Sumbul Siddiqui pasó su infancia en el estado de Georgia y recuerda las penurias que vivió su familia para conseguir tratamiento médico para sus padres, inmigrantes paquistaníes que esperaron casi 20 años que aprobasen sus solicitudes de visas y no tenían seguro médico. Esta experiencia la motivó a estudiar medicina.
Por Astrid Galván
PHOENIX, EU, 22 de junio (AP).- La Corte Suprema mantuvo vigente por ahora el programa que ampara a jóvenes sin permiso de residencia que fueron traídos a Estados Unidos de niños, pero no resolvió su status y unas 650 mil personas que se acogieron al DACA (el programa de Acción Diferida para los Traídos en la Infancia) siguen en el limbo.
Vistazo a los casos de seis de ellas:
JOELLA ROBERTS
Edad: 22 años
Vive en: Washington, D.C.
País de origen: Trinidad y Tobago
Joella Roberts tenía cuatro años cuando vino a Estados Unidos con su madre y un hermano en el 2001. Su abuela ya estaba aquí legalmente y había iniciado los trámites para traerlos a ellos, pero se demoraban mucho y decidieron venir de todos modos. Al final de cuentas, el trámite no se completó y ella se quedó en el país sin permiso. La familia se planteó la posibilidad de regresar a Trinidad y Tobago y reiniciar el trámite allí. Un abogado le habló del programa DACA en el 2015 y ella se acogió a él. “Es como tener una ciudadanía artificial”, expresó Roberts. Tener el programa le permite trabajar y mantener a su familia, ya que es la única con ingresos. Pudo comprarse un auto en cuotas y tener un historial bancario.
Igual que otros inmigrantes acogidos al DACA, es despierta, con firmes convicciones políticas y está decidida a ayudar a otros como ella. Completó el ciclo universitario básico y trabaja como coordinadora de un programa estudiantil de FWD.us, un grupo bipartidista que promueve reformas al sistema judicial e inmigratorio.
Roberts dijo que no pudo dormirse hasta las cuatro de la mañana el jueves por la ansiedad en torno al inminente anuncio de la decisión de la Corte Suprema. Cuando finalmente le llegó la noticia, saltó de la cama.
“Sentí que finalmente la Corte Suprema se ponía del lado correcto de la justicia y de la historia, después de dos meses realmente largos y tortuosos”, expresó Roberts. Agregó que, si bien está contenta con el fallo, hay otras cosas por las que luchar, como justicia para los afroamericanos –incluidos los inmigrantes de raza negra– que mueren a manos de la policía.
EDISON SUASNAVAS
Edad: 33
Vive en: Saratoga Springs, Utah
País de origen: Ecuador
Edison Suasnavas no podría hacer análisis de células cancerígenas si no fuese por DACA. Tiene títulos avanzados de biología, pero hasta que fue cobijado por el programa trabajaba en hoteles por escaso dinero. Ahora es un especialista en oncología molecular en un laboratorio médico de Salt Lake City y se ofreció como voluntario para colaborar con los diagnósticos de pruebas de coronavirus, aunque por ahora no le han pedido que ayude. Está casado y tiene dos hijos pequeños, una casa y dos autos. Tenía 12 años cuando vino a Estados Unidos desde Ecuador tras una crisis económica en su país. Se radicó con su familia en Logan, Utah, y consideró irse a México, el país de su esposa, antes de ser amparado por el DACA.
Su esposa lo despertó el jueves con la buena noticia.
“No quiero parecer presuntuoso, pero con todo lo que está pasando, con mi trabajo en un laboratorio médico, queda demostrado que somos indispensables”, afirmó Suasnavas.
SUMBUL SIDDIQUI
Edad: 27
Vive en: Chicago
País de origen: Pakistán
Sumbul Siddiqui pasó su infancia en el estado de Georgia y recuerda las penurias que vivió su familia para conseguir tratamiento médico para sus padres, inmigrantes paquistaníes que esperaron casi 20 años que aprobasen sus solicitudes de visas y no tenían seguro médico. Esta experiencia la motivó a estudiar medicina. La mayor de cuatro hermanos, está en el segundo año de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loyola en Chicago y quiere especializarse en salud pública. “Me ayuda a conectarme mejor con las comunidades que no tienen acceso” a la medicina, manifestó. “Comprender sus problemas me permite defenderlos mejor”.
Siddiqui nació en Arabia Saudí y vino a Estados Unidos a los cuatro años. Tiene el DACA desde el 2013, lo que le permitió continuar sus estudios. Pero a menudo teme tener que separarse de sus padres y sus tres hermanos. Uno tiene DACA y los otros dos nacieron en Estados Unidos.
