Brasil, uno de los países más castigados por la COVID-19 en el mundo, vive una segunda ola de la pandemia y enfrenta números récords de casos.
Río de Janeiro, 21 enero (EFE).- Río de Janeiro se quedará en 2021 sin su famoso Carnaval por primera vez en la historia debido a que la pandemia por la COVID-19 atrasó la organización del evento y la municipalidad admitió este jueves que no tiene tiempo suficiente para ponerlo en marcha en julio, como estaba previsto.
Las escuelas de samba, principales protagonistas de la fiesta, habían decidido aplazar el Carnaval de este año desde febrero hasta julio, aunque lo habían condicionado a la existencia de una vacuna y al avance en la campaña de inmunización, pero la Alcaldía de esta ciudad brasileña anunció hoy su cancelación definitiva.
Se trata de la primera vez que el evento es cancelado desde que Río organizó su primer baile oficial de Carnaval en 1840. En dos ocasiones la fiesta fue aplazada (1892 y 1912) pero nunca las autoridades consiguieron cancelarla, ni cuando el país enfrentó la pandemia de la gripe española (1919) ni cuando el Gobierno lo propuso durante las dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945).
Pese a que Brasil, uno de los países más castigados por la COVID-19 en el mundo, vive una segunda ola de la pandemia y enfrenta números récords de casos, la Alcaldía de Río aclaró que canceló el evento festivo más importante de Brasil y uno de los más famosos en el mundo por razones logísticas y no sanitarias.
Ello debido a que Brasil ya inició su campaña de vacunación contra la COVID-19 y, con acuerdos que le permiten producir en el país hasta 30 millones de dosis por mes de las vacunas de la farmacéutica china Sinovac y del laboratorio AstraZeneca, considera que en julio ya habrá avanzado en su campaña de inmunización.
CANCELACIÓN FUE ANUNCIADA POR UN ALCALDE AMANTE DEL CARNAVAL
«Nunca escondí mi pasión por el Carnaval y la clara percepción que tengo de la importancia de esta manifestación cultural para nuestra ciudad, pero me parece sin sentido que imaginamos que, a esta altura, tengamos condiciones de realizar el Carnaval en julio», afirmó el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, en un mensaje en su cuenta en Twitter.
Paes, un exalcalde que asumió por tercera vez el gobierno municipal el 1 de enero pasado y que nunca ha escondido su amor por el Carnaval y por la escuela de samba Portela, alegó que, pese a las enormes pérdidas que la cancelación supone para la ciudad, un evento de tal magnitud difícilmente se organiza en seis meses.
«Esta celebración exige una gran preparación por parte de los órganos públicos y de los gremios e instituciones vinculados al samba. Algo imposible de hacer en este momento. De esa forma me gustaría informar que no tendremos carnaval en la mitad del año en 2021», agregó Paes.
El Alcalde afirmó que, en 2022, cuando «seguramente estarán debidamente vacunados» contra la covid tanto los protagonistas del Carnaval como los turistas que lleguen a la ciudad para vivir la fiesta, «celebraremos la vida y nuestra cultura con toda la intensidad que merecemos».
El Carnaval de Río sólo había sido aplazado en dos oportunidades en toda su historia: en 1892, cuando las autoridades alegaron que era más saludable realizarlo en junio (en el invierno austral), y en 1912, cuando la muerte del popular barón de Río Branco provocó conmoción nacional y una semana de duelo nacional.
Pero en ambas ocasiones los cariocas bailaron tras las comparsas tanto en febrero como en junio y burlaron la prohibición.
Los cronistas recuerdan como uno de los carnavales más animados de Río el de 1919, cuando los cariocas, tras meses resguardados, inundaron las calles para intentar olvidar las 15.000 muertes que la gripe española dejó en la ciudad en los últimos meses de 1918.
RÍO CANCELÓ SUS DOS PRINCIPALES EVENTOS TURÍSTICOS
La cancelación de su principal evento turístico supone un duro golpe para una ciudad que el 31 de diciembre también se quedó sin su tradicional fiesta de fin de año, que todo último día del año atrae a hasta 3 millones de personas a la playa de Copacabana.
El Carnaval de febrero del año pasado atrajo a 2.1 millones de visitantes, de ellos 483 mil extranjeros, que dejaron ingresos por 900 millones de dólares y confirmaron a la ciudad como principal destino turístico de Brasil.
El Alcalde anunció que ya le pidió a los organismos municipales responsables que pongan en marcha proyectos alternativos para garantizarle el sustento y un mínimo de renta en 2021 a las personas que viven de las fiestas carnestolendas.
Ello debido a que miles de cariocas viven de la organización del Carnaval, principalmente en los galpones en que las escuelas de samba confeccionan sus disfraces y lujosas carrozas alegóricas.
Tanto la Alcaldía como las escuelas de samba y los blocos (comparsas) habían manifestado su temor de que las aglomeraciones típicas del Carnaval agravasen la situación causada por la pandemia en Brasil, segundo país con más muertes por la COVID-19 en el mundo después de Estados Unidos, con 213 mil fallecidos, y el tercero con más contagios después de EU e India, con 8.7 millones de casos.
Los desfiles de las escuelas de samba del llamado Grupo Especial del Carnaval de Río, considerados como el mayor espectáculo del mundo al aire libre, concentran en dos noches en el Sambódromo a 145 mil espectadores, sin contar con los cerca de 5.000 integrantes de cada una de las 14 agrupaciones y los miles de organizadores.
Las aglomeraciones promovidas por los blocos son aún mayores. Según la Alcaldía, los desfiles realizados por las 453 comparsas en el Carnaval de 2020 atrajeron a 7 millones de personas.