Mario Abdo Benítez ocupará a partir de agosto la Presidencia de Paraguay los próximos cinco años junto a Hugo Velázquez, expresidente de la Cámara de Diputados y Vicepresidente electo del país.
Asunción, Paraguay, 22 de abril (EFE).- El candidato del gobernante Partido Colorado, el conservador Mario Abdo Benítez, es el presidente electo de Paraguay, escrutado el 96 por ciento de las mesas electorales, anunció hoy el presidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Jaime Bestard.
Los resultados oficiales, a falta del escrutinio de menos de mil mesas electorales, hacen «irreversible» el triunfo de Abdo Benítez, dijo Bestard en una rueda de prensa.
La autoridad electoral compareció ante los medios de comunicación cuando los resultados preliminares daban un 46.49 por ciento de los votos a Abdo Benítez, frente al 42.72 del liberal Efraín Alegre, un 3 por ciento de diferencia sobre el candidato de la alianza opositora Ganar.
Abdo Benítez ocupará a partir de agosto la Presidencia de Paraguay los próximos cinco años junto a Hugo Velázquez, expresidente de la Cámara de Diputados y Vicepresidente electo del país.
Los resultados parciales dan también la victoria al Partido Colorado en la mayoría de los 17 departamentos del país, cuyas gobernaciones también están en disputa en los comicios.
El partido logró una importante, aunque ajustada victoria en el departamento Central, hasta ahora un feudo liberal, y que representa cerca del 25 por ciento de los votos del país.
En unos comicios en los que no hay segunda vuelta, más de cuatro millones de paraguayos estaban llamados hoy a las urnas para elegir además de esos cargos al nuevo Congreso (Senado y Cámara de Diputados) y a los representantes del Parlasur (Parlamento del Mercosur).
Los resultados del Congreso se conocerán a partir de la próxima semana.
La autoridad electoral estima en torno al 64 por ciento la participación electoral, del total de 4 millones 241 mil 507 electores que estaban habilitados para votar.
Las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos, de la Unión Europea y de la Unión Interamericana de Organismos Electorales coincidieron en que las elecciones transcurrieron con normalidad y en la calidad de la organización del proceso por parte de la autoridad electoral.
