La Red Global de Jóvenes por la Biodiversidad envió este día al Senado mexicano una serie de objeciones por la aprobación de la Ley General de Biodiversidad, que abre a mineras las Áreas Naturales Protegidas de México.
La ley, presentada por el Partido Verde Ecologista de México, fue aprobada en el Senado con 88 votos a favor, 4 en contra y 5 abstenciones, «los demás 31 senadores restantes dónde estaban», cuestionó la organización.
La organización aseguró saber «de primera mano que varias y varios senadores desconocían el contenido de la minuta que aprobaron» y que «algunas personas con quienes nos reunimos no estaban enteradas del proyecto». Por ello, pidieron «una consulta amplia y adecuada culturalmente sobre la minuta en cuestión para que todos los actores relevantes participemos en el diseño legislativo».
ADEMÁS
México, 21 de diciembre (EFE).- La Red Global de Jóvenes por la Biodiversidad envió al Senado mexicano una serie de objeciones ante la Ley General de Biodiversidad aprobada por dicho organismo el pasado 15 de diciembre.
La organización expone que debe hacerse «una consulta amplia sobre la iniciativa de Ley ya que no ha sido consultada con suficiencia en especial a los pueblos y comunidades indígenas, quienes son los principales afectados y garantes de la biodiversidad».
Con 88 votos a favor, 4 en contra y 5 abstenciones la Ley se aprobó el pasado 15 de diciembre y ahora estará en manos de la Cámara de Diputados para su ratificación.
La organización se cuestiona en dónde estaban los 31 senadores restantes.
Piden modificar el artículo 5, incluyendo que los propietarios, con apoyos necesarios, deberán ejecutar acciones de restauración de ecosistemas en caso de que los predios no sean trabajados y/o estén en proceso de erosión.
El artículo 33, por su parte, tendría que incluir un apéndice para la obligatoriedad de la delimitación de áreas experimentales para la modificación y cruces de especies.
Finalmente, exigen incorporar al artículo 56 la prohibición del uso de ejemplares de vida silvestre en zoológicos donde no se cumpla con las condiciones y requerimientos adecuados para la calidad de vida que requieren estos ejemplares.
Las decisiones que se tomen en torno a la biodiversidad, indican, deben regirse por el principio de bioética.
Para asegurar esto, debería crearse en paralelo un Fondo Mexicano para la Biodiversidad que respalde la existencia y el funcionamiento de mecanismos financieros que faciliten la implementación de la presente Ley.
Asimismo, aconsejó que «esta propuesta integre desde un inicio, como eje transversal, el principio de equidad intergeneracional», que garantiza la disponibilidad de recursos para las generaciones jóvenes y las futuras.
Aseguró saber «de primera mano que varias y varios senadores desconocían el contenido de la minuta que aprobaron» y que «algunas personas con quienes nos reunimos no estaban enteradas del proyecto», indicó.
Por ello, reprochan a los senadores haber ignorado el llamado y que no haya habido «respuesta ni interés».
«No hay tiempo para experimentar y esperar a ver si esta ley resulta positiva o no. La Ley que sea publicada tiene que ser la mejor versión que este país es capaz de elaborar», indica la carta.
Piden pues «una consulta amplia y adecuada culturalmente sobre la minuta en cuestión para que todos los actores relevantes participemos en el diseño legislativo».