Encrucijada de culturas y verdadero monumento al consumismo capitalista, esta urbe fascinante mezcla hinduismo, cultura musulmana y capitalismo para crear un rompecabezas tan excesivo como atrayente.
Por Viajar Ahora
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo/ElDiario.es).– No escupir; no comer chicle; no fumar; no tirar basura; no malgastar agua; no salir del baño sin tirar de la cadena… El resultado de tantas prohibiciones es una ciudad impoluta, segura y fácil de conocer y transitar. Hoy la ciudad de los leones luce resplandeciente olvidando un pasado marcado por la pobreza y la inseguridad. Una de las mayores rentas per cápita del mundo y una economía sólida que se sustenta sobre su vocación comercial, la alta tecnología y un robusto sistema financiero que hacen de estas 63 islas uno de los más estables y fuertes de los llamados Tigres asiáticos (junto a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán). Y también un destino turístico de primer orden que se ha convertido en escala habitual para los viajeros que se internan en los misterios del sudeste asiático. Puro exceso, eso sí.
Singapur resume en sus poco más de 707 kilómetros cuadrados (dónde se apiñan más de 5.4 millones de personas) toda la historia de esta parte del mundo. Enclave marítimo y comercial de primer orden sirvió de escala en las rutas entre el mundo musulmán e hindú y el Extremo Oriente. Después llegaron los portugueses, los holandeses y, en el XIX, los ingleses, que crearon aquí uno de sus puertos libres. Comercio, barcos de cien naciones, libre mercado, libertad financiera… Al socaire del comercio llegaron indios, musulmanes, europeos y gentes de toda la costa asiática formando un puzle dónde los barrios étnicos se mezclan con modernas urbanizaciones de rascacielos, parques futuristas y hoteles de ultra lujo. Un exceso que nos recuerda a Hong Kong aunque más ordenado.
EL CORAZÓN DEL TIGRE
El pulso más moderno de la ciudad se encuentra en torno a la desembocadura del Río Singapur lugar dónde se encuentra el Downtown core. Aquí cada edificio pugna por ser más espectacular que su vecino y también se encuentran los principales museos y centros culturales de la ciudad. Como la National Gallery, que atesora la mayor pinacoteca del sudeste asiático o el interesantísimo Museo de las Civilizaciones Asiáticas, una delicia para los amantes de la antropología, el arte y la arqueología y uno de los mejores museos del mundo que se encuentra justo en frente del pintoresco barrio de Boat Quay. En la zona hay otros hitos importantes como la Catedral de Sant Andrews, joya neogótica que muestra la huella británica de la ciudad, o manzanas y manzanas de modernísimos centros comerciales, enormes rascacielos o teatros futuristas. Uno de los imprescindibles es subir hasta el mirador del Swissotel y, desde ahí, admirar el imponente skyline de la ciudad. También hay buenas vistas desde la Singapore Flyer, una de las norias más grandes del mundo.
El modernísimo Helix Bridge da acceso al espectacular Marina Bay, centro de expansión urbana dónde, por ejemplo, se encuentra el lujoso Hotel Marina Bay Sands , cuya terraza se ha hecho famosa en todo el mundo por su piscina panorámica y su espectacular arquitectura (en forma de mesa sobre tres cuerpos de edificio independientes. Para bolsillos más modestos quedan otros lugares como el futurista ArtScience Museum o los espectaculares Gardens by the Bay, un parque en el que se combinan de manera magistral la botánica con la arquitectura de vanguardia. Fue de lo que más nos gustó.
