En medio de una de las crisis migratorias más fuertes por el aumento del flujo de niños no acompañados que quieren llegar hasta Estados Unidos, el Gobierno de México se alista para reforzar sus acciones en la frontera sur.
CIUDAD DE MÉXICO (AP).— Ante el vertiginoso crecimiento del tráfico de niños, México instalará en su frontera sur 17 campamentos para recibir a menores migrantes, muchos de los cuales viajan solos, anunciaron el miércoles las autoridades.
La creación de los campamentos se enmarca en un plan que acordó el Gobierno con las autoridades regionales para reforzar la vigilancia en la frontera sur y atender a los menores migrantes que alcanzaron en marzo los 18 mil 800, indicó el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matinal.
“Hemos tomado la decisión de reforzar las acciones en la frontera sur. Es mejor prevenir en la frontera sur, darle atención a los niños”, afirmó López Obrador al reconocer que para las autoridades mexicanas es “muy preocupante” el incremento que ha mostrado en los últimos meses la cifra de menores migrantes.
En diciembre el registro de menores migrantes era de cuatro mil 993 y tres meses después la cifra subió a 18 mil 800, precisó el mandatario.
López Obrador dijo que los campamentos para los menores migrantes estarán a cargo de funcionarios del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) que trabajarán de manera coordinada con las autoridades locales.
Al respecto, el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, adelantó la víspera que esa dependencia le cederá algunas instalaciones al DIF para establecer los campamentos.
El nuevo plan de atención a los menores migrantes coincide con los recientes pedidos que ha hecho Estados Unidos a México y los países del llamado Triángulo Norte -Guatemala, Honduras y El Salvador- para que ayuden a reducir el número de niños que están ingresando de forma irregular a territorio estadounidense.
Washington anunció este mes que había llegado a acuerdos con México, Guatemala, Honduras y El Salvador para utilizar miles de elementos de las fuerzas de seguridad para contener el tráfico de migrantes. En marzo las autoridades mexicanas anunciaron el despliegue de ocho mil 715 militares en las fronteras norte y sur del país con 30 puestos de revisión para atender el flujo masivo de migrantes.
El creciente número de niños, muchos de ellos sin acompañantes, que están llegando a la frontera sur de Estados Unidos se ha convertido en un problema para el Gobierno de Joe Biden, quien designó a su Vicepresidenta Kamala Harris para atender el masivo ingreso de migrantes.
La administración de Biden continúa devolviendo rápidamente a la mayoría de los migrantes a México, pero ha anunciado que no lo hará con los menores no acompañados que están siendo trasladados a albergues antes de reunirse con sus familiares.
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Las familias centroamericanas, alentadas por los contrabandistas, migran cada vez más con niños pequeños con la esperanza de que esto mejore sus posibilidades de que se les permita permanecer en Estados Unidos mientras sus casos avanzan.
La principal fuente de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador, que se han visto golpeados por la crisis económica agudizada por la pandemia del coronavirus, la corrupción, la violencia y más recientemente por dos devastadores huracanes. Para atender las causas de la migración Estados Unidos está estudiando planes de desarrollo económico en esos países.