La International Sugar Research Foundation ha ocultado resultados de estudios desde 1968 que revelan que la sacarosa está relacionada con problemas cardiovasculares, varios tipos de cáncer y tumores.
Washington, 21 de noviembre (EFE).- La industria del azúcar ha ocultado durante alrededor de 50 años estudios que sugerían los efectos negativos que la sacarosa tiene en la salud mediante pruebas con animales, según una investigación desvelada hoy por la publicación especializada PLOS Biology.
El trabajo desarrollado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco revisó documentos internos del sector y descubrió que la Sugar Research Foundation (SRF) había financiado estudios con animales para evaluar los efectos de la sacarosa que fueron cancelados ante los indicios que la relacionaban con el cáncer de vejiga.
En documentos analizados previamente, el grupo de investigadores averiguó que la SRF había sufragado un artículo en 1967 que reducía la importancia de las pruebas que vinculaban el consumo del azúcar con las enfermedades de la arteria coronaria.
Esa pieza, subvencionada por la industria, apostaba por los microbios intestinales para explicar por qué las ratas que consumían azúcar tenían niveles de colesterol superiores a las que tomaban almidón, pero rechazaba que fuese extrapolable a los humanos.
La entonces SRF cambió su nombre a ISRF (International Sugar Research Foundation) en 1968, año en el que iniciaron un proyecto de estudio con ratas para comparar los efectos nutricionales del consumo de azúcar con los del almidón, según un comunicado publicado en la revista PLOS Biology.
La investigación, también financiada por ISRF, la desarrolló un equipo de la Universidad de Birmingham que señaló los efectos cardiovasculares adversos del azúcar, así como indicios de un incremento de los riesgos de cáncer de vejiga para concluir que el almidón y la sacarosa tienen efectos diferentes.
ISRF reconoció que era una de las primeras demostraciones de que tenían consecuencias biológicas distintas en ratas, pero poco antes de que el estudio finalizase optó por cancelarlo y no publicar sus resultados, la misma metodología empleada en el caso que ahora se hace público.
«Esto sugería que el azúcar podía tener un rol en el cáncer de vejiga», afirmó Cristin Kearns, uno de los autores del trabajo de la Universidad de California en San Francisco.
En los años 60, recordaron desde la publicación, los científicos se debatían entre si el azúcar podía elevar más el nivel de triglicéridos que el almidón, una discusión en la que los resultados del llamado «Proyecto 259» habrían sido un argumento de refuerzo, según los autores.
En el comunicado, también aseguraron que es una prueba de los primeros esfuerzos de SRF para minusvalorar el papel del azúcar en la enfermedad cardiovascular y de que el debate de los últimos 60 años puede estar basado en la manipulación de la ciencia por parte de la industria.
El coautor del trabajo Stanton Glantz comparó las prácticas «de manipulación» de la industria azucarera con las realizadas por la tabaquera y afirmó que la investigación contribuye a documentar estos métodos en el sector.
PLOS Biology mencionó que el año pasado la Asociación del Azúcar criticó un estudio de ratones por vincular el consumo de sacarosa con el crecimiento de tumores y metástasis indicando que no se ha establecido ningún «nexo creíble».
«El análisis sugiere que la industria sabía de la investigación sobre animales y que frenó la financiación para proteger sus intereses comerciales hace 50 años», comentó en el escrito.