George Clooney no se siente nada orgulloso de su interpretación como el Justiciero de Gotham, algo que ya ha afirmado en numerosas entrevistas.
MADRID, 21 de diciembre (Europa Press).– George Clooney es recordado por muchos fans como una de las peores versiones del Caballero Oscuro en el cine por su interpretación en Batman y Robin de Joel Schumacher, aquella cinta con los infames bat-pezones. Y, de hecho, fue el último actor en lucir la capa de murciélago antes de que llegara Ben Affleck, al que, tras su nefasta experiencia en Gotham, aconsejó que no aceptara el papel.
Así lo ha revelado el protagonista de la trilogía de Ocean’s 11 en una entrevista con Howard Stern en su programa de radio Sirius XM. Al parecer, antes de que Affleck aceptara el papel de Batman en el DCEU, Clooney le sugirió que no lo hiciera, ya que los fans son muy exigentes con el actor que interpreta al Caballero Oscuro, y una mala crítica puede destrozar la carrera de un intérprete.
«Creo que, porque he estado presente y porque lo he hecho, porque he tenido ambas perspectivas, he sido un gran fracaso y me han bombardeado. He tenido éxito, pero eso no significa que me escuchen»; explicó Clooney en el programa. «Ben Affleck no me escuchó y terminó haciendo un gran trabajo. Yo estaba equivocado».
«Solo puedo impartir mi sabiduría a través de mi experiencia. Y le dije que intentase no tener pezones en el traje», añadió bromeando el actor. Por suerte, Affleck desatendió su consejo y aceptó el papel, que retomará para la película en solitario de The Flash de Andy Muschietti y, si los rumores son ciertos, para una serie de Batman en HBO Max.
Clooney continuó agregando que no se siente nada orgulloso de su interpretación como el Justiciero de Gotham, algo que ya ha afirmado en numerosas entrevistas. «Físicamente es como estar cambiando los canales y que aparezca y pensar ‘oh, no, no, no’. Pero no podía haberlo hecho de otra manera. Era una gran máquina esa cosa, ¿sabes?», añadió bromeando.
«Debes recordar que en ese momento yo solo era un actor que conseguía un trabajo. No era el tipo que podía dar luz verde a una película. Pagaron a Arnold Schwarzenegger 25 millones de dólares por estar en Batman y Robin», continuó Clooney para ejemplificar hasta qué punto las decisiones no dependían de él.
«Me pagaron como a él y ni siquiera trabajamos juntos. Nunca nos vimos. Era una maquinaria monstruosa, y yo simplemente hice lo que me dijeron. La verdad del asunto es que me porté mal», reconoció el actor.