Según la investigación, las personas con una dieta rica en alimentos saludables y de origen vegetal era «más probable» que tuvieran altos niveles de microbios intestinales «buenos», frente a los que comen más alimentos vegetales altamente procesados, según una nota de la Universidad de Trento, una de las participantes la investigación.
Madrid, 22 de enero (EFE).- Los microbios que viven en nuestro intestino tienen un fuerte vínculo con nuestra salud, y el conjunto de ellos, la llamada microbiota, depende también, en gran medida, de la dieta que seguimos, según un estudio que publica Nature Medicine.
Investigadores británicos, italianos y estadounidenses identificaron que esos microbios se relacionan, positiva o negativamente, con el riesgo que tiene un individuo de padecer ciertas enfermedades.
Las dietas ricas en ciertos alimentos de origen vegetal están vinculadas «con la presencia de microbios intestinales que se asocian con un menor riesgo de desarrollar afecciones como la obesidad, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares» indica la investigación.
Las personas con una dieta rica en alimentos saludables y de origen vegetal era «más probable» que tuvieran altos niveles de microbios intestinales «buenos», frente a los que comen más alimentos vegetales altamente procesados, según una nota de la Universidad de Trento, una de las participantes la investigación.
Microbiome connections with host metabolism and habitual diet from 1,098 deeply phenotyped individualshttps://t.co/jLpg3hQTwl
— Elisabeth Bik (@MicrobiomDigest) January 17, 2021
En el estudio se identificaron 15 microbios intestinales asociados con menores riesgos y otros tantos con enfermedades comunes.
Así, por ejemplo, tener una microbiota rica en las especies Prevotella copri y Blastocystis se asoció con el mantenimiento de un nivel de azúcar en sangre favorable después de una comida.
Otras especies se relacionaron con niveles más bajos de grasas en la sangre después de la comida y con marcadores de inflamación.
Una de las firmantes del estudio, Sarah Berry, del King’s College de Londres, consideró que, dada la composición altamente personalizada del microbioma de cada individuo, «podemos ser capaces» de modificarlo para «optimizar nuestra salud eligiendo los mejores alimentos para nuestra biología única».
El también firmante Tim Spector, del mismo centro educativo destacó que «cuando comes, no sólo nutres tu cuerpo, sino que alimentas los billones de microbios que viven dentro de tu intestino».