“No mames, cabrón: es que desde las dramáticas reuniones con los padres de Ayotzinapa hasta esto, había un mundo. No voy a mentir. Te voy a decir cómo hablaba ese cabrón: ‘Quiobo, jefe gran nación chichimeca. Vengo Guanajuato. Yo decir a ti, o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones”.
Desafortunada filtración de audio escándalo del Consejero Presidente del INE, en el peor momento, a unas cuantas semanas de la elección intermedia, en un ambiente enrarecido por las malas decisiones gubernamentales, inmersos en un referéndum al gobierno de Enrique Peña Nieto, en tiempos violentos en donde los candidatos caen abatidos por el crimen organizado, en un momento en donde estados como Guerrero, Tamaulipas, Veracruz o Michoacán tienen una grave crisis de estabilidad electoral y bien pueden ser focos rojos en la jornada electoral, que deje una mancha en la democracia mexicana y sus procesos electorales, por si fuera poco, ahora el máximo representante del órgano comicial es evidenciado en una doble moral, con un doble discurso y con lenguaje burdo ataca verbalmente y se mofa de los pueblos indígenas de este país.
Cabe advertir que México es uno de los países con mayor diversidad cultural en el mundo. [1]
Se estima que viven en nuestro país alrededor de 16 millones de indígenas que conservan total o parcialmente las culturas, según el censo de población del Instituto Nacional de Geografía y Estadística de México (INEGI), las instituciones y las formas de vida de los pueblos prehispánicos. Aunque en el artículo 2º constitucional se establecen criterios para la definición de la población indígena y sus derechos específicos, en el análisis estadístico gubernamental sigue predominando el criterio del habla de una lengua para contabilizar a este sector de la población. Así en 2010 se contabilizaron a 6 millones 695 mil 228 personas mayores de 5 años hablantes de una o más lenguas indígenas. [2]
Los pueblos indígenas han vivido milenariamente a lo largo del territorio nacional y en sus diferentes ecosistemas, desde las áridas sierras de Oaxaca hasta las lluviosas serranías de Veracruz. Actualmente se concentran en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Estado de México, Guerrero, Puebla y Yucatán. Los estados con menor población indígena son Aguascalientes, Colima y Zacatecas. [3]
En el año 2005, por primera vez en la historia de México el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) levantaron una Encuesta Nacional sobre Discriminación, un ejercicio para medir la percepción que teníamos los mexicanos sobre este tema, desde diversos ámbitos de la vida cotidiana. Entre los resultados destaca que el 15.6% consideraba a la población indígena como el segundo sector más desprotegido; el 19.9% piensa que la discriminación y la pobreza son consecuencia de que en una comunidad o ciudad convivan indígenas y no indígenas; y el dato más revelador es que 20.1%, uno de cada cinco mexicanos, no aceptaría compartir su vivienda con un indígena.
No sólo es el compartir la vivienda, es el discriminar, no sólo al indígena, sino al mendigo, a las personas con discapacidad, en México se vive con la cultura del ”rico y el jodido”, hoy sólo queda evidenciado como el Presidente del Instituto Nacional Electoral piensa y motiva su actuar y palabras hacia estos grupos étnicos, pero no sólo es él, tampoco es para sacrificarlo, todos hemos sido testigos de cómo tratan a los de a pie los políticos, usted como yo, ha sido testigo del trato discriminatorio de un alto funcionario hacia los que menos tienen, en campañas electorales, ellos mismos lo dicen “se tienen que dar su baño de pueblo”, muchos de nosotros hemos sido testigos como políticos saludan al pueblo y al abordar sus camionetas de lujo se cambian de ropa o incluso se desinfectan la cara y las manos. Son verdades sabidas, pero que nadie había evidenciado hasta ahora.
Estas cifras y acciones son el reflejo de un fenómeno que sabemos que existe, en medio del cual, paradójicamente, los miembros de una sociedad se enorgullecen internacionalmente por su origen indígena y sus culturas milenarias, pero donde se continúa excluyendo y discriminando a este sector que representa por lo menos el 10% de la población nacional y una buena parte del listado nominal, aunque en algunos estados como Oaxaca las elecciones se efectúan bajo los usos y costumbres.
La discriminación racial es toda aquella distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
De acuerdo con el CONAPRED, aunque la discriminación racial en México es frecuentemente asociada únicamente con discriminación en contra de personas indígenas, esta categoría involucra también a personas y grupos de personas cuyos rasgos son relacionados con otras razas u orígenes étnicos.
