Lisboa, 20 nov (EFE).- La izquierda moderada del Partido Socialista (PS) y la radical del Bloque de Izquierda y el Partido Comunista pidieron al presidente luso, Aníbal Cavaco Silva, que el PS gobierne Portugal, después de que el centro-derecha perdiese el poder en una moción parlamentaria.

«Nuestro programa de Gobierno -cuya última versión incluye cambios derivados de la negociación con los partidos de izquierda- es coherente con nuestros compromisos electorales y compatible con las obligaciones internacionales del país», subrayó el líder del PS, António Costa, al término de su reunión con Cavaco Silva.

El jefe de Estado tiene la responsabilidad de decidir cuál es la mejor solución de gobierno una vez que el que nombró en primera instancia, uno conservador liderado por Pedro Passos Coelho, fuese forzado a dimitir por una moción parlamentaria votada por la izquierda el pasado 10 de noviembre.

En la última semana, Cavaco Silva ha recabado opiniones antes de adoptar una decisión y ha recibido en su residencia oficial del Palacio de Belém a los partidos con representación parlamentaria, la patronal, los sindicatos, los banqueros, portavoces de la sociedad civil y economistas.

El socialista Costa, alcalde de Lisboa entre el 2007 y el 2014, insistió en que es posible conseguir al mismo tiempo «una reducción sostenible del déficit y la deuda, pasar la página de la austeridad, devolver rendimientos a las familias y dar condiciones de inversión a los agentes económicos».

El centro-derecha, sin embargo, ha cuestionado tanto el programa económico del PS, al que tildaron de «realismo mágico», como la endeblez del pacto parlamentario con el Bloque (aliado de Syriza en la UE) y del PC portugués (PCP), dos formaciones muy críticas con las metas de déficit y con la participación en organizaciones internacionales como la OTAN.

«Nuestros socios saben cuál es nuestra estrategia presupuestaria y nosotros conocemos también los límites que establecimos en los acuerdos» firmados con el Bloque, el Partido Comunista y con el ecologista Partido Los Verdes, dijo Costa.

El líder socialista aseguró además que está en «condiciones de aprobar los Presupuestos para 2016 a corto plazo».

Al término de su reunión con Cavaco Silva, el Primer Ministro dimisionario Passos Coelho desafió al PS a que presente una alternativa de Gobierno «creíble, consistente, estable y duradera», ya que, en su opinión, su actual propuesta no lo es.

El jefe de Gobierno en Portugal entre el 2011 y el 2015 fue el candidato más votado en las elecciones legislativas del pasado 4 de octubre -con seis puntos de ventaja sobre Costa, aunque sin mayoría absoluta-, motivo por el que Cavaco Silva le había encargado formar Gobierno.

«Lo ideal es que se pudiesen repetir elecciones en el corto plazo, pero la Constitución no lo permite», lamentó Passos Coelho, quien ha puesto en duda la legitimidad de un Gobierno de izquierdas debido a que esa alianza no representa al electorado, que votó mayoritariamente a los conservadores (39 por ciento).

En su alocución, el líder del centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD) no desveló si estaría disponible para integrarse en un Gabinete en funciones hasta junio del 2016, cuando, legalmente, podrían repetirse comicios.

Paulo Portas, el líder del CSD-PP, el pequeño partido socio del PSD, constató que el proyecto del PS de Costa es «negativo» y recordó que cabe al presidente hallar la mejor solución.

Cavaco Silva no tiene plazo para decidir si nombra a Costa, al que podría imponer ciertas condiciones, o deja un frágil Ejecutivo en funciones, que carecería de plenos poderes para gobernar.

Ante la crisis política abierta en el país, el Bloque y el PCP han pedido al presidente que no tarde más en nombrar al PS para dirigir el país.

«Esta situación no es justificable, tiene que ser nombrado António Costa lo más rápidamente posible (…) Existe hoy una solución estable, creíble, duradera para el horizonte de la legislatura en el Parlamento», apremió la portavoz del Bloque, Catarina Martins.

El 10 de noviembre, el mismo día que fue derribado el Ejecutivo de Passos Coelho, la izquierda junta, que suma 122 diputados frente a los 107 del centro-derecha, firmó un pacto para que el PS pudiese gobernar.

El Bloque y el PCP se comprometieron a apoyar a Costa en un plan antiausteridad para que sean repuestos integralmente los recortes salariales a los funcionarios, se realice un aumento gradual del salario mínimo y se frenen varias privatizaciones en curso.

Jerónimo de Sousa, el líder comunista, sostuvo que existen «condiciones políticas» para que el PS «entre en funciones» y adopte «una solución duradera» para una legislatura.

La alianza conservadora entre el PSD y el CDS-PP «no ofrecía condiciones de gobernabilidad y de estabilidad», según el veterano De Sousa.