El mundo se manifiesta en contra del racismo. Cada vez son más los movimientos antirracistas que surgen desde diferentes sectores de la población para condenar estos pensamientos y conductas que cobran hasta vidas. México no está exento, y pone el tema sobre la mesa desde voces que emanan con fuerza para hacer un alto y concientizar sobre el racismo tan arraigado en la historia y cultura del país.
Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo).– El racismo y clasismo van generando una mayor conversación en México, pero aún falta que más personas se unan y se abran más lugares para seguir abordando el tema, asegura la actriz Maya Zapata, de una amplia trayectoria en cine, teatro y en televisión.
A finales del mes de mayo, una noticia cimbró al mundo entero: George Floyd, un hombre afroamericano que después de ser sometido por la Policía de Minneapolis, falleció aún cuando decía una y otra vez que no podía respirar.
Las imágenes de los últimos momentos de vida de Floyd le dieron la vuelta al mundo y dejaron un tema urgente en la mesa: el racismo vive plenamente en todo lugar de la Tierra, y México y su historia no están exentos de ello.
«Hoy estamos en una lucha en contra del racismo en nuestro país impulsada por la frustración, el enojo y el encono que causa la muerte de la comunidad afroamericana en Estados Unidos y las comunidades marginadas en otras partes del mundo. Venimos empujados por ese coraje y eso nos regresa a México. Tiene una resonancia en México importante que hoy estamos tomando, tomando el mejor partido de eso para iniciar una discusión que debimos haber iniciado desde muchísimo tiempo», cuenta en entrevista para SinEmbargo, Maya Zapata.
RACISMO ARRAIGADO DESDE EL «MEZTIZAJE»
Como recoge un estudio de Oxfam llamado “Por mi raza hablará la desigualdad” (2019), en México la ideología dominante es la del mestizaje. Esta idea que distingue a la población mexicana en tres grandes grupos: indígenas, europeos y mestizos, una premisa que invalida todo racismo porque «todas las personas somos una mezcla».
Sin embargo, esta narrativa sólo invisibiliza la existencia de otros grupos étnicos en México como la de los afrodescendientes.
«Nosotros desde la conquista venimos arrastrando esta herida que nos hace mucho daño y que gracias a la leyenda o al mito del mestizaje, de que todos somos iguales, que en algún momento sirvió para unirnos a todos en una sola nación durante todo este tiempo. Después de la Independencia esto se vuelve una herramienta en contra de la sociedad porque nos hizo más difícil reconocer cuál esa escala de valores que ya no se expresa abiertamente, sino se expresa de manera tácita. Se expresa en las costumbres, en las formas, en las maneras que no logramos reconocer y que consideramos como normales», recalca Zapata.
La actriz, ganadora del Premio Ariel por mejor actuación en 2002 gracias a la cinta De la calle (Gerardo Tort), tiene ascendencia española «blanca y privilegiada», como ella misma lo define, por parte de su padre y ascendencia indígena «morena y desfavorecida» de su madre. Explica que debido a sus características raciales ha experimentado el racismo durante su carrera.
Maya Zapata, quien incursionó en la industria del cine desde los seis años de edad, explica que los personajes a los que podía acceder eran limitados y estaban definidos por su aspecto físico.
«El sistema me estaba destinando a ser una actriz morena que podía solamente interpretar cierto tiempo de personajes: campesinas, indígenas, personas del servicio, delincuentes o mujeres que sufren. Y yo eventualmente decidí salirme de ahí y con esto mandar un mensaje allá afuera».
Milena Dovalí, coordinadora de investigación en Oxfam México, rescata en su artículo titulado «Trabaja como negro para vivir como blanco» algunos de los mitos que rodean la racismo y pide reconocer la existencia de la “pigmentocracia” que «asigna posiciones sociales a las personas en función de su apariencia física» y que posiciona a 1 de cada 10 personas con tono de piel oscuro con acceso a la educación superior mientras 1 de cada 4 personas de piel clara va a la universidad.
Oxfam México destaca que el 24.4 por ciento de las personas blancas llega a una posición económica alta, en tanto que las indígenas sólo el 6.2 por ciento y las negras o mulatas 9.5 por ciento.
