Agustín Basave Benítez renunció al Partido de la Revolución Democrática este fin de semana ante los problemas que enfrentó ante las “tribus” que se disputan el poder al interior de la fuerza política. Su renuncia, dijeron expertos a SinEmbargo, confirma la gravedad de la crisis y que el PRD está en peligro.
Ciudad de México, 21 de junio( SinEmbargo).- La renuncia de Agustín Basave Benítez a la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ocurrida este fin de semana, casi a solas, profundizará la crisis de la fuerza política en los próximos meses, coincidieron analistas consultados por SinEmbargo.
Se trata de una dirigencia de siete meses, en donde Basave Benítez, quien llegó avalado por las dos principales corrientes internas Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos” y Alternativa Democrática Nacional (ADN) de Héctor Bautista López para sustituir a Carlos Navarrete Ruiz (quien también renunció), terminó por renunciar en fin de semana y sin la compañía de ninguno de los líderes que lo respaldó.
“Desde hace rato el PRD está en crisis. El hecho de que haya llegado Basave, casi casi pusieron un aviso oportuno diciendo que necesitaban quien se hiciera cargo de los restos del partido para administrarlo, hablaba ya de esa crisis. Esta renuncia puede implicar una crisis mayor, porque para determinar quién dirija, eso será una cena de negros, las banditas uniéndose para ver si desbancan a ‘Los Chuchos’, porque aunque tienen poder, van a tener que consensuar con las otras tribus, principalmente con sus aliados del Estado de México, con Bautista que tiene sus negocios aparte con el Gobierno federal. Entonces claro que sí se profundiza la crisis, están en un problemón porque el PRD está en su acabose”, dijo Telésforo Nava Velázquez, investigador y experto en la izquierda mexicana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El sábado durante una conferencia de prensa en la sede nacional del partido, Basave indicó que creyó que podría situarse por “encima de las corrientes y ser una suerte de árbitro, pero el tiempo me demostró no ser posible”.
A través de una carta dirigida al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, Basave expresó que “en virtud de que no estoy dispuesto a afiliarme a una corriente ni a formar parte de un bloque y dado que en estas circunstancias la gobernabilidad es más que precaria, he decidido renunciar a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD. Mi decisión es irrevocable”.
Basave también dijo que fue el PRD el que, debido a que las corrientes internas del partido “actúan en más de un sentido como si cada una de ellas fuera un partido político”, que el partido “siempre ha sido difícil de dirigir”, y debido a que presentaba “problemas de gobernabilidad”, fue que “el partido intentó una nueva movilidad de liderazgo: un presidente ‘externo’, sin corriente, que se situara por encima de los grupos y arbitrara sus conflictos”.
En ese sentido, el líder perredista explicó que aceptó el desafío “movido por mi anhelo de forjar una opción socialdemócrata que a mi juicio le hace mucha falta a México y por mi determinación de combatir la restauración autoritaria y la corrupción rampante del actual régimen priísta”.
Sin embargo, de acuerdo con él, la normatividad interna y la cultura política imperante obstaculizaron su presidencia, a tal grado que, a tan sólo dos meses de haber asumido el cargo, tuvo que proponer su renuncia para afianzar su autoridad y sacar adelante las alianzas que consideró indispensables para derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y “crear buenos gobiernos para los mexicanos”.
Además, detalló que sus acciones “provocaron francas agresiones y actitudes carentes de una mínima institucionalidad de parte de algunos de los miembros del CEN y una serie de desencuentros con el jefe de Nueva Izquierda, todo lo cual llevó soterrada y paulatinamente al PRD a rondar la ingobernabilidad y a un desgaste de mi dirigencia que no puede revertirse”.
Nueva Izquierda está dirigida por Jesús Ortega Martínez, quien apoyó la llegada de Basave Benítez en noviembre del año pasado, para quien incluso se modificó el Estatuto, pues acababa de afiliarse al partido y de acuerdo con las normas anteriores, no podía postularse a la dirigencia.
“Basave fue demasiado ingenuo al creer que iba a poder dirigir ese partido, donde hay un cacique muy consolidado y autoritario de ‘Los Chuchos’ y de Jesús Ortega. Eso le pasó a Basave, no sé si fue ingenuidad o quiso él ser el presidente del partido y no evalúo lo que tenía que suceder. Se tuvo que ir porque es una cultura, una subordinación y es muy difícil armar un equipo para trabajar”, opinó Nava Velázquez.
Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ), coincidió con Telésforo y agregó que Basave al renunciar “reconoce la crisis latente y que el partido está en peligro”.
EL PARTIDO QUE SE DESMORONA
Bravo Peralta agregó que la renuncia del dirigente también se debe a los resultados que obtuvo el partido en los comicios del 5 de junio.
“El PAN[Partido Acción Nacional] recuperó posiciones, Morena [Movimiento Regeneración Nacional] se convierte en la opción de izquierda y el PRD se deslava, que ya estaba en crisis con el Gobierno del DF, su bastión, hemos visto como en las dos últimas elecciones de delegados, diputados federales, es Morena quien se ha ido apoderando de la ciudad. Se antoja que para 2018, si el PRD no hace algo, será arrasado en el DF”, dijo.
De acuerdo con los resultados de la elección pasada, el Sol Azteca perdió Oaxaca – la entidad que gobernaba en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), Convergencia y el Partido del Trabajo (PT)– y no obtuvo ninguna victoria en los estados en donde fue solo y, en donde ganó la coalición con el blanquiazul, no es el partido dominante.
Oaxaca y en Zacatecas, dos de las alianzas que el presidente del PRD Agustín Basave Benítez consideró exitosas con el PAN y cuya candidatura estaba encabezada por los perredistas José Antonio Estefan y Rafael Flores Mendoza, el perredismo fue derrotado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En estados como Hidalgo, Sinaloa e Hidalgo el perredismo no pudo consolidar alianzas con el PAN y perdió frente al tricolor. En entidades en donde fue en alianza como en Veracruz y Quintana Roo, los candidatos ganadores salieron de las filas del PAN.
Los analistas políticos advirtieron que se trata claramente de la debacle del perredismo en el país, que inició con el descalabro de 2015 en la Ciudad de México en donde perdió más de la mitad de las delegaciones donde gobernaba y vio reducido su porcentaje global nacional.
“Estos resultados [los de la Ciudad de México] van a combinar con otros a nivel nacional y al PRD le presentan un panorama muy negativo para el PRD”, dijo María Eugenia Valdés Vega, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa.
En la Ciudad de México el PRD cayó de nuevo frente a Morena al perder la mayoría de los asambleístas para el Constituyente.
El partido que lidera López Obrador se colocó como primera fuerza política en la ciudad, confirmando su triunfo de 2015, el Sol Azteca quedó en un segundo puesto, seguido del PAN y del PRI.
“El PRD está condenado a perder el 50 por ciento en las siguientes elecciones y se empieza a incrementar ese porcentaje. Tiene que hacer algo, sino se verá en serios problemas porque quedará del tamaño del PT y ya no serán un partido con un rol protagónico. Hay que ver a quién ponen como dirigente, porque quien lo haga se estará sacando la rifa del tigre para el 2018, porque el PRD o se mantiene, recupera o desaparece”, indicó Virgilio Bravo.
El Sol Azteca, agregó Bravo Peralta, se convirtió de la mano de “Los Chuchos” en el partido que pacta con el poder, aunque en ello tengan que sacrificar a la fuerza política.
“Lo que está pasando es la factura, porque del otro lado tienen a un rival en Morena, frente a aquellos que han vendido a la izquierda, le están arrebatando el DF al PRD, algo que ya está muy anunciado para 2018”, consideró.
EN BUSCA DE UN DIRIGENTE DE CARA A 2018
El sábado Basave pidió a Ángel Ávila, presidente del Consejo Nacional del PRD, que convoque a sesión el próximo sábado 2 de julio para dar a conocer su renuncia y para que elijan a quien habrá de sustituirlo.
Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), indicó que lo que más le conviene al partido es elegir a un presidente interino que concluya el periodo de Agustín Basave y después llame a elecciones para una nueva dirigencia con miras a 2018.
“Lo que más les conviene es elegir un presidente que termine el periodo, porque las condiciones políticas van cambiando, habrá que ver que este próximo presidente no se desgaste hasta 2018. Que no esté desgastado por la elección de 2017”, dijo.
López Montiel recordó que la elección más importante en puerta es la de 2018, en donde el dirigente de cada uno de los partidos tendrá en sus manos las negociaciones de las candidaturas.
“Habrá que ver qué decisión toman: si mantienen un presidente que cubra nada más el periodo de Basave o si eligen a uno que se vaya de corrido hasta 2018”, añadió.