¿Asesino, narcotraficante y terrorista… o Robin Hood y última esperanza de los desheredados? Juan Pablo Escobar, que tuvo que convertirse en Sebastián Marroquín para librarse del estigma de ser hijo del capo Pablo Escobar, relata en una entrevista exclusiva a RT los secretos sobre la vida y muerte de su padre, explica cómo funciona el mundo del narcotráfico y cómo es que la droga «se usa en Latinoamérica para financiar la violencia, y fuera, para financiar las fiestas».
Ciudad de México, 22 de enero (SinEmbargo/RT).- Juan Sebastián Marroquín, seudónimo empleado por Juan Pablo Escobar tras la muerte de su padre Pablo Escobar, ha revelado a RT el verdadero papel que juega Estados Unidos en el negocio del narcotráfico. «Si el negocio de la droga funciona de verdad es porque los cárteles latinoamericanos son muy ricos, pero son los más pobres de la línea del narcotráfico», afirma el hijo del narco más buscado en la década de los 90. A su juicio, «los más ricos son los cárteles de los que nunca se habla». «¿Alguna vez ha escuchado hablar de quién es el jefe del cártel de Miami, de Nueva York, de Los Ángeles o de Chicago?», se pregunta.
«ESE DINERO NUNCA ABANDONA EU»
«Parece que los narcos colombianos fabrican la droga, la llevan a EU. y… ¿Se la compran a sí mismos, se la fuman ellos mismos? Así no es el negocio», revela Escobar. El hijo del difunto narco explica que, por el contrario, los norteamericanos compran la droga a los cárteles latinoamericanos y quintuplican su valor «porque la cortan». «Lleva un kilo de alta pureza y el narcotraficante gringo lo convierte en 5-8 kilos. Le paga 20 mil – 30 mil al latinoamericano, pero hace 200 mil – 300 mil con el kilo que se queda, y ese dinero nunca abandona EU.», sostiene.
Escobar explica que, aunque después del 11-S se incrementaran los controles de manera acusada, «la droga no subió de precio y no faltó en las calles, es decir, que la ven pasar y la dejan pasar». «Hay una enorme hipocresía que rodea a este negocio y que muy cómodamente tiene llenos de dólares a los norteamericanos (…) la diferencia es que el dinero de la droga en Latinoamérica se usa para financiar la violencia, y allí parafinanciar las fiestas», concluye.
«SIEMPRE HA HABIDO Y HABRÁ NARCOTRAFICANTES»
Juan Pablo Escobar asegura que siempre ha habido y habrá narcotraficantes que desafíen a la democracia en todo el mundo. «Hoy es ‘El Chapo’ [Guzmán], pero mañana será Pepe Pérez o no sabemos quién», explica el hijo del mítico narco.
«Ese contexto prohibicionista es el garante de que la reaparición sistemática de personajes como Pablo Escobar, con la capacidad militar y económica para permear todas las estructuras de Estado y doblegarlo militarmente o a través de la corrupción o del miedo», afirma. El hijo de ‘El Chapo’ sugiere «revisar esas reglas que están permitiendo y gestando la creación sistemática de narcotraficantes con las capacidades de desafiar la democracia».
EL DESTINO DE UNA FORTUNA
Juan Pablo Escobar asegura que logró salvar su vida después de la muerte de su padre «pagando por ella». «Nos tocó entregar absolutamente todo lo que mi padre nos había dejado como herencia, ya sean propiedades, obras de arte, dinero en efectivo, automóviles, motocicletas, todo tipo de vehículos, aeronaves, todo», explica el hijo del difunto narcotraficante. Recuerda cómo todos esos bienes pasaron no solo a manos de «los enemigos» de su progenitor, que fueron a quitárselo todo «a punta de pistola», sino también a las autoridades.
«Esa gran fortuna que él amasó, terminó sirviendo para financiar durante años a aquellos que lo buscaron para matarlo (…) no puedes negociar, simplemente te toca decir que sí a todo lo que te digan. Haces lo que sea con tal de salvar tu vida», concluye.
¿CÓMO MURIÓ PABLO ESCOBAR?
Sobre la muerte de su padre, Juan Pablo Escobar asevera «manejar la versión real» de lo ocurrido, que -afirma- es incómoda tanto para EU como para Colombia. «Si le preguntas a los norteamericanos, ellos fueron los que, supuestamente, lo mataron y, si le preguntas a los colombianos, fueron las autoridades colombianas. La realidad que yo conozco es que ninguno de los dos fue», afirma.
Según su versión «fue un grupo de mafiosos, los Pepes, que tenían la ayuda de las autoridades estadounidenses y colombianas», aunque –explica– estas dos últimas «no participaron en el operativo en el que mi padre decidió finalmente quitarse la vida».
«ESPERABAN QUE FUERA PABLO ESCOBAR 2.0»
Juan Pablo Escobar confiesa que todos esperaban que se convirtiera en el «Pablo Escobar 2.0». «Era el camino más fácil para mí, ese era el que estaba marcado para mí. Pero yo nunca apoyé la violencia», explica.
«Esa experiencia de ser millonario por esa vía de la ilicitud, ya la tuve por cuenta de mi padre, y nos trajo unas consecuencias que a día de hoy, a 23 años de su muerte, seguimos pagando», explica. «Aprendí la lección de vida, lo tuve todo y fui dueño de nada; mientras más dinero teníamos, menos libertad teníamos y más pobres vivíamos», añade.
Asimismo, Escobar critica las producciones de televisión que se han realizado sobre la historia de su padre y los mitos que han engrandecido la difícil vida de su familia. Sobre el triunfo del ‘No’ del plebiscito por la paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, afirma no entender por qué le dieron a la población la oportunidad de votar por un acuerdo si «la paz debe llevarse siempre, sin consultarlo, porque la paz es lo más importante».