Nueva York, 21 Ene. (Notimex).- Casi cinco mil personas visitaron la exposición «Women Unbound», en la que la pintora mexicana Andrea Arroyo incorpora su obra al mobiliario histórico de la mansión Morris-Jumel de Nueva York, que alguna vez habitó George Washington.
De acuerdo con funcionarios del museo histórico, cuatro mil 970 visitantes acudieron durante los cinco meses que duró la exhibición, la primera vez que la más antigua mansión de Manhattan desplegó la exposición de un artista contemporáneo. La muestra terminó hoy.
«Me siento súper privilegiada de que me dieran la oportunidad, sobre todo porque me dieron 100 por ciento de libertad. Las limitaciones fueron sólo por cuestiones técnicas y razones de espacio», indicó Arroyo.
En entrevista con Notimex, la artista expresó que la oportunidad fue como un reflejo de su vida profesional y personal, debido a que ella se ha insertado desde hace casi dos décadas como artista inmigrante originaria de México al panorama cultural de la ciudad de Nueva York.
«Me interesa ser inclusiva y colaborar, dar algo a Nueva York, pero que se integre al entorno, que sea como una amalgama del pasado con el presente, de la cultura americana con la de alguien que viene de México», explicó.
«Women Unbound» (mujeres sin ataduras) es una serie de coloridas ilustraciones que celebran las luchas sociales de la población femenina y que fueron incorporadas al lado de piezas históricas, como la base de un reloj que Napoleón Bonaparte regaló a la familia Jumel.
La exposición fue complementada por una serie de viñetas de Feggo, en que el artista mexicano imagina la reacción que tendría George Washington si visitara ahora el barrio donde se ubica la mansión que alguna vez sirvió como sus cuarteles generales.
Construida en 1765, la mansión Morris-Jumel se localiza en un apacible rincón del barrio Washington Heights, en el Alto Manhattan, una zona ocupada principalmente por inmigrantes, entre los que destaca la población de origen dominicano