Ella estuvo en Pakistán una vez. Conoció a sus familiares, pero se sintió fuera de lugar. Hablaba con un acento urdu. “Descubrí hasta qué punto son estadounidense”, relató.
Al enterarse del fallo de la Corte Suprema, Siddiqui lloró. Dijo que ahora espera poder terminar sus estudios de medicina.
“Sentía una gran ansiedad. Siento que me sacaron un gran peso de encima”, manifestó. “Finalmente siento cierto alivio”.
BELÉN SISA
Edad: 26
Vive en: Gilbert, Arizona
País de origen: Argentina
Oriunda de Buenos Aires, Belén Sisa y su familia vinieron a Estados Unidos como turistas cuando ella tenía seis años y se quedaron una vez vencida su visa. Por entonces Argentina estaba en el medio de una recesión.
La familia se radicó en Arizona y Belén se crió en Phoenix.
Mientras completaba la carrera de ciencias políticas e historia en la Universidad Estatal de Arizona, fue una de las fundadoras de Estudiantes Indocumentados para la Igualdad en la Educación. Se acogió al DACA y ayudó a organizar marchas estudiantiles y a protestar la deportación de inmigrantes.
“Diría que el principal beneficio que me dio DACA fue que me hizo sentir fuerte y en control de mi futuro”, dijo Sisa. “El momento en que se anunció DACA me alentó a militar y a hacer política y me hizo llegar adonde estoy y a ser lo que soy ahora. A muchos de nosotros nos dio confianza para pelear por más y eso es lo que estamos haciendo”.
Sisa dijo que estaba muy feliz por el fallo de la Corte Suprema.
“Es muy bueno saber que DACA está vivo y que podemos seguir peleando”, manifestó. “Es grandioso superar la ansiedad”.
TONY VALDOVINOS
Edad: 29
Vive en: Phoenix
País de origen: México
Tony y Valdovinos, asesor político de Phoenix, no se enteró de que era oriundo de Colima, México, y de que había sido traído a Estados Unidos a los dos años hasta que se enroló en la infantería de marina a los 18 años. Dijo que su familia inmigró porque su padre no conseguía trabajo.
Se involucró en la política y después de trabajar en una campaña local en el 2012, un abogado lo ayudó a él y a otros jóvenes a preparar la documentación para acogerse al DACA. Más adelante fue jefe de la campaña de la hoy alcaldesa de Phoenix Kate Gallego cuando se postuló al Concejo Municipal.
El musical “¡Americano!” que se presentó con mucho éxito en Phoenix fue inspirado en la vida de Valdovinos.
El mexicano dijo que, tras enterarse del fallo del jueves, ahora podrá enfocarse mejor en la campaña de Yassim Ansari para concejal.
“Fueron momentos terribles la espera del fallo tanto tiempo sin poder hacer nada”, comentó. “Todo lo que conocíamos podía cambiar, por eso decidí concentrarme en mi vida y en dar a conocer nuestra historia. Nunca quise vivir con miedo desde que mi madre nos trajo para que no pasásemos hambre”.
MARISOL ESTRADA
Edad: 26
Vive en: Atlanta
País de origen: México
Uno de los recuerdos más viejos que tiene Marisol Estrada de su vida es una caminata por el desierto para cruzar la frontera cuando tenía cinco años. Igual que la mayoría de las personas que se acogieron al DACA, es mexicana. Cuanta que no tuvo miedo, que simplemente hizo lo que le decían sus padres. Ahora sabe que fue algo peligroso. Pero de todos modos se alegra de que sus padres la trajesen a Estados Unidos, donde está más segura y tiene más oportunidades.
Estrada estudiaba en la secundaria y buscaba trabajo por primera vez cuando supo que estaba en el país ilegalmente. Empezó a buscar universidades en México y consideró regresar a su país natal cuando Barack Obama lanzó el DACA antes de que terminase la secundaria.
Gracias a ese programa, Estrada pudo completar estudios universitarios en tres años, con un título en ciencias políticas, y se prepara para estudiar derecho. Espera ser algún día abogada de inmigración.
Cuenta que tuvo que leer el fallo tres veces para comprender su significado. “No podía pasar de la segunda página porque me temblaban las manos”, afirmó.
“Es una gran victoria, pero al final de cuentas hay mucha gente por la que tendremos que luchar”, declaró, aludiendo a los aproximadamente 11 millones de extranjeros que se cree viven en el país sin autorización. “Me siento muy feliz, aunque con cautela”.