Si bien la India observa un descenso en el número de casos confirmados de COVID-19, todavía preocupa la propagación del virus en las zonas rurales, donde las infecciones se detectan en menor medida. Sin embargo, entre quienes se enfermaron está surgiendo una nueva y devastadora dolencia: se la ha bautizado como la enfermedad del «hongo negro».
–Con información de nuestro corresponsal en Nueva Delhi, Sébastien Farcis, y AFP
Nueva Delhi, 21 de mayo (RadioFranciaInternacional).– El malestar comienza con dolores de cabeza o el enrojecimiento de los ojos. Rápidamente una mancha negra se extiende alrededor del ojo: es un hongo, llamado mucormicosis y, en pocos días, puede atacar toda la cara, hasta el punto de que los médicos tienen que extirpar un ojo o incluso parte de la mandíbula. La enfermedad puede ser fatal, especialmente si ataca al cerebro, con una tasa de mortalidad superior al 54 por ciento.
En los últimos días se están registrando en la India cientos de casos de mucormicosis en personas que han recibido recientemente un tratamiento inadecuado contra la COVID-19.
«La razón principal es el mal uso de esteroides y antibióticos intravenosos», afirma el cirujano Arvind Singh Soin, del Hospital Medanta de Gurgaon. “Porque cuando se matan las bacterias de esta manera, se promueve la propagación del hongo. Otro motivo es la falta de higiene durante la oxigenación, con el uso de máscaras o tubos sucios, por ejemplo. Por último, este hongo se propaga especialmente en personas con diabetes no controlada”.
El rápido aumento preocupa a los médicos, sobre todo porque el medicamento antifúngico utilizado para combatirlo ya no está disponible en algunas ciudades importantes del país. En las redes sociales se multiplican las peticiones para encontrar tratamientos antifúngicos.
El jueves 20 de mayo, al menos nueve estados clasificaron esta infección como epidemia. Sólo en el estado de Maharashtra se han registrado más de dos mil casos, y en Gujarat, unos mil 200. También se abrieron centros especializados en Delhi, Bangalore y Bombay. Según la prensa india, el «hongo negro» se ha cobrado ya cientos de vidas en pocos días.
Antes de la segunda ola de coronavirus que mató a 100 mil personas en India el mes pasado, los casos de mucormicosis eran raros en el país.
Los afectados solían ser enfermos de diabetes, del VIH o pacientes trasplantados, con organismos inmunodeprimidos.
El tratamiento que más se necesita es la Anfotericina B liposomal y el Ministro de Sanidad indio anunció que aumentaría la producción.
Las críticas apuntan a la falta de previsión de las autoridades estatales y federales, que deberían haber tomado medidas cuando se registraron los primeros casos hace meses.
Según Amulya Nidhi, un activista de derechos sanitarios en Madhya Pradesh, la crisis de los antivirales y el plasma para tratar el coronavirus no han servido de lección.
«La gente no debería tener que mendigar para obtener medicamentos que le salven la vida», dijo.