La cantante Katy Perry, podría no participar en pasarela de Victoria’s Secret, debido a que en el 2015 ondeó la bandera de Taiwán en un evento; hecho no permitido en la actual política de banderas entre China y Taiwán.
Por Francisco Luis Pérez
Taipei, 20 de noviembre (EFE).- La lucha de banderas entre Taiwán y China no sólo ha causado violentos enfrentamientos entre unionistas y estudiantes independentistas en Taiwán, sino que es utilizada en China para bloquear a artistas, incluida la estadounidense Katy Perry.
La prensa taiwanesa debate hoy el rechazo a la solicitud de visa de la famosa cantante para participar en un desfile de la empresa de lencería Victoria’s Secret en Shanghái, por enarbolar la bandera nacional de Taiwán en un concierto en Taipei hace dos años.
Aunque en principio se había dado luz verde en China a la visita de Perry, la prensa de EU desveló que se le negó el visado a la cantante cuando funcionarios chinos descubrieron imágenes de su actuación en 2015 con la bandera taiwanesa.
China considera a Taiwán una parte de su territorio y rechaza en todo el mundo la presencia de la bandera taiwanesa, llegando al extremo de protestar por su uso en la propia Taiwán durante eventos deportivos internacionales.
La cantante taiwanesa Chou Tzu-yu, miembro del grupo surcoreano Twice, tuvo que colgar en la red un vídeo «confesando» su error por haber utilizado una bandera taiwanesa en Corea del Sur, durante un programa de televisión, a principios del 2016.
En Taiwán, la sensibilidad china sobre símbolos políticos, que ha llevado al bloqueo de artistas extranjeros y taiwaneses, ha desencadenado reacciones de fuerte rechazo entre un sector importante de la población.
De hecho, tras un incidente durante el concierto «Canta China: Festival Musical Taipei-Shanghái», celebrado a finales de septiembre en la Universidad Nacional de Taiwán, se lanzó una petición popular para que se castigue a quienes ondeen la bandera china en la isla.
Tres estudiantes resultaron heridos por miembros del Partido por la Unificación (PU), presuntamente ligados a la organización mafiosa Unión del Bambú.
Estos fueron detenidos y se enfrentan a cargos por agresión, aunque fuentes del propio partido aseguran que sólo intentaban «poner paz» ante la provocación de los estudiantes.
La petición alcanzó en octubre pasado el umbral de firmas de apoyo y ahora está en tramitación en las oficinas gubernamentales, aunque no se espera una aprobación oficial de la medida propuesta.
Los ciudadanos que iniciaron la petición y los signatarios solicitan que se establezca una nueva ley para prohibir «colgar y exhibir en público la bandera roja de cinco estrellas de China».
La lucha entre la bandera roja de cinco estrellas, la del sol blanco con fondo azul de Taiwán traída a la isla por los nacionalistas chinos del Partido Kuomintang y la verde del independentismo radical mantienen una dura pugna en la isla.
La bandera china no suele aparecer en público, pero el Partido por la Unificación con China, encabezado por el exmafioso Chang Anle, la exhibe en manifestaciones y en sus vehículos de propaganda política.
«Somos chinos, por eso ondeamos la bandera de China continental, aunque no nos gusta el comunismo, pero el independentismo nos gusta menos», dijo a Efe un miembro del PU, nacido en China y llegado a la isla en 1949.
Ante el creciente poderío internacional de China, el deseo de mantener la autonomía de la isla se enfrenta a dificultades crecientes, aunque el caso taiwanés es muy especial y no puede enmarcarse en el sencillo modelo de una región que busca la independencia.
«China comunista nunca ha controlado Taiwán, ni siquiera un segundo, y los nacionalistas chinos del Partido Kuomintang llegaron en 1945 y 1949 con el poder de las armas», dijo a Efe un alto funcionario que prefiere el anonimato, para no comprometer al Gobierno.
Taiwán, que estuvo bajo control español de 1626 a 1642, y también bajo administración holandesa, por esa época, para luego pasar unos años bajo el gobierno chino y desde 1895 a 1945 bajo el japonés, es un caso especial, sin duda, agrega el funcionario.
La poderosa China no piensa lo mismo y afirma que la isla ha sido china desde tiempo inmemorial, a pesar de que estuviese habitada por aborígenes no chinos, que ahora suponen unos 500 mil de los 23.5 millones de habitantes de Taiwán.