«Cuando me enfrento sola a este sistema me doy cuenta cuenta de muchísimas cosas. Efectivamente piensan que mi color de piel es un impedimento, yo no, pero ellos sí. Lo he contado muchas veces, un productor le dijo de mí a un amigo que no me daba protagónicos porque era una ‘actriz prieta’. Que las ‘actrices prietas’ no protagonizan la televisión».
VOCES POR LOS NO SE ESCUCHAN
La discusión sobre el racismo se ha abierto en redes sociales. Personalidades del escenario cultural y del espectáculo en México han alzado la voz para señalar este problema desde sus diferentes trincheras y experiencias, para hablar por los que no tienen acceso a estos foros con grande alcance.
«Nosotros no somos especialistas, ni pretendemos serlo. Somos personas que hemos vivido el racismo de cerca y ni si quiera se parece de cerca a quienes lo han vivido en la peor de sus expresiones. Pero resulta que las personas que lo han vivido en la peor de las expresiones no tienen un foro, no tienen un espacio».
«Nosotros no estamos hablando por nosotros, estamos hablando por aquellos que ojalá, no dentro de mucho tiempo, se abran esos foros para que esas voces sean escuchadas. Nosotros simplemente estamos abriendo una brecha para que los demás, los que lo necesitan, empiecen hablar con su propia voz», destaca la actriz de 38 años de edad.
En el país una de cada cinco personas de 18 años y más declaró para la Encuesta Nacional de Discriminación –realizada por en conjunto por el Inegi, Conapred, UNAM, Conacyt y CNDH en 2017– haberse sentido discriminada en el último año.
Más de la mitad de esta población (53.8 por ciento) percibe la discriminación por su tono de piel, peso o estatura, y forma de vestir o arreglo personal. Los indígenas y discapacitados, de acuerdo con la encuesta, fueron las comunidades de mexicanos más vulnerables.
“Estamos tomando esta bandera porque tenemos razones personales para hacerlo, porque en nuestra vida lo hemos vivido de muchas maneras, y porque hay muchas otras personas que lo han vivido en el pasado, de mucha peor manera, y queremos evitar que esto se siga reproduciendo con los años, así con ojos cerrados, con una venda en los ojos. Queremos quitar la venda, hablar del tema y abrir espacio para más cosas”.
El CONAPRED EN RIESGO
El Presidente Andrés Manuel López Obrador habló el pasado jueves, después de haber negado saber la existencia del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), y planteó su desaparición. Horas después, su titular Mónica Maccise habría renunciado.
La Conapred es un órgano del Estado creado para prevenir y eliminar la discriminación en México desde 2003. Como otros órganos autónomos, el Presidente ha mostrado su rechazó hacia él.
«La gente ni siquiera sabe que existen. Ah, pero todos estos organismos consumen presupuesto. Todos tienen recursos. No los conoce la gente, no ha recibido la gente ningún beneficio de estos organismos. Se crearon muchos de ellos para simular que se combatía la discriminación, el racismo, la corrupción”, aseguró en su conferencia de prensa matutina.
Su postura se reafirmó después de un desencuentro de él y su esposa Beatriz Gutiérrez con el cómico Chumel Torres. El deseo de querer dar cierre a este órgano es calificado como un gran error para Maya Zapata:
«Me parece un gran error, pero allá él y las calificaciones que obtendrá de esto. Nada más me gustaría recordarle que uno de los sueños más importantes de López Obrador era salir de su mandato con la creencia de la gente de que iba a ser el mejor Presidente. Yo hoy le pediría a López Obrador que piense si esto, esta manera de actuar, lo ayudará cumplir ese sueño grande que tiene. Me encantaría que lo cumpliera, dudo mucho que quitando esas instituciones que tantísimo e importantísimo tiempo han trabajado».
«Yo le pregunto que si esto, que si por esto que está pasando, por esta pequeña controversia que está pasando, que además está directamente ligada con una ofensa personal, es suficiente motivo para desarticular una institución que ha sido benéfica para todos, vale la pena. Yo no lo creo, estoy absolutamente segura», culmina la actriz.