Un estudio de la organización Oxfam reveló que la desigualdad económica afecta especialmente a las mujeres y las niñas. En el caso de México, señaló que las políticas de austeridad aplicadas desde 1990 han obligado a las mujeres pobres a aceptar empleos precarios. También destacó que la corrupción ha repercutido en esa desigualdad.
Ciudad de México, 21 de enero (SinEmbargo).– Las políticas de austeridad aplicadas en México desde la década de 1990 han provocado que las mujeres de las familias más pobres se vean obligadas a aceptar empleos precarios y mal remunerados para poder sobrevivir, destacó la organización Oxfam en su informe “Bienestar público o beneficio privado”, publicado este lunes.
También destacó que las niñas mexicanas nacidas entre el 20 por ciento más pobre de la población tienen el doble de probabilidades de seguir siendo pobres que los niños en su misma situación.
De acuerdo con la organización, las decisiones económicas de los gobiernos pueden tener consecuencias muy distintas para las mujeres y los hombres y en momentos de crisis, son las mujeres quienes absorben sus efectos económicos, ya que se ocupan de suplir las deficiencias derivadas de los recortes en los servicios públicos, pagando un elevado coste personal.
El documento destacó los casos de México y Argentina, países que aplicaron una política de austeridad desde la década de 1990 y como consecuencia las mujeres de las familias más pobres, con un bajo nivel educativo y una elevada carga de trabajo de cuidados no remunerado, se vieron obligadas a aceptar empleos precarios.
Oxfam señaló que no todas las dicciones del Gobierno tiene consecuencias negativas, algunas pueden ser positivas: las mujeres en situación de pobreza son las principales beneficiarias de políticas como el incremento del salario mínimo, el acceso gratuito a la atención sanitaria y la inversión en sistemas de abastecimiento de agua. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las políticas públicas ahondan la brecha entre mujeres y hombres.
La organización advirtió a todos los gobiernos, incluido el de México, que será imposible acabar con la brecha entre ricos y pobres si no se garantiza la igualdad entre mujeres y hombres.
El documento, presentado un día antes del inicio del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), muestra cómo esa brecha pone en peligro la lucha contra la pobreza, perjudica las economías y alimenta la indignación en todo el mundo.
En América Latina, dijo, la movilidad social intergeneracional es muy reducida porque la calidad de la educación varía enormemente en función de la clase social. En el caso de México, la organización destacó que las niñas nacidas entre el 20 por ciento más pobre de la población tienen el doble de probabilidades de seguir siendo pobres que los niños en su misma situación.
“Tienen tan solo una cuarta parte de las probabilidades que un niño igual de pobre de llegar a formar parte del 20 por ciento más rico de la población”, señaló el documento.
CORRUPCIÓN Y POBREZA
Sobre la corrupción, Oxfam aseguró que en sí misma repercute en la desigualdad de distintas maneras. Al nivel más básico, las personas más pobres tienen más probabilidades de verse obligadas a pagar sobornos y ejemplificó la problemática con México.
“Un estudio realizado en México reveló que la policía tiende a exigir sobornos sobre todo a las personas pobres, ya que los ricos tienen mayor voluntad y capacidad de tomar represalias”, citó Oxfam.
Agregó que estos sobornos constituyen un porcentaje mucho mayor de los ingresos de las familias más pobres, lo cual significa que contribuyen a aumentar la desigualdad de ingresos.
“Normalmente, las mujeres suelen tener menos poder y menos voz para exigir que se rindan cuentas, lo cual las convierte en un blanco más fácil para la corrupción”, puntualizó Oxfam.
La organización recomendó a los gobiernos tres medidas para luchar contra la desigualdad:
– Universalizar la provisión gratuita de servicios públicos como la salud y la educación que funcionen también para las mujeres y las niñas.
– Liberar tiempo a las mujeres reduciendo los millones de horas no remuneradas que dedican cada día al cuidado de sus familias y sus hogares.
– Poner fin a la carrera a la baja en la tributación de las personas más ricas y las grandes empresas.