Miles de migrantes esperan su situación migratoria en estaciones o albergues en el sur y norte de México. Defensores exigen al Gobierno de México medidas contra las condiciones de hacinamiento y falta de higiene que los hace más vulnerables ante el coronavirus.
Ciudad de México, 21 marzo (SinEmbargo).– La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y defensores en las fronteras del sur y norte exigen al Gobierno de México medidas sanitarias para los miles de migrantes que se encuentran hacinados con condiciones insalubres en los centros o albergues donde esperan su situación migratoria, lo cual los expone más a contraer el COVID-19.
Este viernes el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón informó que México recibirá a los migrantes, solo si son centroamericanos y mexicanos, que Estados Unidos decida regresar de inmediato a sus fronteras al rechazar su solicitud de asilo debido a la pandemia. A la frontera, documentó, llegan a diario unos mil 250, de los cuales alrededor de mil 100 son mexicanos y el resto centroamericanos o de otros países del Caribe o África.
«Es una crisis mundial, pero los migrantes son vulnerables. Nosotros tenemos opciones de cuidado y prevención, ellos no tienen ese privilegio y pueden contraer el virus. Dentro de las cárceles migratorias es casi imposible que puedan mantener ese distanciamiento social que está recomendando el Gobierno mexicano», dijo Rubén Figueroa, coordinador sur-sureste de Movimiento Migrante Mesoamericano.
De acuerdo con su monitoreo de esta semana en el sur, las autoridades migratorias mexicanas no están llevando a cabo protocolos ni medidas preventivas. En Guatemala, en contraste, la administración del Presidente Alejandro Eduardo Giammattei instaló un puesto de control sanitario en Tecún Umán, ciudad al occidente de la frontera, donde personal médico con mascarillas realizaba revisiones a migrantes con destino a México y a los que ingresaban por el río Suchiate. El miércoles finalmente prohibió la entrada de extranjeros a su territorio. Cientos de elementos militares y personal del Ministerio de Salud Pública se desplegaron en los cruces fronterizos del río Suchiate, en Ciudad Cuauhtémoc, en Carmen Xhan, Nuevo Orizaba, Frontera Corozal y El Ceibo, en Tabasco.
En México, «no se les está tomando la temperatura al momento de la detención e ingreso a centros, ni mucho menos se les aplican pruebas. No se les da guantes ni mascarillas. Los propios agentes de migración no portan guantes ni mascarillas, incluso en los retenes de las carreteras», contó el defensor respecto a la zona sur mexicana y pidió no «criminalizar» a los migrantes respecto a señalarlos como supuestos portadores.
En el Centro de Derechos Humanos «Fray Matías» en Tapachula, Chiapas, tampoco han visto medidas de prevención en estaciones pequeñas en la costa. «Las personas en los centros están privadas de su libertad sin haber sido acusadas de nada, por lo que lo más sensato sería permitirles que se pongan a salvo y liberarlas», dijo uno de sus integrantes, Salva de la Cruz.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), tiene una capacidad para alojar 6 mil 728 personas en estaciones y estancias migratorias y, al 17 de marzo, la ocupación era de 3 mil 59, lo que representa un 45.46 por ciento por lo que, aseguró, ninguno de los recintos migratorios del instituto registra hacinamiento. Además afirmó «monitorear y supervisar las condiciones de salud» de la comunidad migrante, con atención especial a grupos vulnerables como adultos mayores, niñas y niños acompañados, difunde permanentemente las campañas de información, y desde enero, informó, cuenta con jabón y gel antibacterial para mitigar al máximo los riesgos.
Figueroa explicó que el flujo migratorio hacia nuestro país ha bajado a raíz de las medidas de cierre de fronteras de los países centroamericanos, pero, estiman en el Movimiento Migrante Mesoamericano, después de la pandemia los centroamericanos huirán más de sus naciones golpeadas económicamente por el virus. El crecimiento estimado en Guatemala de entre 4.1 y 3.6 por ciento del PIB para 2020 se verá afectado como mínimo en un punto porcentual debido a la crisis económica por la pandemia, calcula su Gobierno.
Durante 2019, en el marco de la presión de la administración del Presidente Donald Trump a la política migratoria mexicana, 186 mil 750 personas extranjeras fueron presentadas ante autoridades migratorias, un 42 por ciento más que en 2018, principalmente en Chiapas, Veracruz, Tabasco y Tamaulipas, de acuerdo con las estadísticas migratorias de la Secretaría de Gobernación. El 42.7 por ciento venía de Honduras, el 28 por ciento de Guatemala y el 11.9 por ciento de El Salvador, donde hay cuarentena nacional.
El comunicado del INM se derivó de la solicitud que la Comisión Nacional de Derechos Humanos le hizo el martes respecto a implementar medidas cautelares para salvaguardar la integridad física, psicológica, estado de salud y la vida de personas migrantes alojadas en estaciones migratorias, estancias provisionales y albergues, y también proteger al personal, representantes jurídicos y activistas.
