regenerar en mil cabezas, como la hidra […]. Y ante esa realidad la gran pregunta no apunta a la fortaleza de la CNTE, sino en dirección a la debilidad del Gobierno federal […]. Lo que estamos por ver es si el Gobierno de Peña Nieto tiene la fuerza y es capaz de la puntilla para acabar con una de las mayores amenazas a su gobierno y a su reforma social emblema; la reforma educativa. ¿Dudan de la capacidad de reacción de la CNTE? ¿Tendrá agallas Peña Nieto para la puntilla a la CNTE?».

En el diario Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: «finalmente el Gobierno de Oaxaca y el federal mostraron el valor de actuar contra la sección 22 […]. La sección 22 y la CNTE no la aceptarán pasivamente. Los intereses que se están tocando son enormes. Veremos movilizaciones y bloqueos, así como actos de violencia […]. La gran pregunta es si el Gobierno federal y el estatal estarán dispuestos a defender hasta el final la decisión […]. Tanto el Gobierno de Oaxaca como el federal han culpado al convenio de 1992 entre Heladio Ramírez y la sección 22 por los problemas de la educación en Oaxaca […]. Si la CNTE se ha opuesto con tanta fuerza a la reforma educativa, debemos suponer que no se rendirá ante una medida como ésta […]. Habrá que ver, sin embargo, si las autoridades federales y estatales tienen la voluntad de usar la fuerza pública para defender los derechos de terceros o si seguirán permitiendo que se afecte a la sociedad con bloqueos y robos como ha sido habitual. El decreto que pone fin al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) puede ser el punto de inflexión no sólo de la reforma educativa sino de un Gobierno de Oaxaca […]. Hoy puede ser el momento en que Gabino Cué se convierta realmente en Gobernador de Oaxaca».

La 22. Fin y principio
En El Universal, el periodista y escritor, Carlos Loret de Mola, escribe que: «el plan para quitarle a la CNTE el dominio sobre el IEEPO, que es quitarle todo su financiamiento y todo su control político sobre los maestros de ese estado, se preparó en el Gobierno federal desde hace meses […]. El plan original era tomar el IEPPO la madrugada del martes 7 de julio, pero se pospuso por razones que tenían que ver con la eventual reacción de la CNTE: un paro podría ocasionar que los niños perdieran el ciclo escolar y una respuesta violenta que dejara al país en llamas coincidiría con la gira del Presidente Peña Nieto a Francia. Entonces se planteó como nueva fecha la madrugada del martes 21 de julio: el ciclo escolar habría terminado, la gira también (lo del Chapo no estaba en escena) y sería plena semana de la festividad oaxaqueña de la Guelaguetza, que aunque implicaba riesgo para miles de turistas, significaba la ventaja de que agarrarían a los miembros de la CNTE, literalmente, de fiesta […]. El despliegue de fuerza, me dicen fuentes, tiene una capacidad de movilización inmediata de 20 mil elementos, entre Policías Federales, soldados y marinos […]. El estimado de la inteligencia oficial es que la CNTE puede sacar a la calle a 10 mil fieles. Esas batallas están aún por verse».

En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: «con precisión quirúrgica, nos dicen, se elaboró el plan para quitarle a la CNTE el control que ejercía sobre el IEEPO. Nos comentan que la desaparición del IEEPO es un tema que se venía perfilando desde meses atrás en un trabajo coordinado entre el gobernador Gabino Cué, la Secretaría de Gobernación (Segob), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Oficina de la Presidencia de la República. Nos aseguran que el jueves pasado se llevó a cabo una reunión en las oficinas de Bucareli para afinar los últimos detalles y, finalmente, el pasado fin de semana Los Pinos dio luz verde para iniciar la estrategia para recuperar el control de la educación en el estado. Paralelamente, corren las investigaciones en contra de los líderes que están acusados de cobrar sueldos sin dar clases».

En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: «al mismo tiempo que se anunciaba la expulsión de los enclaves de la sección 22 en el IEEPO, el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, se reunía con los líderes de la disidencia magisterial de Michoacán, Guerrero y Chiapas. Cordial pero firme, el subsecretario fue enfático en hacerles notar que el peso del Estado cayó sobre sus correligionarios en Oaxaca, a quienes tienen todo el derecho de apoyar, pero les dejó claro que solamente si ellos lo quieren tendrán su propio tratamiento».

En Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: «su dirigencia lo sabía, pero quiso sacarle hasta el último centavo al descomunal soborno con que desde hace 25 años fue corrompida por un pésimo gobernador: la suerte de la sección 22 quedó echada el 16 de enero de 2013, cuando los congresos de Hidalgo, Campeche y Yucatán superaron por uno el número mínimo (17) necesario de legislaturas estatales para que la reforma educativa, aprobada en diciembre de 2012 por las cámaras de Diputados y Senadores, adquiriera rango constitucional. La 22 cometió el error de creer que todos somos iguales, pero desde luego no: sus militantes son ‘servidores públicos’ que han incurrido, cuando menos, en responsabilidades administrativas claramente sancionables, y por encima de sus miembros y de cualquier otro mexicano, está el canijo derecho ‘superior’ de los niños que incluye, obvio, que reciban una educación de calidad».

En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: «el Gobierno federal y el de Oaxaca han dado un golpe de mano necesario. Lo sabían ambos hace mucho: no habría reforma educativa verdadera, no había posibilidad de avanzar si seguía vigente el arreglo institucional que firmó el ex gobernador Heladio Ramírez en 1992 […]. Por décadas, la vida profesional de los maestros oaxaqueños, sus avances, sus sueldos, sus nombramientos, dependieron, por norma, de su actividad sindical, no de lo que hacían en las aulas […]. El Gobierno de Enrique Peña Nieto […] hace unos meses decidió cambiar de estrategia y empezó a diseñar lo que arrancó con la decisión de ayer […]. El Gobierno ha dado un primer paso para hacer realidad la reforma educativa en Oaxaca. Ha movido ficha […]. Algo se movió en un gobierno que parecía, hace meses, pasmado. Por lo menos».

En Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: «literalmente, en Oaxaca se madrugaron a los maestros de la Sección 22 de la CNTE. La orden que recibieron los elementos de la Policía Federal fue tomar el control del IEEPO antes de que el sol se asomara. Una de las apuestas del Gobierno federal -que le salió bien- fue aprovechar la desvelada y la fiesta que todavía traían dentro tanto los mentores como sus líderes, tras la celebración de su Guelaguetza particular. Si algo le saben los servicios de inteligencia a Rubén Núñez es, precisamente, su gusto por el sonido de los hielos en el vaso. El golpe contra el intransigente sindicato magisterial terminó de afinarse la noche del lunes en la oficina del titular de la SEP que también despacha como subsecretario en Gobernación, el mexiquense Luis Miranda. Ahí estuvieron Emilio Chuayffet y Rosario Robles, quienes horas después volarían a la capital oaxaqueña. Falta ver hasta dónde lleva su pataleo la CNTE, pero, sea como sea, por lo pronto el trancazo de haber perdido el control de la autoridad educativa no se lo quita nadie».

Un cochinito para la CNTE
En el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, escribe que: «La Sección 22, la famosa y hasta ayer, la que se pensaba todopoderosa Sección 22 de la CNTE, se encargó de violentar las calles ante cualquier indicio de la aplicación de la evaluación […]. ¿Cuántas marchas? ¿Cuántas manifestaciones? ¿Cuántas carreteras bloqueadas? ¿Cuántas escuelas cerradas? ¿Cuántos días sin clases? ¿Cuántos niños afectados? Tantos (cientos, miles, millones), la respuesta para estas preguntas es la misma: tantos. Fueron incontables las veces que los maestros afiliados a esta sección liderada por Rubén Núñez, realizaron actos de vandalismo. ¿Y cuántas veces dejaron de cobrar? Ni un solo día, su sueldo salía siempre íntegro […]. Rubén Núñez ya sólo podrá cobrar por dar clases, no por ‘hacer política’ […].  Y es que el cofre del tesoro, el negocio millonario se le fue de las manos a la Sección 22, que por tanto tiempo se dedicaron a opacar todo lo bueno que hay dentro de la nómina magisterial».

La mentira de la salud y las drogas prohibidas
En Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: «el único éxito incuestionable de la guerra contra las drogas ha sido mental. Ha podido sembrar en la sociedad un temor irracional a las drogas prohibidas y la necesidad de perseguirlas […]. El noble argumento de la defensa de la salud ha sido puesto al servicio de una estrategia de violencia persecutoria que ha dejado una de las grandes estelas de sangre y violencia del último medio siglo. El éxito de esta confusión ha sido abrumador. Pero el argumento de la salud es falso. Con las propias cifras de quienes administran el consenso prohibicionista en el mundo se demuestra año con año que sustancias tóxicas no prohibidas, como el alcohol y el tabaco, producen muchos más daños a la salud que las drogas prohibidas […]. En México pueden estar muriendo cada año por sobredosis de drogas prohibidas unas 990 personas. Las muertes relacionadas con el tabaco son 66 mil cada año. En el año 2014 hubo más de 8 mil muertes violentas asociadas al narcotráfico. Ese año, la prohibición y la persecución mataron 7 mil mexicanos más que el consumo de drogas prohibidas».

Redacción/SinEmbargo

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