De acuerdo con los expertos, si la historia de la vida en la Tierra fuera de un año y la extinción del océano duró 14 minutos, en la superficie de la tierra fue de dos horas y 20 minutos, más de 10 veces más que en el agua.
Redacción Ciencia, 19 abr (EFE).- Hace 252 millones de años, enormes erupciones volcánicas provocaron un cambio climático que acabó con la mayoría de las especies de la Tierra y dio paso a la Era de los Dinosaurios; fue la mayor extinción masiva del planeta. Hoy un estudio demuestra que ese catastrófico evento fue mucho más rápido en los océanos que en la tierra.
«Este es el primer trabajo que se centra realmente en los vertebrados y el primero en demostrar que lo que ocurrió en el entorno terrestre fue algo exclusivo», dice Ken Angielczyk, paleontólogo del Museo Field y autor principal del artículo publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Hasta ahora, los estudios se habían centrado más en la extinción marina porque, gracias a la protección de los sedimentos, el registro fósil bajo el agua es mucho más completo y abundante.
Gracias a ello, se sabe que la extinción masiva ocurrió al final del periodo Pérmico, y que en 100 mil años acabó con más del 85 por ciento de la vida marina.
I’m very excited to present results of our research recently published in PNAS that show land extinctions during the end-Permian extinction in South Africa’s Karoo Basin took much longer than in the oceans https://t.co/o1rd5V0va5
— Pia Viglietti (@Piazoic) April 19, 2021
Pero aunque parezca mucho tiempo, en la escala geológica es muy poco: 100 mil años en 3 mil 800 millones de años desde el origen de la vida, equivale a 14 minutos en un año.
Para saber qué pasó con la vida en la tierra, los autores examinaron los fósiles de 588 cuadrúpedos que vivían en lo que ahora es la cuenca del Karoo, en Sudáfrica, en el momento de la extinción masiva.
Los investigadores crearon una base de datos y separaron los fósiles por edades, agrupando los especímenes por intervalos de tiempo de 300 mil años, lo que les permitió cuantificar la aparición y desaparición de las distintas especies y observar el panorama general de la vida a lo largo del tiempo.
Una de las especies que ayudó a revelar los patrones de extinción y recuperación fue el Lystrosaurus, un mamífero herbívoro con pico y colmillos, del tamaño de un perro o una vaca -según la especie- y uno de los llamados «taxón del desastre», es decir, un grupo que prosperó cuando la mayoría de la vida estaba en dificultades.
«Vimos que el Lystrosaurus era abundante antes y después de la extinción», probablemente porque se adaptó a los cambios ambientales que estaban causando la extinción de especies, opina Pia Viglietti, investigadora en el Museo Field de Chicago y coautora del estudio.
El examen de fósiles demostró que la extinción del Pérmico fue mucho más larga en la tierra que en los océanos.
Siguiendo la comparación anterior, si la historia de la vida en la Tierra fuera de un año y la extinción del océano duró 14 minutos, en la superficie de la tierra fue de dos horas y 20 minutos, más de 10 veces más que en el agua.
Los autores opinan que las claves de esta diferencia podrían estar en los océanos, que son capaces de absorber los cambios químicos y estabilizarse temporalmente.
Así, igual que ocurre con la crisis climática actual, los océanos pudieron absorber una gran cantidad de dióxido de carbono o aumentar la temperatura antes de que el ecosistema colapsara.
Por eso, advierten los autores, entender lo que ocurrió en la extinción masiva del final del Pérmico nos da pistas sobre el surgimiento de los dinosaurios pero también sobre el cambio climático actual.