ESPACIO PARA LA TRADICIÓN
Quizás el mejor ejemplo de lo que brinda esta ciudad es el Hong Kong Soya Sauce, del chef Chan Hon, Meng, un discreto local de comida tradicional situado en la calle Smith que se ha ganado a pulso ser el primer puesto de comida callejera que se adjudica una Estrella Michelín: y dónde puedes comer por un par de dólares. Tradición aupada a lo más alto de la modernidad. Chinatown es uno de los barrios étnicos más importantes de la ciudad. Kreta Ayer Road es el corazón de un barrio repleto de tiendas y restaurantes. El centro espiritual de la comunidad es el Templo del diente de Buda una preciosa construcción tradicional china en pleno centro de la ciudad. Más pequeño, pero más bonito es el Templo de Thian Hock Keng. Un lugar ideal para dejarse llevar por la belleza tras un par de horas de intenso regateo en las tiendas del barrio.
Las calles Mosque, Pagode, Temple y Smith concentran todo el sabor de las ciudades chinas: casas multicolores, farolillos, puestos de comida callejeros (como el celebérrimo Hong Kong Soya Sauce) y tiendas para todos los gustos. Aún así hay hueco para otras comunidades. En plena Chinatown se encuentra Sri Mariammar Temple, el santuario hindú más bonito de la ciudad cuajado de dioses multicolores y que nos adelanta lo que veremos en Little India.
La huella inglesa se aglutina en torno al Fort Canning Park, una pequeña colina en la que se encuentran los restos de las antiguas fortificaciones de la ciudad. Y sirve de zona de paso hacia Little India, otro de los barrios étnicos de la ciudad. La mejor manera de explorar esta parte de Singapur es a usar la calle Serangoon Road como eje del paseo e ir de acá para allá descubriendo rincones. Casas de colores, templos, restaurantes, tiendas y más tiendas: porque en esta parte del mundo, los centros comerciales son el eje de la religión local: comprar, comprar y comprar. Aún así hay lugares donde residen los antiguos dioses. Como el Templo de Sri Veeramakaliamman el más importante de la ciudad para la comunidad hindú.
La tercera de las grandes comunidades de la ciudad tiene su centro sentimental e histórico en Kampon Glam, el barrio musulmán. Arab Street es la arteria principal de un vecindario chiquito que desde mediados del XIX fue atrayendo a los malayos de religión musulmana. De aquellos primeros años es el modesto Palacio del Sultán que hoy acoge un interesante museo sobre la herencia malaya de la ciudad y en el contexto regional. A apenas unos metros se encuentra la Mezquita del Sultán, un edificio «orientalista» que combina las tradiciones islámicas con el art decó de la década de los 20 del XX. Kamplon Glam es, también, otro gran centro comercial a cielo abierto en el que teterías y restaurantes se alternan con tiendas de ropas, telas, alfombras… También es un buen lugar desde dónde acceder a Bugis Street, una de las galerías comerciales tradicionales más grandes de la ciudad. Un lugar dónde podemos abandonarnos a la religión de las compras, verdadero faro espiritual de la ciudad.
OTRAS VISITAS INTERESANTES
Isla de Sentosa.- Para amantes de los parques temáticos y de la playa. Aquí se encuentra el Universal Studios Park , que sin ser tan grande como su ‘hermano’ de Los Ángeles. Tiene su aquel para los que gustan de montañas rusas y cosas así. Nosotros preferimos darnos un baño en la playa y aquí están las mejores playas de la ciudad.
Jardín Botánico de Singapur .- El Signapore Botanic Gardens es uno de los mejores jardines del mundo. Impresionante el espacio dedicado a los bosques lluviosos y su colección de orquídeas.
Orchad Road.- Otro templo a las compras, esta vez centrado en las grandes marcas. Los antiguos jardines de orquídeas han dado paso a una sucesión de centros comerciales dónde se encuentran las tiendas de lujo.
Merlion Park.- Pequeña plaza situada en la desembocadura del Río Singapur (Dirección: Fullerton Road, 1) dónde se encuentra la estatua del Merlion, animal de la mitología local mitad pez, mitad león. Una buena atalaya para hacer fotos.
Monte Faber .- Una de las mejores atalayas para ver la ciudad desde las alturas. Eso sí, este parque se ha convertido en la tradicional sucesión de tiendas, restaurantes y atracciones de toda ralea (como el teleférico). Aún así, merece la pena.