Los tres aspectos que más le preocupan a António Guterres son la falta de vacunas en gran parte del mundo, especialmente en África; el reducir emisiones para tratar de limitar el futuro calentamiento global a 1.5 grados Celsius, y la situación financiera “extremadamente injusta» con un sistema que beneficia a países ricos.
Por Edith M. Lederer
Naciones Unidas, 21 de enero (AP).— En el inicio de su segundo mandato como secretario general de Naciones Unidas, António Guterres afirmó el jueves que el mundo está peor en muchos aspectos de lo que estaba hace cinco años por la pandemia del coronavirus, la crisis climática y las tensiones geopolíticas que han provocado conflictos en todas partes, aunque, a diferencia del Presidente de Estados Unidos, no cree que Rusia vaya invadir Ucrania.
En una entrevista con The Associated Press, Guterres dijo que el llamado a la paz que lanzó en su primer día en el cargo, el 1 de enero de 2017, y las prioridades de su primer mandato —tratar de prevenir conflictos y atajar las desigualdades globales, la crisis de la COVID-19 y un planeta con una temperatura cada vez más alta— no han cambiado.
“El secretario general de la ONU no tiene poder», apuntó Guterres. “Podemos tener influencia. Puedo convencer. Puedo mediar, pero no tengo poder».
Antes de convertirse en jefe de la ONU, Guterres dijo que imaginaba el cargo como el de “un convocante, un mediador, un constructor de puentes y un intermediario honesto para ayudar a encontrar soluciones que beneficien a todos los implicados».
Y estas son las cosas que “tengo que hacer todos los días”, contó el jueves.
Como ejemplo, explicó que esta semana habló con el enviado de la Unión Africana, Olusegun Obasanjo; dos veces con el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y una con el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, en su intento por lograr el cese de las hostilidades entre el gobierno etíope y las fuerzas de la asediada región de Tigray.
“Espero que estemos en una situación en la que pronto pueda producirse el cese de las hostilidades, y es ahí donde estoy concentrando la mayoría de mis esfuerzos», agregó.
Además, Guterres contó que ha estado en conversaciones telefónicas para tratar de que el liderazgo militar de Mali, que recientemente retrasó las elecciones previstas para el próximo mes a 2026, reduzcan ese plazo. Dijo que habló con el líder militar de Mali, el Presidente Assimi Goita; con tres presidentes de ECOWAS, un grupo regional que engloba a 15 naciones de África Occidental; con el Primer Ministro de Argelia y con el líder de la Unión Africana sobre “cómo asegurar que en Mali hay un calendario aceptable para una transición a un Gobierno civil”.
Guterres afirmó que el Consejo de Seguridad de la ONU, que sí tiene poder para mantener la paz y la seguridad internacionales, imponiendo incluso sanciones y ordenando acciones militares, está dividido, especialmente sus cinco miembros con derecho a veto. Rusia y China suelen estar en desacuerdo con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en asuntos clave, como la nueva ronda de sanciones contra Corea del Norte el jueves.
Sobre el tema más candente del momento —si Rusia, que ha acumulado 100 mil soldados en la frontera con Ucrania, invadirá la exrepública soviética— dijo: “No creo que Rusia invada Ucrania y espero que mi creencia sea correcta”.
¿Qué le hace pensar que Moscú no invadirá cuando Joe Biden y otros creen que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, enviará tropas a Ucrania?
“Porque no creo en una solución militar para los problemas existentes, y creo que la forma más racional de resolver esos problemas es a través de la diplomacia y el compromiso con un diálogo serio», manifestó Guterres, que hizo hincapié en que una invasión tendría “terribles consecuencias”.
El secretario general dijo que “hemos estado en contacto, por supuesto” con altos funcionarios de Rusia, aunque la ONU no está directamente involucrada en la crisis de Ucrania.
Está previsto que Guterres pronuncie un discurso ante las 193 naciones de la ONU en la Asamblea General del viernes en el que detallará sus prioridades para 2022.
Las tres más inmediatas, que le “preocupan enormemente”, son: la falta de vacunas en gran parte del mundo, especialmente en África; la necesidad de reducir las emisiones en un 45 por ciento en esta década para tratar de alcanzar el objetivo internacional de limitar el futuro calentamiento global a 1.5 grados Celsius (2.7 Fahrenheit), y la situación financiera “extremadamente injusta» en un sistema que favorece a los países ricos.
Manufacturers worldwide are now producing 1.5 billion #COVID19 vaccine doses per month.
But the distribution is scandalously unequal.
We need to convert vaccines into vaccinations everywhere. pic.twitter.com/BJFBiaCuhv
— António Guterres (@antonioguterres) January 21, 2022
Muchos países en desarrollo tienen muy pocos recursos, deudas elevadas que siguen subiendo y pagan intereses muchos más altos que en Europa o Norteamérica, no tienen vacunas y “sufren los impactos del cambio climático” de una forma desproporcionada, agregó Guterres.
“Necesitamos una reforma profunda en nuestro sistema financiero internacional para asegurar que hay más justicia en la forma en la que están disponibles los recursos para permitir que la recuperación (de la COVID-19) sea posible en todas partes», afirmó.
En otro tema clave, Guterres subrayó que el pueblo afgano no puede ser castigado de forma colectiva por “las cosas malas que hace el Talibán”, por lo que es absolutamente esencial incrementar de forma masiva la ayuda humanitaria ”porque los afganos están en una situación desesperada con riesgo de muertes por hambre» y enfermedades en un invierno gélido y en plena pandemia del coronavirus.
“Más de la mitad de la población necesita desesperadamente ayuda humanitaria», añadió apuntando que debe inyectarse dinero en su economía para garantizar que los bancos operan y los doctores, maestros, ingenieros y otros trabajadores reciben su salario para evitar el colapso económico de la nación.
El reconocimiento del gobierno talibán depende de cada estado miembro, dijo Guterres, pero la ONU ha estado presionando al grupo, que tomó el poder en agosto coincidiendo con la retirada del país de las tropas de Estados Unidos y la OTAN luego de 20 años, para que garantice los derechos humanos, especialmente el de las mujeres al trabajo y el de las niñas a la educación, y para que forme un ejecutivo más inclusivo que refleje la diversidad de la población afgana.
El secretario general dijo que acudirá a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing en febrero “que no son un acto político (…) para estar presente cuando todo el mundo se una por algo bueno, por un mensaje de paz”.