En Barcelona, un lugar muy lejano, hay mexicanos de acogida. Son recibidos por 40 activistas, con el apoyo del Ayuntamiento, con el apoyo de la Generalitat. Se relajan. Toman «un respiro», que es lo que ofrecen. México es el segundo país del mundo en matar a periodistas y la labor de La Taula Pèr Mexic se agiganta con las enseñanzas y con las informaciones que difunden, con las marchas que hacen, con todo lo que tienen en claro para hacer por la paz.
Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).- Trabajando desde Barcelona por la paz y la protección de los Derechos Humanos en México, la organización La Taula Pèr Mexic, entre la que se encuentra Arturo Landeros, se levanta como una esperanza en el horizonte.
A veces tiene a tres personas acogidas, a veces a dos, pareciera ser que su función es apenas una lágrima en el mar de llanto que conmueve a este país, sin embargo, su labor se agiganta con las enseñanzas y con las informaciones que difunden, con las marchas que hacen, con todo lo que tienen en claro para hacer por la paz.
“La Taula per Mèxic, por tanto, convoca a la sociedad catalana e internacional, personas e instituciones, para que acompañen este proceso con el objetivo de coadyuvar en la protección de los Derechos Humanos en México desde Cataluña. Para ello se propone analizar, investigar y divulgar la situación de los Derechos Humanos y la justicia social en México; acoger temporalmente en Barcelona a personas -periodistas o activistas- en situación de riesgo; crear alianzas con otros actores sociales que busquen promover el diálogo para impulsar la paz y la justicia social desde los ámbitos local y regional; establecer un dialogo con las organizaciones e instituciones mexicanas como interlocutores necesarios para la transformación social; e impulsar actividades culturales que ayuden a sensibilizar pero que también arrojen esperanza sobre las cientos de personas que resisten y luchan desde allá para cambiar esta injusta realidad”, dice su página web.
Nosotros entrevistamos a Arturo Landeros, para saber exactamente cómo se mueven, qué planes tienen.
–¿Qué es La Taula Pèr Mexic?
–Es una organización, una entidad, que surgió hace dos años. Somos un grupo de 40 personas, hay compañeros de Argentina, de Paraguay, de Italia, catalanes y españoles. Salíamos a denunciar a los desaparecidos por Ayotzinapa o gente que participó en el 132, antes con el zapatismo, antes con el Movimiento por Sicilia, somos un poco lo que viene de ahí y pasando por una actitud proactiva, brindamos un espacio de respiro a defensoras de derechos humanos y periodistas. El programa se basa en eso, tiene tres áreas: una de atención social, trabajamos el estrés post-traumático, la atención de acompañamiento de formación, de seguridad digital y la tercera área es de incidencia política.
–¿Cómo han conseguido el apoyo de la Generalitat?
–Tenemos el apoyo principalmente de Ayuntamiento de Barcelona y bueno ahora más especializado en el caso de los periodistas. Somos nosotros los que organizamos o tenemos el contacto con las organizaciones de periodistas en México y es con la gente la que hablamos para que vengan. El inicio del interés lo comparte el Ayuntamiento y se acercó a nosotros para ayudarnos, para hacer que vengan de forma más organizada, nos da apoyo económico, teníamos muy buena intención pero éramos activistas y profesionalizar este trabajo. México es el segundo país donde más mueren periodistas, lo cual es tremendo. Ahora ha habido tres casos de muertes de periodistas en Europa. La Generalitat nos apoya en el tema de los defensores de derechos humanos, en el tema del territorio, de la defensa del agua o familiares de desaparecidos, la otra patita que tenemos es justamente ese trabajo.
–La Taula Pèr Mexic ha ido creciendo con el tiempo…
–A nivel de personas seguimos siendo las mismas, aunque el trabajo es cada vez mayor…A nivel de actividades ha ido creciendo mucho. Se ha ido especializando, lo que decíamos de la atención psicológica. Sobre todo a nivel de temáticas, nos hemos ido volviendo algo a lo que la gente se puede acercar a preguntar qué está pasando en México. Tenemos actividades culturales, tenemos un festival que llamamos Susurros del México olvidado, hacemos reflexiones sobre la violencia. Empezamos con el otro grito de la Independencia, para llamar la atención sobre el tema de la soberanía del país y terminamos con el tema del Día de Muertos. Un día colorido, pero donde recordamos a los desaparecidos y este año muy especial porque recordaremos a los 50 años de la matanza de Tlatelolco.
–¿Podrán acoger a más gente en el futuro?
