Javier Duarte sólo recibió la visita formal de su esposa Karime Macías en la prisión de Guatemala, unas horas después de su arresto. Ella lo visitó el primer día en que ingresó y el miércoles pasado viajó a Londres, Inglaterra. Ni un ex colaborador ni ningún político que alguna vez lo apoyara ha aparecido para darle compañía al priista. Aunque el Gobernador no ha contado con la presencia de sus cercanos hay quienes lo quieren tener de frente para reclamarle su indiferencia y la justicia y al familiar que no les ha llegado: madres de desaparecidos se protestaron este día afuera del penal. «Ni perdón, ni olvido», gritaron las mujeres ahora convertidas en activistas.
El veracruzano tiene como compañeros de reclusión a integrantes de la Mara Salvatrucha, asesinos seriales, traficantes de droga y políticos acusados acusados de corrupción, como es su caso. Todos ellos resguardados por militares.
Guatemala/Ciudad de México (BlogExpediente/SinEmbargo).– Javier Duarte de Ochoa, ex Gobernador de Veracruz, cumplió su primera semana en prisión en el Fuerte de Matamoros, prisión de máxima seguridad de la República de Guatemala y nadie, ni un solo familiar –salvo su esposa el primer día– ex socio, ex secretario o legislador que haya impulsado en su carrera política ha ido a visitarlo a su mazmorra.
La Dirección General del Sistema Penitenciario de Guatemala únicamente ha tramitado y admitido el ingreso de seis personas para reunirse con Duarte dentro de la prisión de máxima seguridad: su esposa, Karime Macías Tubilla, sus abogados, Analí Sandina Navas y Giovanní Ponzón Rodas, además el ex priista, habilitó como “visitas de fin de semana” (sábado y domingo) a los juristas, Marco Antonio del Toro Carazzo, Carolina Estudilla, Pablo Campuzano de la Mora, Luis Ricardo Chávez Coronado.
Sandina Navas y Ponzón Rodas fueron habilitados para poder entrar cada que el recluso lo requiera o haya alguna diligencia judicial, mientras que los juristas mexicanos, Marco Antonio Carazzo, Carolina Estudilla, Pablo Campuzano y Luis Ricardo Chávez lo podrán hacer los fines de semana.
En el caso de «Karime Mesías»–así la registró el sistema penitenciario guatemalteco– sólo podrá ingresar los martes y jueves, días en que los peligrosos reos de esta cárcel son habilitados para poder recibir una visita conyugal.
Visita que al menos este martes, se antoja complicada, pues Karime Macías fue detectada el pasado jueves por cibernautas en el Aeropuerto Internacional “El Dorado” en Bogotá, Colombia en donde abordaría un vuelo de la línea Delta Airs para Londres, Inglaterra con escala en Atlanta, acompañada de su hermana, Mónica Macías, su cuñado, José Armando Rodríguez Ayache y sus hijos y sobrinos.
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En el Fuerte San Rafael de Matamoros, amanece soleado, hay poco movimiento, apenas de forma programada convoys de la Guardia Presidencial del Ejército Guatemalteco –inmueble ubicado a un costado- entran y salen a pasar revista ante sus superiores militares.
En el sistema penitenciario de Guatemala, sábados y domingos son habilitados como visita, aquí familiares de presos de la Mara Salvatrucha, asesinos seriales, traficantes de droga y políticos acusados de corrupción van recibiendo visitas.
“Al señor Duarte, hoy no lo ha venido a ver ningún familiar”, explica la custodio de la entrada principal, una mujer de cara de redonda, quien pregunta con cierto morbo que hacen “unas señoras haciendo alboroto afuera de la prisión”, en alusión a las madres del Colectivo Solecito quienes desde fuera de prisión le gritan a Duarte “ni perdón, ni olvido”.
¿Son sus familiares?, pregunta la custodio. “No, son madres cuyos hijos desaparecieron en el sexenio de Duarte” se le responde y la custodio menea la cabeza en señal de repudió al recluso que desde el pasado sábado pernocta en dicha prisión guatemalteca.
En la lista de registro de la Dirección General del Sistema Penitenciario de Guatemala no aparece registrado ningún ex Secretario de Duarte cuando gobernó Veracruz, tampoco figura ningún diputado local o legislador federal cuya carrera política no se explica sin la intervención del priista, Javier Duarte, menos aparece ninguno de sus amigos a quien el entonces mandatario llamaba “compadres”.
Ausentes de la bitácora de visitas acreditadas o de autorizadas también se encuentran, Jaime Porres, Franky García, Moisés “Chara” Mansur o los políticos a quienes Javier Duarte dio todo como Anilú Ingram, Gabriel Deantes o Salvador Manzur.
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En el sector 1 de la Ciudad de Guatemala, entre la milicia sigue despertando curiosidad la presencia alrededor de la prisión de periodistas veracruzanos y mexicanos que buscan información sobre la aprehensión de Javier Duarte, saludan amablemente y extienden la mano, se muestran abiertos al dialogo superficial, cualquier información extra o de mayor contacto, piden redireccionarse con sus superiores.
En Guatemala, el pasado miércoles, Javier Duarte declaró en audiencia que durante los últimos seis meses vivió en este país centroamericano, Duarte y Karime Macías pasaron desapercibidos entre 16 millones de habitantes de este país y extraviados en su extensión territorial de 108 mil kilómetros cuadrados.
Aquí Duarte no debió haber batallado con el cambio de moneda, aunque los guatemaltecos están acostumbrados a la adquisición de bienes y servicios con el Quetzal (cada mil pesos mexicanos, equivale a 389 quetzales), sus habitantes no ven con desagrado el dólar americano, e incluso, se saben al estribillo que cada 100 quetzales son 15 dólares para la conversión de moneda.
El día que la PGR detuvo al priista, Javier Duarte, su cuñado José Armando Rodríguez había sido detectado con once mil euros y mil dólares, con el nivel de vida que llevaba el expriista, esa cantidad apenas era para pasar una semana de ocio.
El próximo martes, la expectación sobre la cárcel de máxima seguridad de Matamoros se centra en si Duarte habrá de recibir la visita de su esposa, la otrora presidenta del DIF, Karime Macías de Duarte.