Exigió evitar condiciones de hacinamiento en esas instalaciones para prevenir contagios masivos, mantener informada a la población en contexto de migración albergada y proporcionar los productos e insumos necesarios y suficientes de salud e higiene para prevenir el contagio, principalmente de personas adultas mayores y menores.
«Los lugares de alojamiento de las personas migrantes deben contar con la infraestructura suficiente y adecuada que permita un alojamiento digno, servicio médico, servicios sanitarios salubres y demás servicios tendentes a garantizar los derechos humanos, entre estos, el derecho a la salud, a la integridad y seguridad personal y a la vida», manifestó el órgano en un comunicado.
En 2019 fueron «devueltos» 141 mil 223 migrantes a Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, respectivamente, un 41 por ciento más que hace dos años, muestran las estadísticas de la Segob.
«UNA PESADILLA LA FRONTERA NORTE»
«Mi propósito es cruzar para el otro lado. Por una parte sí me da mucho miedo [el coronavirus] por mis hijos, pero por ellos es que vengo acá, para darles una mejor vida», dijo a la agencia Efe la ecuatoriana Daysi, quien espera su situación migratoria en el albergue «El Buen Samaritano» de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde les han recomendado lavarse las manos y tener más aseado el lugar. «Es un riesgo que a veces tenemos que correr», agregó su esposo Patricio.
El miércoles por la mañana el Presidente Donald Trump anunció en conferencia de prensa que se basará en la sección 265 del punto 42 del código legal estadounidense para negar el ingreso de solicitantes de asilo por el COVID-19, lo que le permitirá expulsar del país a los migrantes indocumentados sin ningún periodo de detención, ni el debido proceso. La medida fue criticada por Amnistía Internacional y Human Rights Watch. De momento, no cerrará la frontera con México salvo para viajes de turismo, acordaron con la Secretaría de Relaciones Exteriores.
La nicaragüense Aura Lila López lleva ocho meses en Tijuana, Baja California, junto con su hija de 17 años esperando poder cruzar porque, dijo a la agencia, es una perseguida política. En 2019 curzó por el río Bravo, pero fue regresada a la ciudad fronteriza para solicitar el asilo.
«Tenemos mucho miedo, pero pues vinimos con ese objetivo y esperamos que pase», aseguró sobre la pandemia. Decenas de migrantes integrantes del albergue tijuanense «Agape Misión Mundial» fueron atendidos en el Hospital General de Tijuana para que se les hicieran análisis médicos ya que presentaban síntomas de gripe y tos.
Desde Denver, el abogado y defensor de migrantes Jason Flores-Williams aseguró que «la administración de Donald Trump usará el coronavirus como una excusa para discriminar a los migrantes, para implementar su política racista contra los mexicanos y centroamericanos, y violar sus derechos humanos y dignidad. En tiempos de pandemia necesitamos tomar decisiones basadas en la ciencia, pero Trump es un hombre irracional, mentiroso y egoísta que no le importa la dignidad de los seres humanos». Su bufete presentó un amparo colectivo en una corte federal pidiendo al Gobierno de Estados Unidos que envíe un hospital de campaña (móvil) para los migrantes en la frontera para que les realicen pruebas, aislen a los que den positivo al coronavirus les den tratamiento para mantener condiciones sanitarias.
«Estas personas serán regresadas a sus países de origen y propagarán el coronavirus en México y América Latina. Explotará una crisis humanitaria», previó el director del bufet de abogados Jason Flores-Williams.
Desde el Centro de Derechos Humanos «Fray Matías» en Tapachula, Chiapas, Salva de la Cruz coincidió en que justo las personas en una situación más vulnerable como los migrantes son las que finalmente terminan sufriendo las primeras consecuencias de medidas restrictivas.
«Que una situación de salud pública se emplee todavía más contra los derechos de las personas necesitadas de protección suena lamentable, pero no me sorprende de Trump», dijo.
Durante 2019, 211 mil 126 mexicanos fueron repatriados desde Estados Unidos, un 3.7 por ciento más que en 2018, documenta la Segob, en su mayoría oriundos de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán.
En al menos ocho ciudades de la frontera, algunas con altos índices de violencia como Ciudad Juárez y Matamoros, en estos meses han esperado su turno ante una corte estadounidense más de 60 mil personas, a menudo en una situación muy precaria. El defensor Flores-Williams calificó como «pesadilla para los migrantes» la frontera entre México y Estados Unidos, donde viven en campamentos insalubles.
«Totalmente insaluble, sin atención médica, sin saneamiento público; es una tormenta perfecta para la explotación de un virus. Ahora ya con la pandemia es igual e incluso peor porque Trump dio la orden de prohibir las solicitudes de asilos. Entonces, la gente comienza a oír sobre esto y están regresando a sus países a través de México, y es una tormenta perfecta para transmitir el coronavirus en América Latina», reiteró Flores-Williams.
Y envió un mensaje: «Si usted o alguien que conoce está en un campamento de migrantes, y se siente impotente contra el coronavirus, puede llamar a mi bufete de abogados (https://usattorney.com.mx donde están los teléfonos y correos) para discutir formas de responsabilizar a la administración Trump por no mejorar las condiciones a lo largo de la frontera. Ellos y nosotros somos lo mismo».