–Es algo que tenemos pendiente. Nosotros estamos acogiendo ahora a dos periodistas, durante seis meses, nos están dando un apoyo para un visado humanitario para que puedan estar en una estancia más larga. Antes venían por 90 días y ahora será más largo. Estamos en una fase de asentar bien este tipo de trabajo, hemos recibido algunas propuestas de algunas organizaciones internacionales de periodistas, vamos a ver qué pasa. La parte fundamental del programa es la que tiene que ver con el acompañamiento a la persona que acogemos, somos varias personas las que estamos en el cotidiano. No podemos recibir familias ni niños, la legislación de aquí nos dicen que un menor que viene tiene que estar escolarizado, es algo complicado. Hemos recibido a cinco periodistas varones y muy probablemente la próxima tanda que venga sean dos mujeres. Eso es un gran logro, las compañeras periodistas tienen más dificultades para venir, les cuesta dejar su casa, a su familia y la laboral.
–Tú como activista, debes saber que recibes elogios pero también críticas, ¿las escuchas?
–Una de las primeras críticas que hay tienen que ver con el funcionamiento, esto que ha pasado no poner más en la agenda, que vinieran más periodistas mujeres, los hijos, las hijas, ofrecer un programa formativo más atractivo. Hemos tenido un poco de dificultad por las expectativas de la gente que viene, algún compañero nos ha pedido un curso de carpintería, por ejemplo. Hay muchas cosas a afinar. Hay muchas cosas a nivel institucional, ahí vamos poco a poco.
–¿Por qué estás ahí?
–No, no nací y quiero ser activista. Soy arquitecto y sociólogo, pero es una situación que te alcanza, que te ves enfrente de ella, a lo mejor estás en un momento que piensas que puedes aportar. De repente tienes contactos, yo vengo del zapatismo, de la UNAM, del Movimiento Estudiantil, cuando llegué a Barcelona, hace unos 17 años, me empecé a ligar al tema de los Derechos Humanos. Poco a poco nos vimos en esto y aquí estamos.
–¿A qué personas tienen ahora acogidas?
–A dos periodistas. Uno de Acapulco y el otro de Chilapa. Los dos son de Guerrero y hay una compañera del valle del Mezquital, por la defensa del agua.
–El neoliberalismo está echando este mundo a la basura, ¿qué haces para seguir luchando y siendo optimista?
–Ver a estos compañeros, a estos periodistas, a estas defensoras que vienen, es un momento de paz, de respiro, que podemos brindarle. Les cuesta muchísimo caminar por la calle sin mirar atrás. Logran disfrutar de una convivencia con otras personas, que en México debería de ser normal. A veces cuando piensas en eso, me da una sensación de aporte, de que estoy haciendo algo.
–¿Tienes esperanzas con el cambio de gobierno?
–No mucha. Para la paz hay que hacer justicia. Hay mucho dolor en las familias y hay una cuestión ahí que se debe construir desde otro lado. Si no hay eso, esta cosa va a cerrar en falso.
UN PERIODISTA DE ACOGIDA EN BARCELONA
Viene caminando por la calle Nuevo León. Acaba de bajar del Metro. Se ríe porque dice que tomó el Metro al revés y luego tuvo que volver. Se llama Luis Daniel y acaba de llegar de Barcelona. Viene de Chilapa, Guerrero, pronto volverá a su casa. No quiere salir de ahí, no tiene pensado ser periodista famoso, lo que quiere es informar desde su lugar y pelear por la libertad de expresión.
Se enteró de La Taula Pèr Mexic por la organización de Periodistas de a pie. Habían estado pendientes de su trabajo en la zona de la montaña baja, que está en el centro y la montaña alta. “Es una región de alto riesgo, por el alto índice de delitos”, dice Luis. La zona está militarizada, llena de policías, no quiere hablar de un “NarcoEstado”, sólo que las autoridades “están rebasadas”.
Ya lleva más de nueve años cubriendo esa zona, con temas de Educación, de Política, de Cultura, colectivos de familiares de personas desaparecidas, amenazas anónimas a escuelas. “A raíz del caso Ayotzinapa, con los 43 estudiantes desaparecidos, se empezó a evidenciar toda esta descomposición social que había. Se le añadió un nuevo elemento a la violencia, que es la violencia criminal. Se volvió una zona anárquica, totalmente militarizada y con presencia de policías, lejos de desinhibir los índices delictivos la multiplicaron”.
En Barcelona, Luis Daniel visitó a las tres regiones: Manresa, Girona y Barcelona. Le faltó Tarragona. Estuvo en universidades, en colegios, aprovechó para continuar proyectos que tenía a nivel profesional. Tomó una pausa. Un respiro y se pudo relajar.