China devolvió la acusación y aseguró que es Washington quien está detrás de múltiples ataques de este tipo, ante lo cual China «tomará las medidas necesarias» para salvaguardar su propia seguridad cibernética e intereses.
por Jesús Centeno
Pekín, 21 diciembre (EFE).- China negó hoy las acusaciones estadounidenses de que ha llevado a cabo ciberataques contra la propiedad intelectual, lo que abre un nuevo capítulo de reproches mutuos durante la tregua de 90 días iniciada para poner fin a la guerra comercial que mantienen ambos países.
El gigante asiático calificó las denuncias como «difamatorias» y presentó una nueva queja formal a EU por esta cuestión, apenas dos semanas después de hacer lo propio al estallar el ‘caso Huawei’ por la detención de su directora financiera, Meng Wengzhou, en Canadá a petición de Washington.
«Instamos a EU a que corrija de inmediato estas acusaciones difamatorias, que violan de forma severa las normas básicas que rigen las relaciones internacionales y son seriamente perjudiciales para los lazos bilaterales», dijo hoy la portavoz de la cartera de Exteriores china Hua Chunying en una rueda de prensa en Pekín.
Asimismo, Hua devolvió la acusación y aseguró que es Washington quien está detrás de múltiples ataques de este tipo, ante lo cual China «tomará las medidas necesarias» para salvaguardar su propia seguridad cibernética e intereses.
«Es un secreto a voces que Estados Unidos lanza campañas de seguimiento para observar a gobiernos, empresas e individuos de otros países», indicó Hua, algo que China «nunca aceptará».
Los fiscales estadounidenses acusaron el jueves a dos ciudadanos chinos, identificados como Zhu Hu y Zhang Shilong, de «conspirar para cometer intrusiones informáticas contra decenas de compañías en Estados Unidos y el mundo», y que estarían vinculados con la agencia de inteligencia del Ministerio de Seguridad del Estado de China.
«EU debe retirar los cargos contra estas dos personas lo antes posible», requirió la portavoz, y aseguró que China «es una defensora acérrima de la ciberseguridad» que «nunca ha participado ni apoyado a nadie de ninguna manera para robar secretos comerciales».
El robo de propiedad de intelectual es, precisamente, uno de los pretextos que esgrimió Washington para comenzar en marzo de este año la guerra comercial en respuesta a supuestos «abusos» de China, entre los que se hallarían también el déficit comercial y la transferencia forzada de tecnología.
Según Washington, Pekín se había comprometido a evitar y a no apoyar robos de la propiedad intelectual en la red, incluidos secretos comerciales, «que tengan la intención de proporcionar ventajas competitivas a compañías o sectores comerciales».
Sin embargo, EU asegura que, al menos desde 2014, piratas informáticos chinos vinculados al Ministerio de Seguridad del Estado de su país «han hackeado a múltiples proveedores de nube y de servicio de EU» y de otros países.
China, sin embargo, ve en estas acusaciones una suerte de medida de presión ante la recién anunciada nueva ronda de negociaciones comerciales que ambos países mantendrán este enero para tratar de poner fin a su agria disputa.
Así, el diario estatal Global Times calificó de «falacia» las acusaciones y aseveró que se trata de una «operación orquestada con motivos políticos».
«Es momento de que China baraje medidas de represalia contra países que no han hecho otra cosa que verter agua sucia sobre China», advierte.
El diario añade que las acusaciones son «fruto de la histeria» y una «provocación» que «se une a otras» como el arresto de Meng o la reciente aprobación de una ley estadounidense sobre el Tíbet.
En esa línea, el diario oficialista China Daily señaló en un editorial que ese caso agrega un «punto de inflamación adicional» a unas relaciones «ya difíciles» y que China no se dejará intimidar.
«Pekín tendrá que estar preparado para defender su posición y responder según sea necesario para salvaguardar sus intereses», asegura este rotativo.
Por su parte, el Presidente chino, Xi Jinping, ya adelantó el pasado martes en un discurso que «nadie está en posición de dictar al pueblo chino lo que debe hacer», en lo que parecía una velada advertencia a Washington con vistas a las negociaciones comerciales.
Otra novedad de este caso es que alcanza también a otros países, como Reino Unido, que acusó a «facciones del Gobierno de China» de una «amplia campaña de ciberataques» contra propiedad intelectual y datos comerciales «sensibles» en Europa, Asia y EU.
Según China, las acusaciones de Reino Unido están «fuera de lugar» y tienen «segundas intenciones».
«Urgimos a estos países a que respeten los hechos y detengan esta difamación deliberada contra China para no dañar la cooperación en áreas importantes», aseveró hoy Hua al respecto.
El Departamento de Justicia estadounidense detalló en otra nota comunicado que doce países se han visto afectados por la acción de los presuntos «hackers»: Brasil, Canadá, Japón, Finlandia, Francia, Alemania, La India, Suecia, Suiza, los Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y EU.
Entre las supuestas víctimas hay empresas bancarias y financieras, de telecomunicaciones, de equipos sanitarios, consultoras, empresas biotecnológicas, fabricantes automovilísticos y compañías dedicadas a la minería y a la exploración de petróleo y gas, entre otros.