El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas documentó las irregularidades que se cometieron en su proceso penal, puesto que ambos fueron detenidos sin una orden de aprehensión en su contra. Desde su detención y traslado, Margarita y David fueron torturados, incluso cuando fueron puestos a disposición ante el Ministerio Público y no concluyó hasta hacerles firmar una declaración ministerial autoinculpatoria por homicidio.
Ciudad de México, 20 de octubre (SinEmbargo).- Margarita Gómez López y David Hernández Gómez, indígenas tsotsiles torturados el 24 de abril de 2014 para inculparse del homicidio de un hombre en el estado de Chiapas, obtuvieron su libertad condicional, informó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).
Gómez López y Hernández Gómez se encontraban recluidos en el Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS No. 5), en San San Cristóbal de Las Casas, luego de que elementos de la Policía Especializada de Chiapas los sometieran a tortura en las instalaciones de la agencia del Ministerio Público en Teopisca y en las instalaciones de la Fiscalía de Distrito Altos en San Cristóbal de Las Casas.
El centro humanitario documentó las irregularidades que se cometieron en su proceso penal, puesto que ambos fueron detenidos sin una orden de aprehensión en su contra. Desde su detención y traslado, Margarita y David fueron torturados, incluso cuando fueron puestos a disposición ante el Ministerio Público y no concluyó hasta hacerles firmar una declaración ministerial autoinculpatoria por homicidio.
El pasado 29 de enero de 2016, el Juez del Ramo Penal del Distrito Judicial de San Cristóbal de Las Casas dictó sentencia condenatoria de ocho años de prisión por el delito de homicidio, sin tomar en cuenta las violaciones que sufrieron en el proceso lleno de irregularidades.
El 14 de octubre, se logró la libertad de ambos, a través de la figura de sentencia suspendida. El mecanismo condiciona su libertad y no reconoce su inocencia a pesar de que se argumetó que se autoinculparon a consecuencia de la tortura, lo cual deja en la impunidad las violaciones sus derechos humanos.
Al respecto, el Centro Frayba expresó que este caso es tan sólo un ejemplo de otros que existen de violaciones de derechos humanos de integrantes de las comunidades indígenas: «El caso de Margarita y David, no es aislado, representa un patrón de violaciones a derechos humanos que de manera sistemática vulnera a población especialmente indígena y en extrema pobreza, quienes se encuentran sin protección ante un sistema que utiliza la Tortura como método para fabricar culpables y como una forma de quebrantar a las personas, violentar su integridad personal con efectos en su entorno social, comunitario, su organización y familia».
Asimimsmo, urgieron a que con el nuevo istema de justicia se garantice y respeten los derechso humanos: «Señalamos que las instancias de procuración de justicia están en una crisis profunda de corrupción que lacera a la sociedad y obedece a un sistema de represión. Urgimos haya una observancia puntual con el nuevo sistema judicial para que respete y garantice la presunción de inocencia, al debido proceso legal y garantías de no repetición donde la tortura sea erradicada», concluyó la organización.
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