La igualdad de trato entre las personas hoy sólo puede construirse a partir de un Estado democrático, social y de derecho que, a través de la ley, los derechos y las políticas públicas, prevenga, combata y erradique la permanencia de las asimetrías y las injusticias institucionalizadas.
Pero desgraciadamente para nuestros funcionarios públicos una cosa es la esfera pública y otra muy diferente la privada, es decir en privado se pueden mofar de cualquier condición humana y en lo público de victimarios se convierten en víctimas de espionaje, pues fue objeto de una intervención a una comunicación privada, la cosa es que cuando te intervienen una conversación privada con un interlocutor “personal” como lo advierte el presidente del INE, no se entablo una comunicación personal, de un teléfono privado, sino de un teléfono que se paga con el dinero público y el Señor Secretario del INE se refirió al contestar la llamada como “ Señor Presidente” y no como “qué pasa Lorenzo” como diría el buen Cantinflas ahí está el detalle.
Por cierto y a colación de todo esto, cabe señalar que la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, comienza justamente colocando a la libertad y la igualdad en un mismo plano de relevancia: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. En esta fórmula no hay concesión alguna para aquellos que suponen que la libertad es un valor superior, ni para quienes cometen el mismo error a la hora de defender la igualdad. Las personas merecen ser igualmente libres o libremente iguales; la unión de los vocablos no es forzada sino consecuente con una concepción moral de la persona. No sobra aclarar aquí que la democracia resulta ser el régimen político que mejor protege el cumplimiento de este mandato contenido en la referida declaración.
En ello le va buena parte de su legitimidad; en términos del teórico de la justicia, John Rawls (1996), a partir de la capacidad que tengan los Estados para resolver la tensión, aparente o real entre libertad e igualdad, se juega la posibilidad del consenso dentro de una misma comunidad política, cuando ésta tiene pretensiones democráticas.
Lo preocupante es el descaro con el cual se abordó el tema y más preocupante resulta el saber que el teléfono del Presidente del INE está intervenido, pues a saber, cuántas cosas más se han dicho en el ámbito de lo “privado” en esa línea telefónica, imagine usted que en días próximos nos enteremos de alguna conversación privada con el Secretario de Gobernación o con algún representante de partido político, o que se tenga grabada alguna conversación respecto a las multas de los partidos políticos o sobre los procesos de selección de los OPLES o sobre los procesos de contratación de servicios del INE, se imagina como quedaría el ya maltratado y mal creado INE.
Si los ciudadanos que se sientan afectados por las palabras privadas “discriminatorias” pretenden buscar sanción o justicia me parece que están equivocados pues el organismo encargado de ello depende de la Secretaría de Gobernación y como diría Juárez “Justicia para mis amigos y para mis enemigos todo el rigor de la ley”. Por lo tanto no pasará nada pues se tomará como una declaración “privada” por absurdo que parezca, pues insisto se utilizó un celular pagado con recursos públicos entonces en ese momento la cosa se vuelve pública y no privada como lo quiere alegar el ahora perjudicado.
Lo que le faltaba a este proceso electoral que se encuentra sostenido en un hilo, de momento sigamos perdiendo la capacidad de asombro y sigamos “privados”, cegados y atados ante lo público. De momento estimado Lorenzo, caíste en la trampa y te han usado como rehén al interior del Consejo General, los intereses perversos de los partidos políticos bajo la premisa de que “ellos te ponen y ellos te quitan” se está cumpliendo, una lástima que en el INE se aplique el “flojito y cooperando” o como diría el célebre “O copelas o cuello”.
Al cierre sólo espero que la próxima semana estemos festejando la decisión valiente del árbitro electoral y logren sancionar al verde retirando sus pautas en radio y televisión estos últimos 12 días a pesar del berrinche del PRI, con todo y el raspón causal o casual al presidente del INE.
Nos vemos la próxima semana.
@nexoestudios
[1] La diversidad cultural, se refiere a la multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades, enriqueciendo y transmitiendo su patrimonio cultural haciendo uso de cualquier medio o tecnología, Campaña nacional por la
diversidad cultural de México, p.26
[2] Censo de Población y Vivienda 2010, Consulta interactiva de datos: población mayor de 5 años de edad, sexo y habla lengua indígena. www.inegi.org.mx
[3] Con base en los datos de los Censos 2005 y 2010 del INEGI, tomando como indicador la población hablante de lengua indígena.