Desde 2010, Grecia ha recibido 288 mil 700 millones de euros en préstamos para evitar la quiebra pero, a cambio, tuvo que aplicar recortes draconianos que han afectado a la sociedad.
Por su parte, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) alertó hoy que Grecia está «lejos de haber superado sus problemas» y que lo que necesita, tras el fin de los ocho años de programas de rescate por su grave crisis económica, es «un plan de recuperación» para superar el desempleo y la pobreza.
Por Ana Mora Segura
Atenas, 21 de agosto (EFE).- El primer Ministro griego, Alexis Tsipras, celebró hoy, desde la mitológica isla de Ítaca, el fin de la odisea de los programas de asistencia y el comienzo de una nueva era de autogestión, aunque el pueblo no siente haber llegado aún a buen puerto.
«Hoy es un día histórico. Los programas de austeridad, recesión y desolación social finalmente han llegado a su fin. Nuestro país recupera su derecho a definir su destino y su futuro», dijo hoy Tsipras en un discurso televisado austero, con la bahía de Ítaca de fondo.
Sin público, sin banderas, sin corbatas. Tsipras habló a su pueblo sobre el fin de la odisea económica, pero se guardó todos los planes de futuro para anunciarlos en la próxima feria industrial de Salónica en septiembre, tradicionalmente lugar de inicio del curso político.
Tsipras compensó la falta de propuestas con el recuerdo de los sacrificios de los griegos en los últimos años, que comparó con la tortuosa travesía homérica.
«Desde 2010, Grecia ha vivido una Odisea moderna. En cinco años (antes de su triunfo electoral en 2015) pasaron cosas impensables para un país en tiempos de paz: Perdió el 25 por ciento de su riqueza nacional; tres de cada diez personas perdieron su empleo, seis de cada diez entre los jóvenes», señaló.
«La democracia fue restringida; banqueros se convirtieron en primeros ministros y ministros en banqueros, y las bandas fascistas reaparecieron en la calle tras 60 años», recordó.
Ahora, añadió, Grecia recupera su derecho a decidir como cualquier país europeo, sin imposiciones pero con «prudencia».
«En esta nueva era no cometeremos el error de olvidar lo que aprendimos durante los programas de asistencia. No nos permitiremos olvidar. No seremos lotófagos», dijo Tsipras comparándose con esos personajes que al alimentarse de flores de loto olvidaban su pasado.
No hay que olvidar los errores cometidos, pero tampoco a los culpables de esta larga crisis, dijo Tsipras, quien señaló a políticos, medios de comunicación, empresarios y elite corrupta en general.
«Oímos muchas veces a las sirenas cantar que las cosas nunca cambiarían en Grecia, que los rescates permanecerían para siempre y que no tenía sentido resistir frente a los cíclopes. Que la pequeña Grecia no podría vencer. Pero lo conseguimos porque la gente trabajó para que el barco llegase a su destino», destacó.
Tsipras recordó que durante los primeros dos programas de rescate, bajo los Gobiernos de Yorgos Papandreu (Pasok) Y Andonis Samarás (Nueva Democracia) se aplicaron en Grecia medidas de austeridad por un total de 65 mil millones de euros.
No mencionó, en cambio, la cuantía de los sacrificios que trajo el tercer programa, firmado por él a los pocos meses de asumir el Gobierno en 2015.
Fue con la entrada de Grecia en el primer programa de asistencia financiera el 23 de abril de 2010 que Papandreu anunció «una nueva Odisea para el pueblo heleno» en la isla de Kastellórizo.
«Ya conocemos el camino hacia Ítaca y las aguas por las que navegaremos», dijo entonces Papandreu sobre los múltiples sacrificios que estaban por llegar.
Desde entonces, Grecia ha recibido 288 mil 700 millones de euros en préstamos para evitar la quiebra pero, a cambio, tuvo que aplicar recortes draconianos que han afectado a la sociedad hasta la médula.
Al regresar a Atenas, Tsipras se ha propuesto sumergirse de lleno en una remodelación de su gabinete que se espera para los próximos días, para llevar a la práctica ideas más sociales que fortalezcan a la castigada clase media.
En clave más electoral, Tsipras advirtió que ahora que han llegado «al codiciado destino» no dejarán «Ítaca en manos de los pretendientes» o los partidos de la oposición que ahora reclaman elecciones cuanto antes.
También habló de la llegada de Syriza al Gobierno en 2015, un momento, dijo, en el que el pueblo se alzó contra el destino escrito por los poderosos y «escribió una nueva página de resistencia».
Ulises pasó diez años luchando en la guerra de Troya y otros diez afrontando una infinidad de obstáculos con su astucia como arma hasta poder llegar a casa, tras perder a sus compañeros por el camino.
Ahora, el Gobierno de Tsipras ha llegado a Ítaca, pero el pueblo griego seguirá navegando entre peligros durante al menos otras cuatro décadas.
DESEMPLEO Y POBREZA, EL RETO
Por su parte, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) alertó hoy que Grecia está «lejos de haber superado sus problemas» y que lo que necesita, tras el fin de los ocho años de programas de rescate por su grave crisis económica, es «un plan de recuperación» para superar el desempleo y la pobreza.
La CES se pronunció así, vía comunicado, un día después de que la Comisión Europea celebrase este lunes la conclusión del último programa de asistencia financiera a Grecia, que ha permitido el desembolso de 61.900 millones de euros a Atenas en tres años.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, tildó en rueda de prensa de «histórico» el punto y final oficial de tres programas consecutivos de asistencia a lo largo de ocho años «dolorosos», y consideró que esto prueba «los esfuerzos del pueblo griego, el compromiso del país con las reformas y la solidaridad de sus socios europeos».
Para el secretario general de la CES, Luca Visentini, «puede que el programa (de rescate) de la Unión Europea haya finalizado, pero persisten la alta deuda, el lento crecimiento y las altas tasas de desempleo.
«No es Grecia la que se ha salvado, sino los bancos de los países de la moneda única. Grecia ha quedado peor que antes por una dieta que pasa por menos servicios públicos, salarios más bajos y menos derechos para los trabajadores», añadió.
La CES explicó que el plan de recuperación que necesitaría Grecia para salir realmente adelante pasaría por mejorar el sistema de pensiones, restaurar los convenios colectivos, elevar los salarios, restaurar los derechos de los trabajadores y atajar la pobreza.
«La CE debería asegurar el diálogo entre el Gobierno griego, los trabajadores y los sindicatos. Y la UE debería acordar e implementar un plan de recuperación», añadió Visentini.