Los llamados mercados húmedos de China seguían operando sin ningún tipo de restricción sanitaria en el mes de mayo, es decir, a media pandemia. Animales silvestres y domésticos se matan y venden para consumo humano.
Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).- Investigadores de Igualdad Animal México revelaron que los llamados mercados húmedos de China, donde se cree que se originó la COVID-19, seguían operando en el mes de mayo, es decir, en plena pandemia.
A pesar de la situación actual en el mundo por causa de la COVID-19, tal parece que hace seis meses en China, seguían sin cambiar los protocolos para aquellos lugares en donde se venden animales silvestres y domésticos para consumo humano.
Con ayuda de investigadores encubiertos, Igualdad Animal se dio a la tarea de ir a esos mercados negros del país asiático, para saber si las cosas habían cambiado después de la pandemia generada por un extraño coronavirus que sigue presente en el mundo y para el cual aún no hay cura.
La organización reveló que la situación no había cambiado, y con imágenes inéditas pudieron demostrar al mundo que los protocolos de sanidad parecen no existir en aquellos mercados donde los científicos creen que surgió el brote.
«Siguen recibiendo multitudes de personas y comercializando y matando todo tipo de animales sin ninguna medida sanitaria», detalló.
Acudieron a las ciudades de Wuhan, Guangzhou, Dongguan, Guilin, Nanning y Liuzhou, en donde lograron capturar imágenes que dejan al descubierto la operación de cómo venden y matan animales silvestres y domésticos, tales como tortugas, ranas, patos, gansos, palomas y muchos más, reuniendo especies que en la vida natural no sería posible que convivieran, lo que aumenta el riesgo de la transmisión de enfermedades poco comunes.
La directora de Igualdad Animal México, Dulce Ramírez, indicó que era importante tener pruebas y constatar desde dentro que estos lugares seguían operando.
“Nuestro equipo de investigación decidió que era importante monitorear la situación de los mercados húmedos para constatar con nuestros propios ojos la situación real que se vivía en estos lugares. Teníamos un compromiso con más de medio millón de personas que ya habían firmado nuestra petición para ayudar a los animales que son traficados y matados sin la más mínima consideración, y acabar con el riesgo latente que estos lugares significan para la humanidad”, consideró.
Entres 2014 y 2019, los investigadores ya habían capturado las primeras imágenes de estos mercados húmedos tanto en China como en Vietnam e India, dejando al descubierto el abandono y la crueldad de estos sitios.
“Resulta realmente preocupante ver las condiciones en las que se transportan y comercializan animales en estos lugares, pero las matanzas son peor aún. Los animales son elegidos por los compradores y, estando completamente conscientes, son cruelmente destazados sin ningún control de sanidad. Sencillamente, la situación no ha mejorado”, declaró Dulce Ramírez.
EL HORROR DE LOS MERCADOS HÚMEDOS
En marzo, a inicios de la pandemia, las investigaciones para saber de dónde había surgido el coronavirus que paralizaba a todo el mundo, señalaron directamente a los mercados húmedos de Wuhan, China, ciudad en donde se había originado todo.
Las imágenes de estos sitios en donde los animales silvestres y domésticos vivos son matados sin ningún tipo de salubridad para la venta sorprendieron y se viralizaron en redes sociales.
Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que a pesar de que este tipo de mercados se consideran de primera necesidad para las personas de bajos recursos, era inminente que se prohibiera su operación por lo que acontecía al mundo.
«Estos mercados húmedos son una importante fuente de empleo y alimento para millones de personas en todo el mundo pero en muchos sitios no están suficientemente regulados y están pobremente mantenidos. La OMS considera que deben ser reabiertos sólo si cumplen los estándares necesarios de seguridad alimentaria e higiene”, declaró.
También la OMS pidió a los gobiernos imponer «estrictas prohibiciones en la venta y comercio de vida salvaje como alimento», para prevenir futuras pandemias como la que se está viviendo, pues aseguró que «un 70 por ciento de los virus son zoonóticos», es decir, pasan al hombre a través de animales.
LOS RASTROS NO TAN ALEJADOS DE ESE ESCENARIO
Varios fueron los que se quejaron de las impactantes imágenes de los mercados húmedos chinos, pero en México los rastros clandestinos no están tan alejados de esa realidad, pues también se vive día a día la crueldad animal y las situaciones insalubres.
Igualdad Animal reveló que en la Ciudad de México, Estado de México y otras entidades se matan animales, incluso por menores de edad, en patios o bodegas con crueldad y sin ninguna medida de higiene ni controles sanitarios para después venderlos al público, lo que los convierte en una amenaza para la salud de los mexicanos y viola la NOM-194, y NOM-033.
«Cada año, sólo en la capital del país son asesinados 144 millones de animales en rastros clandestinos, como cerdos bebés enumerados en las orejas o borregos para barbacoas», documenta.
Y las imágenes no son menos agresivas que las de Wuhan. En un video de la organización internacional, se ve a un borrego revolcándose en el piso amarrado de las patas con una cuerda ensangrentada a lado de una cazuela desbordando su sangre.
La regulación de estos lugares está lejos de realizarse, cada vez son más los sitios donde estas prácticas se ven como algo «normal» e incluso la sociedad pide que la carne esté «lo más fresca posible».
NO APRENDEMOS
A pesar de las crisis sanitarias que se han vivido en el mundo, la sociedad sigue sin entender y reducir el consumo animal. La historia nos recuerda que:
-En 2003 más de 8 mil personas adquirieron el SARS transmitido por un murciélago y civeta (un manjar en China).
-En 2005 brotó la influenza aviar.
-En 2009 se registró la gripe porcina.
-En 2012 fue el MERS por consumo de carne y leche de camello.
-En 2014-16 tocó el ébola, cuyo huésped es el murciélago frugívoro.
-En 2019-20, el coronavirus derivado del mercado en Wuhan, China, donde de manera insalubre se vendían murciélagos, pangolines, cocodrilos, perros, gatos, pollos, cabras y demás.
Todas estas enfermedades tienen un origen común: un virus exclusivo de poblaciones animales que muta, invade a un humano y de ahí se propaga como patógeno nuevo humano. Algunas pueden ser tratadas y erradicadas, pero otras más, como la COVID-19, son casi imposibles de curar, y mientras se busca un tratamiento, sigue cobrando millones de vidas en el mundo.