En otro comunicado separado, Evergrande explica que, desde el pasado 14 de septiembre, el único paso que ha dado en sus planes de deshacerse de activos para conseguir liquidez ha sido el acuerdo para vender casi el 20 por ciento de las acciones del banco Shengjing Bank a un conglomerado de propiedad estatal por el equivalente a unos mil 545 millones de dólares.
Shanghái (China), 20 oct (EFE).- El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande anunció hoy la ruptura de las negociaciones para vender la participación mayoritaria de su filial de gestión inmobiliaria, Evergrande Property Services, a la promotora Hopson Development.
En un comunicado remitido este miércoles a la Bolsa de Hong Kong, Evergrande explica que la operación suponía el traspaso del 50.1 por ciento de su subsidiaria a Hooplife, una filial de Hopson, por un importe de 20 mil 040 millones de dólares de Hong Kong (2 mil 577 millones de dólares, 2 mil 213 millones de euros).
El documento apunta que esta venta era parte de los planes del grupo para aliviar los problemas de liquidez que han generado importantes dudas a nivel internacional sobre su capacidad para hacer frente al pasivo que acumula, de más de 300 mil millones de dólares, de los que 37 mil millones vencen antes de finales de junio de 2022.
Evergrande, «basándose en información de diversas fuentes (…), tuvo razones para creer» que Hooplife «no había cumplido con los requisitos previos para hacer una oferta general por las acciones de Evergrande Property Services», por lo que el pasado día 13 «ejerció su derecho de rescisión con respeto al acuerdo».
Sin embargo, la versión de Hopson es diferente, ya que aseguran que la operación no se completó el día especificado para hacerlo, el 12 de octubre, por lo que un día después reclamó a Evergrande que cumpliese con su parte del acuerdo, ante lo que recibió la citada nota de rescisión.
Hopson asegura que sí estaba «preparada para completar la compra», y agrega que «no acepta que haya sustancia de cualquier tipo en la supuesta rescisión del acuerdo por parte del vendedor», por lo que «rechaza» la comunicación de Evergrande.
CRUCE DE ACUSACIONES
De hecho, Hopson asegura que Evergrande exigió cambiar el método de pago después de que se pactasen los términos del acuerdo, algo «inaceptable» y que hubiera provocado «dificultades» a la hora de garantizar que Evergrande Property Services recibiera los fondos que le correspondían por parte de su todavía matriz.
Algunos medios informaron esta semana, citando al portal de noticias sobre bonos Redd Intelligence, que la operación quedaba suspendida porque no había conseguido el visto bueno del Gobierno de la provincia suroriental china de Cantón.
La compradora solamente afirma tener constancia de esas «informaciones especulativas», y añade que está revisando las opciones que tiene para «proteger sus legítimos derechos en relación al acuerdo».
Entre las cláusulas del acuerdo publicadas por la promotora cantonesa figura una que establece que, si una de las partes incumple con el acuerdo e impide que se concrete la venta, deberá pagar a la otra una compensación de mil millones de dólares de Hong Kong (129 millones de dólares, 110 millones de euros).
Ambas compañías anunciaron que sus acciones volverán a estar disponibles para su cotización en Hong Kong a partir de mañana tras congelarlas el pasado día 4, cuando la prensa oficial china desveló la posible venta.
El conglomerado recuerda que todavía no ha incurrido oficialmente en el impago de los intereses de sus bonos offshore -tiene 30 días consecutivos desde su fecha de vencimiento, y la primera que pasó sin hacer frente a sus pagos fue el 23 de septiembre- y que seguirá intentando «negociar la renovación o la extensión» de sus deudas, u «otros acuerdos alternativos» con sus acreedores.
«En vista de las dificultades, desafíos e incertidumbres para mejorar su liquidez, no hay garantía de que el grupo vaya a poder cumplir con sus obligaciones financieras», añade Evergrande.