Juan René Silva Martínez, el sujeto que apuñaló al sacerdote José Miguel Machorro Alcalá, fue vinculado a proceso y permanecerá en el Centro Varonil de Readaptación Psicosocial (Cevarepsi).
Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).- Juan René Silva Martínez, el hombre que apuñaló al sacerdote José Miguel Machorro Alcalá, fue vinculado a proceso.
El juez Alejandro Cruz fue el responsable de vincular al agresor, después de considerar que hay elementos suficientes para seguir con el caso.
Silva Martínez permanecerá en el Centro Varonil de Readaptación Psicosocial (Cevarepsi).
Juan René apuñaló en al menos 3 ocasiones a Alcalá el pasado 15 de mayo en el interior de la Catedral Metropolitana.
Paramédicos de la Cruz Roja trasladaron a la víctima rumbo al helipuerto de Tlaxcoaque para después llevarlo a una clínica. El agresor fue llevado al Ministerio Público (MP).
El 18 de mayo, el mismo juez de control declaró inimputable a Silva Martínez, después de tomar en cuenta las pruebas psiquiátricas del Ministerio Público (MP) y el Tribunal del Reclusorio Oriente.
Según el Hospital Fray Bernardino de Psiquiatría, Martínez tiene una discapacidad mental, por lo cual no reconoce un hecho delictivo.
En ese momento, a través de un comunicado, la Arquidiócesis Primada de México mostró su indignación por la decisión del juez de control.
“Tal declaración es del todo inadmisible tomando en cuenta la gravedad de los hechos, que tienen luchando entre la vida y la muerte al padre Machorro, cuyo estado de salud en las últimas horas se ha deteriorado considerablemente a causa del sangriento y cobarde ataque”, reprochó la Arquidiócesis.
“La vergonzosa declaración de inimputabilidad emitida por el juez de control Alejandro Cruz Sevilla se une a la total insensibilidad de la Oficialía Mayor Unidad de Gestión Judicial Número Seis, que aún sabiendo del estado de gravedad en el que se encuentra el P. José Miguel Machorro le envió un citatorio para presentarse hoy a declarar a las 12:30 horas en la Sala de Oralidad Número 1”, profundizó la información.
Para la Arquidiócesis, la decisión fue injusta y una “muestra de la total indolencia hacia la víctima”.