En los últimos meses, el hallazgo de un ejemplar de la vaquita marina muerto en el Golfo de California revivió el debate sobre esta especie y sobre el compromiso que tanto gobiernos como ciudadanos tienen con la flora y la fauna. Organizaciones civiles como Greenpeace fueron enfáticas al señalar que México, en especial, no puede darse el lujo de que este mamífero marino se extinga.
Ciudad de México, 21 de mayo (SinEmbargo).- El pasado 6 de marzo, autoridades mexicanas encontraron muerto en el Golfo de California un ejemplar de la vaquita marina, especie protegida. El hallazgo entristeció a la comunidad ecologista porque está en peligro de extinción, con apenas 60 sobrevivientes, y los pocos esfuerzos para rescatarla, su desaparición es casi inminente.
La vaquita marina se encuentra en la lista de las 475 especies en el país en peligro de extinción. Su situación llamó está semana la atención de grupos civiles a nivel nacional e internacional, que consideran insuficientes o nulos los esfuerzos oficiales para rescatar a la especie.
El caso de la totoaba –una especie de pez endémica del Golfo de California–, que también está en peligro de extinción por sobrepesca afectó a la vaquita marina, ya que al pescar a la totoaba, por su vejiga natatoria, que en partes de China la consideran afrodisiaca, las vaquitas marinas se quedan atrapadas en las redes y mueren.
Según el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (Cirva), actualmente existen menos de 100 ejemplares de esta marsopa –emparentado con la familia de las ballenas–, que sólo habita en una pequeña zona del Golfo de California.
Tras los reclamos de grupos ambientalistas que alertaban de que esta especie corre el riesgo de extinguirse para 2018, el Gobierno mexicano anunció en 2015 la suspensión durante dos años de la pesca comercial a través de redes de enmalle, cimbras o palangres operadas con embarcaciones menores en el norte del Golfo de California.
El objetivo de esta medida es proteger a la vaquita marina, ya que estos ejemplares se ven atrapados por accidente en las redes de pesca y mueren.
“El 40 por ciento de las vaquitas marinas murieron el año pasado”, alertó la World Wild Foundation (WWF), mientras que Greenpeace hizo un llamado similar: “México no se puede dar el lujo de perder a la vaquita marina. Perder a la vaquita no es sólo perder una especie, es un símbolo de lo mal que estamos haciendo las cosas, de cómo nos relacionamos con el medio ambiente y esas cosas tienen que cambiar ya, no tenemos tiempo para esperar”.
En el 2015, su población total era de 97 ejemplares, sin embargo, para este año había perdido el 40 por ciento de su población.
En 1997 la población de vaquitas era de 567 mil. En el año 2000 se registró que el número de ejemplares estaba entre 150 y 300. En el 2014 la población se estimó en 100 individuos.
Para tratar de salvarla se recomendó prohibir el uso de redes de enmalle. A pesar de ello, la población está disminuyendo a un ritmo del 18.5 anual y se necesitan, urgentemente, medidas adicionales para salvar la especie.