Washington, 21 oct (EFE).- El Pentágono acusó hoy a Rusia de utilizar en Siria bombas de racimo, prohibidas por una convención internacional a la que no se han sumado Estados Unidos ni Rusia.
El portavoz de la misión estadounidense contra el Estado Islámico (EI), Steven Warren, aseguró en una rueda de prensa que los datos disponibles públicamente demuestran que Rusia ha estado utilizando bombas de racimo en sus bombardeos.
No obstante, Warren no quiso confirmar detalles adicionales basados en sus fuentes de inteligencia o sobre si las bombas han caído en zonas urbanas con presencia de civiles.
Activistas sirios y la ONG Human Right Watch (HRW) han denunciado que desde el inicio de la ofensiva rusa en Siria, a finales de septiembre, los cazas rusos han lanzado bombas de racimo en las cercanías de las ciudades de Idlib y Hama.
En 2008, la Convención sobre Municiones de Racimo fue aprobada para prohibir el uso de este tipo de armamento, con la suma hasta la fecha de 116 países, entre los que no se encuentran ni Rusia ni Estados Unidos.
EU se ha propuesto reemplazar en 2018 este tipo de munición, que dispersa pequeños explosivos similares a minas antipersonas en grandes extensiones, por otro tipo con menos posibilidades de herir a civiles.
Por otro lado, Warren también dijo que con la entrada de Rusia en el teatro de guerra sirio ha hecho que las fuerzas sirias leales al presidente Bachar al Asad haya «incrementado la actividad ofensiva» en Alepo, bastión opositor, pero «va a ser una dura batalla y no damos la bienvenida a que Asad tome el control».
Estados Unidos lleva más de un año golpeando desde el aire a los yihadistas suníes del Estados Islámico en Siria e Irak, mientras que Rusia ha entrado al teatro de operaciones sirio con la intención de apoyar al régimen de Damasco atacando a todas las fuerzas opositoras, incluido el EI.
Warren dijo hoy que Rusia solo ha golpeado «una pequeña fracción» de los terroristas del EI.
El portavoz también dijo que seguirán apoyando a una docena de facciones rebeldes moderadas que han intentado reunir en las llamadas fuerzas de la «Coalición Sirio-Árabe».
El portavoz confirmó que ha trasladado a Turquía aviones de ataque A-10, aeronaves de apoyo de tropas de tierra, algo que podría adelantar intentos de avance de milicias apoyadas por Estados Unidos en Siria.
El A-10 vuela más lento y a menor altitud que los cazas F-16 o los F-22, por lo que exponen a los pilotos a posibles derribos.