Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se han impregnado de un ambiente de presión, debido al proceso electoral –el más grande de la historia– que enfrentará México el próximo primero de julio, incluso los equipos que lo negocian han acordado que los acuerdos deben quedar listos antes de que el actual Gobierno mexicano, encabezado por Enrique Peña Nieto, deje el poder.
Los primeros días de abril, durante la octava de estas mesas de negociación, la cual se celebrará en Washington, los negociadores del TLACAN intentarán llegar a un acuerdo que busque la modernización comercial.
Ciudad de México, 22 de marzo (SinEmbargo).- El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, aseguró frente a legisladores estadounidenses que el posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador, abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia, sería un «riesgo político».
Durante su comparecencia en la Cámara baja de Estado Unidos (EU), el líder del equipo estadounidense en las negociaciones del TLCAN utilizó como ejemplo a Andrés Manuel para defender la postura del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump, de acuerdo con Lighthizer, desea eliminar el mecanismo de solución de disputas comerciales inversionista-Estado (ISDS, por sus siglas en inglés) del Capítulo 11 del tratado, en ese tenor, el mandatario del país de las barras y las estrellas se ha opuesto a que se protejan las inversiones de privados estadounidenses en el nuevo TLCAN.
«Hay mucha gente que cree que en algunas circunstancias, y las puedo discutir, es más un problema de outsourcing [llevarse empleos fuera de EU]. Es una situación en la que alguien dice ‘quiero mover una planta de Texas para ponerla en México’ y cuando vaya allá no quiero tomar el riesgo político de que AMLO vaya a ganar en México y modifique mi negocio», señaló Lighthizer.
El trabajo del Gobierno de Estados Unidos, argumentó Robert, no debe estar enfocado en absorber el riesgo político –que deberían asumir los inversionistas, explicó– ni tampoco a incitar a los empresarios a que trasladen sus negocios a otro país. Y si el TLCAN no lo logra, añadió, Trump optaría por esta alternativa comercial.
«Nuestro punto de vista es que si quieres mover una planta de Estados Unidos a México y las razones económicas sugieren eso, debes irte con lo económico y ni modo. Su responsabilidad como Congreso es hacer que Estados Unidos sea competitivo, así que ese no es problema. Nuestro punto de vista es que si te vas para allá porque nosotros estamos poniendo un seguro a la inversión, porque estamos poniendo el dedo en la balanza, porque te estamos incitando a mover tu planta ahí, ese no debe ser el trabajo del Gobierno de Estados Unidos», concluyó.
Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se han impregnado de un ambiente de presión, debido al proceso electoral que enfrentará México el próximo primero de julio, incluso los equipos que lo negocian han acordado que debe quedar lista antes de que el actual Gobierno mexicano, encabezado por Enrique Peña Nieto, deje el poder.
Los primeros días de abril, durante la octava de estas mesas de negociación, la cual se celebrará en Washington, los negociadores del TLACAN intentarán llegar a un acuerdo que busque la modernización comercial.
