Economía

El veto a Huawei: cronología de un descalabro originado por la guerra comercial EU vs. China

21/05/2019 - 9:17 am

Ésta es la última batalla en el marco de la guerra comercial iniciada en marzo del pasado año, cuando EU anunció la primera subida de aranceles sobre el acero. Queda ahora por ver la siguiente jugada que podría estar preparando el Presidente chino, Xi Jinping, quien acaba de terminar una «gira de inspección» en una planta de procesamiento de tierras raras, necesarias para la fabricación de teléfonos móviles y de las que China provee a EU con el 80 por ciento de sus necesidades.

Pekín, CHINA, 21 de mayo (AP).- El veto estadounidense al gigante tecnológico chino Huawei supone un paso más en la lucha por la supremacía tecnológica que llevará a la, quizá irreversible, disociación entre las economías en guerra de las dos grandes potencias y ha levantado preocupaciones en todo el mundo sobre cómo va a afectar a los productos o al despliegue de la tecnología clave 5G.

Ésta es la última batalla de las libradas en el marco de la guerra comercial iniciada en marzo del pasado año, cuando EU anunció la primera subida de aranceles sobre el acero.

El día 22 de ese mes, el Presidente de EU, Donald Trump, anunció la imposición de gravámenes por valor de hasta 60,000 millones de dólares a muchas importaciones chinas y exigió que el déficit comercial con Pekín se reduzca un 25 por ciento.

China tardó pocos días en reaccionar y, el 4 abril, Pekín anunció sanciones arancelarias del 25 por ciento a un total de 106 productos importados de EU, incluidos la soja, automóviles y aviones, por valor de 50,000 millones de dólares.

Huawei entró en la ecuación en mayo de 2018, cuando Washington prohibió el uso de los aparatos telefónicos de esa empresa china y de ZTE en sus bases militares. Un mes más tarde, ambos países iniciaron una ronda de negociaciones para intentar frenar la guerra comercial.

Julio y agosto fueron meses en los que Pekín y Washington siguieron «disparándose» aranceles, hasta que, el 27 de ese último mes, China denunció formalmente a EU ante la Organización Mundial del Comercio por los gravámenes a sus productos.

El mes siguiente, hubo un anuncio estadounidense más de nuevos impuestos a las importaciones chinas, a lo que las autoridades de Pekín replicaron con medidas similares.

Así las cosas, no fue de extrañar que, el 1 de diciembre, en el marco de una cumbre del G20, el presidente chino, Xi Jinping, y Trump acordaran una tregua de 90 días para negociar una salida al enfrentamiento.

Y aunque se conoció el 5 de diciembre, mientras Xi y Trump estaban reunidos, Canadá detenía, a petición de EU, a la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, bajo la acusación de violar las sanciones impuestas a Irán.

China no esperó para airear sus protestas y, el 8 de diciembre, Pekín amenazó a Canadá y EU sobre las consecuencias de mantener detenida a la ejecutiva. Casualidad o no, el día 10 China detuvo a dos ciudadanos canadienses a los que acusa de espionaje.

Al día siguiente, la justicia canadiense fijó una fianza de 10 millones de dólares para la detenida, que es puesta en libertad vigilada.

Lejos de relajarse las tensiones, el 2019 comenzó fuerte para Huawei y Meng, pues el 28 de enero la justicia estadounidense aumentó los cargos a 23 delitos, entre ellos el de robo de secretos comerciales a un rival estadounidense.

El 1 de marzo un juez canadiense dio luz verde al proceso de extradición de Meng, que no comenzó hasta el 8 de mayo, aunque se aplazó la siguiente vista hasta septiembre.

En paralelo al caso, ante un avance de las negociaciones con China, el 25 de febrero Trump aplazó la imposición de los aranceles contra productos chinos por valor de 200,000 millones de dólares que iban a entrar en vigor el 2 de marzo.

Sin embargo, el 10 mayo anunció que finalmente se produciría el incremento del 10 al 25 por ciento los aranceles para las importaciones chinas de más de 5,000 productos.

Con ese aumento, la tregua acabó, y el pasado día 15 Trump declaró una emergencia nacional para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentan espiar a EU, lo que afecta a los negocios de firmas chinas como Huawei.

Este lunes, las principales empresas tecnológicas de EU, entre ellas Google, anunciaron que dejarán de vender componentes y software a Huawei, aunque hoy Huawei ha descartado que las restricciones estadounidenses vayan a afectar a sus productos o al despliegue de la tecnología 5G, en la que la empresa china dice aventajar a sus competidores.

VETO DETERIORA LA RELACIÓN

La decisión de Washington de incluir a Huawei en una lista de compañías a las que se impide el acceso a la tecnología y el mercado estadounidense es significativa porque hará que China y EU sean cada vez «menos compatibles», apuntan a Efe expertos y sinólogos.

«La incompatibilidad de tecnologías, regulaciones y estándares no cesará de crecer en términos mucho más amplios en el futuro, especialmente en el escenario de tensión comercial actual», comenta la analista Alice Ekman sobre el alcance que tendrá la emergencia nacional declarada el pasado miércoles por el Presidente estadounidense, Donald Trump.

Trump ha prohibido a las compañías de su país hacer negocios con empresas que supuestamente intentan espiarle y usar los equipos de telecomunicaciones que fabrican, y Google ha retirado sus licencias a los productos de Huawei, lo que significa de facto la imposibilidad de acceder a todas las aplicaciones diseñadas para Android que no estén en código abierto.

Ekman, responsable de Investigación sobre China del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), enmarca la jugada en el «desacoplamiento» de las dos economías que llevará a una «importante reducción de la interdependencia entre los dos países a varios niveles» como consecuencia de su «inevitable rivalidad».

En ese sentido, el docente en la Universidad China de Hong Kong Wong Kam Fai cree que el veto a Huawei limitará sobre todo su mercado externo, habituado a usar Android y las aplicaciones de Google, pero no detendrá su construcción de redes 5G.

Las últimas medidas de Trump se enmarcarían así en la batalla por dominar esta tecnología clave, aunque el lado chino asevera que el mandatario estadounidense parte de una premisa errónea, esto es, «la calumnia de que China quiere controlar el internet del futuro», según un reciente editorial del oficialista El Diario del Pueblo.

«Estados Unidos ha establecido un campo de batalla para detener el poder económico chino y la expansión de sus compañías», reflexiona Wong en tono tremendista durante una conversación telefónica con Efe, para añadir rotundo que «Trump empezó la guerra comercial para que EU no se vea, a largo plazo, reemplazado por China» como la máxima gran potencia del planeta.

Este académico opina sin reparos que «aquél que controle estas nuevas redes tecnológicas liderará el mundo» y, en este momento, «es Huawei quien está por delante en 5G en cuanto a número de patentes. Es el verdadero motivo detrás de la ofensiva sobre China».

En cuanto a Huawei, su fundador, Ren Zhengfei, declaró hoy que el «choque» con EU era «inevitable» y que estaban «preparados» para un veto que «no afectará» a los planes de la compañía sobre el 5G.

Wong cree que el Gobierno chino ha estado siempre «más que dispuesto a ayudar» a Huawei para desarrollar esta tecnología y las llamadas ciudades inteligentes, por ejemplo «facilitando políticas, o con infraestructuras», y favorecer su rápida expansión así como la de otras empresas locales de software relacionadas con la economía digital, como Alibaba, Tencent y Baidu.

«Sus negocios han crecido muy deprisa», apunta el experto, razón por la cual «los países y las compañías extranjeras no van a renunciar así sin más al mercado chino».

Es por eso que «Europa está ahora observando como nunca cómo se desarrollan los acontecimientos. Nunca han rechazado a China ciegamente. Muchos aceptan a Huawei e incluso a la Iniciativa china de las Nuevas Rutas de la Seda. Habrá negocio para ellos», remata.

Otro analista consultado por Efe, James H. Nolt, experto en China y profesor asociado de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nueva York, incide en que Trump no inició la ofensiva comercial para equilibrar la balanza comercial entre los dos países, sino para proteger la propiedad intelectual estadounidense.

«El sistema mundial de comercio ha cambiado. Los derechos de propiedad intelectual dominan el valor de las industrias clave, más allá de los costes de fabricación», recuerda, y «eso ha llevado a enormes monopolios raramente vistos en la historia mundial» como Google o ahora Huawei, «equivalentes a la Compañías de Indias Orientales británicas y holandesas en el siglo XVII».

«Los aranceles de Trump son para hacer cumplir los derechos de propiedad intelectual y favorecer a las empresas de EU», dice Nolt, para quien la pugna entre gigantes tecnológicos versa también sobre «el acceso mutuo a plataformas que están monopolizadas».

El problema, en su opinión, es que el mandatario estadounidense está demasiado preocupado por su reelección y ha tratado de «ganar crédito» creando un conflicto que califica como «negociación falsa».

«Trump sólo exige a China, pero ni siquiera se ha comprometido a levantar sus aranceles, por lo que el país asiático no tiene ninguna razón para ceder ante la falta de garantías», reitera.

Queda ahora por ver la siguiente jugada que podría estar preparando el presidente chino, Xi Jinping, quien acaba de terminar una «gira de inspección» en el este del país en una planta de procesamiento de tierras raras, necesarias para la fabricación de teléfonos móviles y de las que China provee a EU con el 80 por ciento de sus necesidades.

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